El capitán del once de marzo
(Al llanto de un capitán de la policía judicial de Oviedo obligado a abandonar su investigación)
Si algún día pudiera en tu valor,
mojar mi pobre pluma, capitán,
prisiones no tendría el corazón,
desnivel la balanza judicial.
Palabras, tribunales, complacencias,
jamás podrán vencer la religión,
donde el terror se escuda en la inocencia
y el suicidio en divina salvación,
¡pero sí! doblegarla con estrellas,
con el fulgor que alborea en tu galón,
disciplina de luz y resistencia,
Sefarad sin felón, pueblo español.
Las globales, las ubérrimas cloacas
tu memoria persiguen, su esplendor,
ni la milicia en América fue opaca,
ni en Pizarro y Cortés se puso el Sol.
Si perdimos el viento en la bandera,
la dulzura de la patria secular,
en la mar ondeen lágrimas de guerra
y tu llanto sea nuestro, capitán.
(Al llanto de un capitán de la policía judicial de Oviedo obligado a abandonar su investigación)
Si algún día pudiera en tu valor,
mojar mi pobre pluma, capitán,
prisiones no tendría el corazón,
desnivel la balanza judicial.
Palabras, tribunales, complacencias,
jamás podrán vencer la religión,
donde el terror se escuda en la inocencia
y el suicidio en divina salvación,
¡pero sí! doblegarla con estrellas,
con el fulgor que alborea en tu galón,
disciplina de luz y resistencia,
Sefarad sin felón, pueblo español.
Las globales, las ubérrimas cloacas
tu memoria persiguen, su esplendor,
ni la milicia en América fue opaca,
ni en Pizarro y Cortés se puso el Sol.
Si perdimos el viento en la bandera,
la dulzura de la patria secular,
en la mar ondeen lágrimas de guerra
y tu llanto sea nuestro, capitán.











