También asume que muchas personas aprenden euskera, pero luego no lo utilizan jamás
El viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno vasco reconoce que “al euskaldunizar la educación se buscaba euskaldunizar la sociedad”
Patxi Baztarrika, viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno de Iñigo Urkullu, reconocía hace unas semanas que casi 60.000 vascos mantienen su trabajo gracias a la imposición del euskera. Él, que lleva casi cuatro décadas viviendo de los cargos públicos diseñados por el mundo nacionalistas para este menester, acaba de hacer ahora otra nueva revelación en una entrevista publicada en “El Diario Vasco”: “Al euskaldunizar la educación buscábamos euskaldunizar la sociedad”.
Baztarrika, preguntado por el estancamiento existente en el avance social del euskera (tras décadas de imposición, actualmente hay menos vascos que utilizan habitualmente el euskera que hace veinte años) insiste en que el vascuence sigue creciendo, “aunque ese crecimiento no garantiza un futuro de vitalidad. La pervivencia puede estar garantizada a dos o tres generaciones vista, pero lo que está en juego es que el euskera no sea una lengua de segundo nivel, una lengua subordinada, y que no se cronifique la situación de desequilibrio social entre las dos lenguas oficiales, que hoy existe y seguirá existiendo durante mucho tiempo”.
“Lo que está ocurriendo”, reconoce Baztarrika, es que el euskera, “ha crecido y está creciendo como segunda lengua de muchos vascohablantes, lo que es muy positivo, pero ha traído muchos cambios al perfil de los bilingües. Ese crecimiento nos lleva a un futuro con una mayoría de vascohablantes, pero muy heterogéneos en lo que a su competencia en euskera se refiere. Algunos decidirán, y tienen perfecto derecho a hacerlo, que el castellano sea su primera lengua y el euskera la segunda. Otros optarán por lo contrario, con el mismo derecho. El reto está en que la compañía del euskera y el castellano se produzca en términos de igualdad, y no de subordinación”.
“¿Y eso no era previsible?”, pregunta la periodista de “El Diario Vasco”. Y el alto cargo del Gobierno autonómico en manos del PNV, responde lo siguiente: “Es algo que desconocíamos, y no es un fenómeno exclusivo y particular del euskera, sino que es común a otras muchas lenguas. Cuando iniciamos este camino hace 30 ó 35 años pensábamos que euskaldunizar la educación iba a ser suficiente para euskaldunizar la sociedad, que saber euskera sería suficiente para utilizarlo en todas las circunstancias, y eso no ha sido así, porque las cosas son mucho más complejas. Por lo tanto, se han derrumbado muchas certezas y yo diría que, más que en una situación de estancamiento, nos encontramos en un momento de incertidumbre, en una encrucijada apasionante en la que tenemos que elegir el camino que mejor nos lleve a ese futuro de igualdad y convivencia real de las lenguas”.
Patxi Baztarrika, viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno de Iñigo Urkullu, reconocía hace unas semanas que casi 60.000 vascos mantienen su trabajo gracias a la imposición del euskera. Él, que lleva casi cuatro décadas viviendo de los cargos públicos diseñados por el mundo nacionalistas para este menester, acaba de hacer ahora otra nueva revelación en una entrevista publicada en “El Diario Vasco”: “Al euskaldunizar la educación buscábamos euskaldunizar la sociedad”.
Baztarrika, preguntado por el estancamiento existente en el avance social del euskera (tras décadas de imposición, actualmente hay menos vascos que utilizan habitualmente el euskera que hace veinte años) insiste en que el vascuence sigue creciendo, “aunque ese crecimiento no garantiza un futuro de vitalidad. La pervivencia puede estar garantizada a dos o tres generaciones vista, pero lo que está en juego es que el euskera no sea una lengua de segundo nivel, una lengua subordinada, y que no se cronifique la situación de desequilibrio social entre las dos lenguas oficiales, que hoy existe y seguirá existiendo durante mucho tiempo”.
“Lo que está ocurriendo”, reconoce Baztarrika, es que el euskera, “ha crecido y está creciendo como segunda lengua de muchos vascohablantes, lo que es muy positivo, pero ha traído muchos cambios al perfil de los bilingües. Ese crecimiento nos lleva a un futuro con una mayoría de vascohablantes, pero muy heterogéneos en lo que a su competencia en euskera se refiere. Algunos decidirán, y tienen perfecto derecho a hacerlo, que el castellano sea su primera lengua y el euskera la segunda. Otros optarán por lo contrario, con el mismo derecho. El reto está en que la compañía del euskera y el castellano se produzca en términos de igualdad, y no de subordinación”.
“¿Y eso no era previsible?”, pregunta la periodista de “El Diario Vasco”. Y el alto cargo del Gobierno autonómico en manos del PNV, responde lo siguiente: “Es algo que desconocíamos, y no es un fenómeno exclusivo y particular del euskera, sino que es común a otras muchas lenguas. Cuando iniciamos este camino hace 30 ó 35 años pensábamos que euskaldunizar la educación iba a ser suficiente para euskaldunizar la sociedad, que saber euskera sería suficiente para utilizarlo en todas las circunstancias, y eso no ha sido así, porque las cosas son mucho más complejas. Por lo tanto, se han derrumbado muchas certezas y yo diría que, más que en una situación de estancamiento, nos encontramos en un momento de incertidumbre, en una encrucijada apasionante en la que tenemos que elegir el camino que mejor nos lleve a ese futuro de igualdad y convivencia real de las lenguas”.