El comodín
Hace unos años, tres comodines se hicieron muy famosos: el de la llamada, el del cincuenta por ciento y el del público. A día de hoy, desde hace nueve meses, ha surgido un cuarto comodín, utilizado constantemente por el actual Ejecutivo, cuyo nombre es FFB; todos los meses sin excepción hacen uso de él como cortafuegos para que no se hable de asuntos realmente acuciantes, queden relegados a segundo término y hacernos creer que vivimos en una Arcadia bucólica, idílica y feliz cuyo único y gran problema radica en FFB cuyos huesos descansan hace ya cuarenta y cuatro años.
FFB y en concreto su exhumación y posterior nueva inhumación se han convertido en el asunto cardinal de una forma obsesivo compulsiva cuyo logro es a lo máximo que aspira el actual Gobierno de la nación.
Parece como si todos al acostarnos tuviéramos como último pensamiento antes de conciliar el sueño cuándo exhumarán a FFB y al despertarnos por la mañana para afrontar una nueva jornada, nuestra primera preocupación fuese el destino de sus restos.
Qué importan el trabajo en precario, los salarios bajos, el acceso a la vivienda, el sostenimiento de las pensiones, la sanidad pública, la educación, la repercusión del Brexit, la inmigración ilegal y todo tipo de nubarrones que a nivel político y económico se ciernen sobre todos nosotros.
Lo prioritario, fundamental y urgente es remover los restos de un cuerpo humano, profanar una tumba. Dejemos que los muertos descansen en paz, no perturbemos su sueño, sea cual fuese su vida terrenal y ocupémonos de los vivos.
Teniendo en cuenta las cuestiones legales que implica dicha tarea, todo indica que al fin y a la postre, FFB será exhumado ad calendas graecas, dicho coloquialmente, cuando San Juan baje el dedo. Mientras tanto, panem et circenses.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Hace unos años, tres comodines se hicieron muy famosos: el de la llamada, el del cincuenta por ciento y el del público. A día de hoy, desde hace nueve meses, ha surgido un cuarto comodín, utilizado constantemente por el actual Ejecutivo, cuyo nombre es FFB; todos los meses sin excepción hacen uso de él como cortafuegos para que no se hable de asuntos realmente acuciantes, queden relegados a segundo término y hacernos creer que vivimos en una Arcadia bucólica, idílica y feliz cuyo único y gran problema radica en FFB cuyos huesos descansan hace ya cuarenta y cuatro años.
FFB y en concreto su exhumación y posterior nueva inhumación se han convertido en el asunto cardinal de una forma obsesivo compulsiva cuyo logro es a lo máximo que aspira el actual Gobierno de la nación.
Parece como si todos al acostarnos tuviéramos como último pensamiento antes de conciliar el sueño cuándo exhumarán a FFB y al despertarnos por la mañana para afrontar una nueva jornada, nuestra primera preocupación fuese el destino de sus restos.
Qué importan el trabajo en precario, los salarios bajos, el acceso a la vivienda, el sostenimiento de las pensiones, la sanidad pública, la educación, la repercusión del Brexit, la inmigración ilegal y todo tipo de nubarrones que a nivel político y económico se ciernen sobre todos nosotros.
Lo prioritario, fundamental y urgente es remover los restos de un cuerpo humano, profanar una tumba. Dejemos que los muertos descansen en paz, no perturbemos su sueño, sea cual fuese su vida terrenal y ocupémonos de los vivos.
Teniendo en cuenta las cuestiones legales que implica dicha tarea, todo indica que al fin y a la postre, FFB será exhumado ad calendas graecas, dicho coloquialmente, cuando San Juan baje el dedo. Mientras tanto, panem et circenses.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria