Una parábola es, según la Biblia, una narración breve y simbólica de la que se extrae una enseñanza moral. En referencia a la llegada masiva de inmigración ilegal a Euskadi deberíamos de reflexionar sobre algunas cuestiones para poder sacar una enseñanza, moral o no, que nos indique la barbaridad que estamos haciéndole a nuestra tierra.

En primer lugar, a quienes nos gobiernan les da igual nuestras necesidades reales de mano de obra y el ciclo en el que se encuentre la economía vasca. El Gobierno Vasco tiene un mandato divino para acoger a todo aquel que pase por aquí y apuntarlo al sistema de ayudas sociales que pagamos entre todos.

En segundo lugar, estamos incorporando a personas a nuestra sociedad que desconocen nuestros dos idiomas oficiales, nuestra manera de vivir y que proceden de los lugares con las estructuras sociales más arcaicas del planeta.

En tercer lugar, se ha producido un aumento de la inseguridad difícil de esconder detrás de la política de “casos aislados” que utilizan algunos políticos.

Esperemos que nuestra gente esté sacando una enseñanza y sea consciente del empobrecimiento de nuestra economía, el retroceso en derechos para algunos colectivos como la mujer y el aumento de la inseguridad que supone la incorporación masiva y sin control de inmigración ilegal a nuestras ciudades.