Fallece Xabier Arzalluz, el antiguo presidente del PNV que firmó con la banda terrorista ETA la expulsión de los ciudadanos no nacionalistas del País Vasco
Xabier Arzalluz, que dirigió el PNV entre 1980 y 2004, ha fallecido a los 86 años de edad, según informa esta formación a través de Twitter.
Protagonista principal de la mayor parte de los grandes acontecimientos políticos que han jalonado la historia de esta comunidad a lo largo de las últimas décadas, Xabier Arzalluz será recordado especialmente por una frase en la que reconocía cómo el terrorismo de ETA servía para que los nacionalistas vascos obtuvieran constantes réditos políticos, sociales y económicos: "Otros mueven el árbol y nosotros cogemos las nueces", dijo. Y tanto se creyó esta sentencia que, a través del Pacto de Lizarra, firmado por el PNV y las principales organizaciones nacionalistas vascas con la banda terrorista ETA el 12 de septiembre de 1998, Arzalluz rubricó su concatenación de objetivos con los asesinos para, entre otras cosas, tratar de ir haciendo desaparecer la presencia de España, y de sus ciudadanos, del País Vasco.
Gélido ante las víctimas del terrorismo, a las que siempre consideró como ciudadanos de segunda indignos de ser tenidos en cuenta; amable en Madrid cuando acudía a hacer valer ante los Gobiernos centrales su peso y su fuerza; renuente a la utilización del terrorismo, pero muy comprensivo con los terroristas de ETA, al igual que sus más directos colaboradores, algunos de ellos hoy personajes clave en el PNV, y absolutamente incapacitado ética, ideológica y culturalmente para entender que el País Vasco es algo más que el PNV y que hay miles de vascos que no son nacionalistas, Xabier Arzalluz ha muerto como vivió: sintiéndose el heredero natural del racista, cafre e ignorante Sabino Arana, sabiéndose el alma siempre presente del PNV y quizás consciente de que algunas de sus creencias más arraigadas, desde la grandeza de la raza propia a la mayor capacidad cranel de los vascos, pasando por la depurada pureza genética de éstos por su abundante RH negativo, eran, simple y llanamente, un puñado de estupideces que algunos se creyeron literalmente y trataron de imponerlas a golpes de tiros en la nuca y coches bomba. Que en paz descanse.
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Xabier Arzalluz, que dirigió el PNV entre 1980 y 2004, ha fallecido a los 86 años de edad, según informa esta formación a través de Twitter.
Protagonista principal de la mayor parte de los grandes acontecimientos políticos que han jalonado la historia de esta comunidad a lo largo de las últimas décadas, Xabier Arzalluz será recordado especialmente por una frase en la que reconocía cómo el terrorismo de ETA servía para que los nacionalistas vascos obtuvieran constantes réditos políticos, sociales y económicos: "Otros mueven el árbol y nosotros cogemos las nueces", dijo. Y tanto se creyó esta sentencia que, a través del Pacto de Lizarra, firmado por el PNV y las principales organizaciones nacionalistas vascas con la banda terrorista ETA el 12 de septiembre de 1998, Arzalluz rubricó su concatenación de objetivos con los asesinos para, entre otras cosas, tratar de ir haciendo desaparecer la presencia de España, y de sus ciudadanos, del País Vasco.
Gélido ante las víctimas del terrorismo, a las que siempre consideró como ciudadanos de segunda indignos de ser tenidos en cuenta; amable en Madrid cuando acudía a hacer valer ante los Gobiernos centrales su peso y su fuerza; renuente a la utilización del terrorismo, pero muy comprensivo con los terroristas de ETA, al igual que sus más directos colaboradores, algunos de ellos hoy personajes clave en el PNV, y absolutamente incapacitado ética, ideológica y culturalmente para entender que el País Vasco es algo más que el PNV y que hay miles de vascos que no son nacionalistas, Xabier Arzalluz ha muerto como vivió: sintiéndose el heredero natural del racista, cafre e ignorante Sabino Arana, sabiéndose el alma siempre presente del PNV y quizás consciente de que algunas de sus creencias más arraigadas, desde la grandeza de la raza propia a la mayor capacidad cranel de los vascos, pasando por la depurada pureza genética de éstos por su abundante RH negativo, eran, simple y llanamente, un puñado de estupideces que algunos se creyeron literalmente y trataron de imponerlas a golpes de tiros en la nuca y coches bomba. Que en paz descanse.
