La fractura de Francia (y de Europa)
NOTA: Extractos del artículo "La fractura de Francia", de Giulio Meotti, publicado en la web del Instituto Gatestone
(...) Macron, al parecer, estaba utilizando el armisticio firmado en 1918 para olvidar lo que está pasando en Francia en 2018.
Gérard Collomb, ministro del Interior de Francia hasta el mes pasado y actualmente alcalde de Lyon, es aparentemente pesimista respecto a la situación de su país, según las declaraciones recogidas por Valeurs Actuelles. "La gente no quiere vivir junta", se lamentó Collomb, que prosiguió diciendo que la responsabilidad por la seguridad durante la reciente ola migratoria ha sido "inmensa". Collomb también advirtió de que hay "muy poco tiempo" para mejorar la situación. "Es difícil calcularlo, pero diría que en cinco años la situación podría volverse irreversible. Sí, tenemos cinco o seis años para evitar lo peor", añadió.
Y lo peor será una "secesión", o como Gilles Kepel, el especialista francés sobre el islam, lo llamó: "La fracture".
Macron, sin embargo, no parece particularmente receptivo a la advertencia de Collomb. Se reportó que un hombre, que gritaba "Alá Akbar", apuñaló a un policía esta semana en Bruselas, durante una visita de Estado de Macron a la capital belga, la primera de un presidente francés desde que Mitterrand la visitara en los ochenta. Macron también fue al distrito de Molenbeek en Bruselas, al que definió como un territorio marcado por la imagen del drama terrorista y también como un lugar de iniciativas, de compartir y de integración". ¿Compartir e integración?
Ocho personas fueron arrestadas en marzo de 2018 en una redada antiterrorista en Molenbeek. Un informe confidencial reveló el año pasado que la policía, en ese mismo distrito de Bruselas, destapó 51 organizaciones sospechosas de tener lazos con el terrorismo yihadista. Muchos de los sospechosos involucrados en los atentados de París y Bruselas vivieron en u operaron desde Molenbeek. Como escribió Julia Lynch en The Washington Post en relación con Molenbeek:
En el vecindario, una de las 19 "comunas" del área metropolitana de Bruselas, residieron uno de los terroristas de los atentados en los trenes de cercanías de Madrid en 2004 y los franceses que dispararon y mataron a cuatro personas en el Museo Judío de Bruselas en agosto de 2014. El terrorista marroquí del tren Thalys Bruselas-París en agosto de 2015 se había alojado allí con su hermana.
Si hay un lugar donde la explicación de Collomb sobre la "secesión" no es sólo una advertencia, sino ya una realidad, ese lugar es Molenbeek. Roger Cohen, en The New York Times, lo llamó "el Estado islámico de Molenbeek". Y esos distritos no son un fenómeno belga. "Hoy, sabemos que hay cien distritos en Francia que tienen posibles similitudes con lo que pasó en Molenbeek", dijo el entonces ministro de Juventud y Deporte de Francia, Patrick Kanner, en 2016. Uno está en la localidad de Trappes, famoso no sólo por la estrella del fútbol internacional Nicolas Anelka, también por el número de yihadistas que fueron desde allí a luchar en Siria o Irak.
En Francia se han frustrado seis planes de atentados terroristas este año, reveló el secretario de Estado del ministro del Interior, Laurent Nunez. "Desde noviembre de 2013, se frustraron 55 planes de atentados terroristas gracias a la acción de los servicios de inteligencia, incluidos 6 este año", dijo Nunez.
En los últimos meses, el actual escenario francés no ha sido dominado por grandes ataques terroristas, sino por una lluvia diaria de intimidación. Un sexagenario francés iba paseando por una calle de Paris con regalos de Navidad la semana pasada, cuando un desconocido le hizo saltar las gafas de un puñetazo antes de darle una bofetada. "Eso es lo que les hacemos a los infieles", dijo el agresor al hombre. Unos días antes, un ciudadano judío francés también fue atacado por la calle por tres hombres.
(...)
La confirmación de la ola islamista se produjo el pasado mes de septiembre en un impactante informe del Institut Montaigne, titulado: "La fábrica islamista". El informe detalla el nivel extremo de radicalización de la sociedad francesa musulmana. Según su director, Hakim El Karui, los musulmanes extremistas de Francia están "creando una sociedad alternativa, paralela, separada. Con un concepto clave: halal". Macron no ha hecho prácticamente nada para frenar esta expansión.
"Se cerraron dos o tres mezquitas salafistas en 18 meses, [pero] no se prohibió la financiación extranjera de las mezquitas", dijo hace poco la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen. El objetivo de la financiación extranjera ha sido detallado por el expresidente del Partido Demócrata Cristiano, Jean-Frédéric Poisson, en su nuevo libro, L'Islam à la conquête de l'Occident. La expansión del islam en Occidente es parte de un plan estratégico desarrollado por los 57 estados que forman [la Organización de] Cooperación Islámica –una especie de Naciones Unidas musulmanas– que teorizaba sobre la propagación de la ley de la sharia en Europa", dijo Poisson en una entrevista este mes. "Declaraban abiertamente la ambición de instalar una 'civilización sustituta' en Occidente".
Sin embargo, va más allá del nivel cultural. Philippe de Villiers, político y ensayista próximo a Macron, recordó hace poco una expresión acuñada por su hermano, el general Pierre de Villiers, exjefe del ejército francés. El general De Villiers había advertido a Macron de una posible implosión en los volátiles suburbios parisinos: "los lados más oscuros de la Ciudad de la Luz". Según Philippe de Villiers, su hermano le había dicho a Macron: "Si se rebelan los suburbios, no seremos capaces de lidiar con ello, no podemos permitirnos hacer frente, no tenemos suficientes hombres".
NOTA: Extractos del artículo "La fractura de Francia", de Giulio Meotti, publicado en la web del Instituto Gatestone
(...) Macron, al parecer, estaba utilizando el armisticio firmado en 1918 para olvidar lo que está pasando en Francia en 2018.
Gérard Collomb, ministro del Interior de Francia hasta el mes pasado y actualmente alcalde de Lyon, es aparentemente pesimista respecto a la situación de su país, según las declaraciones recogidas por Valeurs Actuelles. "La gente no quiere vivir junta", se lamentó Collomb, que prosiguió diciendo que la responsabilidad por la seguridad durante la reciente ola migratoria ha sido "inmensa". Collomb también advirtió de que hay "muy poco tiempo" para mejorar la situación. "Es difícil calcularlo, pero diría que en cinco años la situación podría volverse irreversible. Sí, tenemos cinco o seis años para evitar lo peor", añadió.
Y lo peor será una "secesión", o como Gilles Kepel, el especialista francés sobre el islam, lo llamó: "La fracture".
Macron, sin embargo, no parece particularmente receptivo a la advertencia de Collomb. Se reportó que un hombre, que gritaba "Alá Akbar", apuñaló a un policía esta semana en Bruselas, durante una visita de Estado de Macron a la capital belga, la primera de un presidente francés desde que Mitterrand la visitara en los ochenta. Macron también fue al distrito de Molenbeek en Bruselas, al que definió como un territorio marcado por la imagen del drama terrorista y también como un lugar de iniciativas, de compartir y de integración". ¿Compartir e integración?
Ocho personas fueron arrestadas en marzo de 2018 en una redada antiterrorista en Molenbeek. Un informe confidencial reveló el año pasado que la policía, en ese mismo distrito de Bruselas, destapó 51 organizaciones sospechosas de tener lazos con el terrorismo yihadista. Muchos de los sospechosos involucrados en los atentados de París y Bruselas vivieron en u operaron desde Molenbeek. Como escribió Julia Lynch en The Washington Post en relación con Molenbeek:
En el vecindario, una de las 19 "comunas" del área metropolitana de Bruselas, residieron uno de los terroristas de los atentados en los trenes de cercanías de Madrid en 2004 y los franceses que dispararon y mataron a cuatro personas en el Museo Judío de Bruselas en agosto de 2014. El terrorista marroquí del tren Thalys Bruselas-París en agosto de 2015 se había alojado allí con su hermana.
Si hay un lugar donde la explicación de Collomb sobre la "secesión" no es sólo una advertencia, sino ya una realidad, ese lugar es Molenbeek. Roger Cohen, en The New York Times, lo llamó "el Estado islámico de Molenbeek". Y esos distritos no son un fenómeno belga. "Hoy, sabemos que hay cien distritos en Francia que tienen posibles similitudes con lo que pasó en Molenbeek", dijo el entonces ministro de Juventud y Deporte de Francia, Patrick Kanner, en 2016. Uno está en la localidad de Trappes, famoso no sólo por la estrella del fútbol internacional Nicolas Anelka, también por el número de yihadistas que fueron desde allí a luchar en Siria o Irak.
En Francia se han frustrado seis planes de atentados terroristas este año, reveló el secretario de Estado del ministro del Interior, Laurent Nunez. "Desde noviembre de 2013, se frustraron 55 planes de atentados terroristas gracias a la acción de los servicios de inteligencia, incluidos 6 este año", dijo Nunez.
En los últimos meses, el actual escenario francés no ha sido dominado por grandes ataques terroristas, sino por una lluvia diaria de intimidación. Un sexagenario francés iba paseando por una calle de Paris con regalos de Navidad la semana pasada, cuando un desconocido le hizo saltar las gafas de un puñetazo antes de darle una bofetada. "Eso es lo que les hacemos a los infieles", dijo el agresor al hombre. Unos días antes, un ciudadano judío francés también fue atacado por la calle por tres hombres.
(...)
La confirmación de la ola islamista se produjo el pasado mes de septiembre en un impactante informe del Institut Montaigne, titulado: "La fábrica islamista". El informe detalla el nivel extremo de radicalización de la sociedad francesa musulmana. Según su director, Hakim El Karui, los musulmanes extremistas de Francia están "creando una sociedad alternativa, paralela, separada. Con un concepto clave: halal". Macron no ha hecho prácticamente nada para frenar esta expansión.
"Se cerraron dos o tres mezquitas salafistas en 18 meses, [pero] no se prohibió la financiación extranjera de las mezquitas", dijo hace poco la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen. El objetivo de la financiación extranjera ha sido detallado por el expresidente del Partido Demócrata Cristiano, Jean-Frédéric Poisson, en su nuevo libro, L'Islam à la conquête de l'Occident. La expansión del islam en Occidente es parte de un plan estratégico desarrollado por los 57 estados que forman [la Organización de] Cooperación Islámica –una especie de Naciones Unidas musulmanas– que teorizaba sobre la propagación de la ley de la sharia en Europa", dijo Poisson en una entrevista este mes. "Declaraban abiertamente la ambición de instalar una 'civilización sustituta' en Occidente".
Sin embargo, va más allá del nivel cultural. Philippe de Villiers, político y ensayista próximo a Macron, recordó hace poco una expresión acuñada por su hermano, el general Pierre de Villiers, exjefe del ejército francés. El general De Villiers había advertido a Macron de una posible implosión en los volátiles suburbios parisinos: "los lados más oscuros de la Ciudad de la Luz". Según Philippe de Villiers, su hermano le había dicho a Macron: "Si se rebelan los suburbios, no seremos capaces de lidiar con ello, no podemos permitirnos hacer frente, no tenemos suficientes hombres".