El 5 de abril de 2018, Juan Antonio de Castro, autor junto con Aurora Ferrer del libro "Soros. Rompiendo España"  hacía llegar a la UDEF (Brigada de Delincuencia Económico y Fiscal) y al juez Pablo Llarena el resultado de una larga investigación que evidenciaba las conexiones del multimillonario, especulador y mecenas de la izquierda mundial George Soros con el proceso golpista catalán. Dos meses después, la Policía Nacional registraba varias de las empresas apuntadas en su ensayo por Juan Antonio de Castro y Aurora Ferrer.

En este trabajo, editado por la editorial Homo Legends, los autores destapan el complicado entramado político y empresarial que, financiado por Soros, ha dado cobertura a la fractura independentista y revelan cómo el multimillonario de origen húngaro ha puesto a disposición de los intereses secesionistas su compleja red de oenegés y "think-tanks", un entramado intrincado y global gestionado por su Open Society Foundation, con su sede para Europa ubicada precisamente en Barcelona.

Juan Antonio de Castro de Arespacochaga es doctor en Ciencias Económicas y profesor de Economía Internacional y del Desarrollo en la Universidad Complutense de Madrid y es, sobre todo, uno de los mayores especialistas del mundo en la figura de George Soros. Durante más de dos décadas ha sido funcionario permanente de las Naciones Unidas en la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) en Ginebra y ha desarrollado asimismo parte de su carrera en el ámbito internacional como consultor en instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPALC), el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) o el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE). Hoy es presidente de la empresa de consultoría en inteligencia económica y de desarrollo Metaeconomics.

En la siguiente entrevista, concedida en exclusiva a La Tribuna del País Vasco, Juan Antonio de Castro analiza en profundidad la figura de George Soros, el rostro más conocido, y desconocido a la vez, del nuevo orden que trata de imponer el globalismo socialdemócrata mundial. 

¿Qué le llevó a investigar la figura de George Soros y sus implicaciones en la politica española?

George Soros no es un desconocido. Yo creo que para nadie. Desde mi experiencia como economista en Naciones Unidas y ahora profesor universitario y consultor internacional, me ha tocado toparme en muchas ocasiones con los efectos perversos de la injerencia de este personaje y su entramado en los asuntos internos de muchos países. Lo que ocurre es que cuando toca a tu país, a su soberanía o a tus compatriotas, sientes algo muy diferente. La verdad es que a medida que las evidencias mostraban su responsabilidad en el intento golpista en Cataluña, no pude parar, y así hasta que terminé el libro. Hoy creo que no podré parar hasta que vea decaer su influencia nefasta en la sociedad global.

En su opinión, ¿cuáles son los objetivos políticos, económicos, etc. que trata de conseguir George Soros, a través de sus organizaciones y fundaciones, subvencionando a gran parte de los partidos políticos y de las organizaciones de la izquierda y de la extrema izquierda occidental?

George Soros no actúa solo, actúa de la mano de sus socios, los Estados Unidos (particularmente con la administración Obama) y el Reino Unido, y para defender la larga ristra de intereses geopolíticos, económicos y financieros de éstos y de sus grandes grupos financieros globales, además de los puramente especulativos suyos. Se trata de un trío que viene interviniendo conjuntamente desde hace décadas. Lo ha hecho en las 'Revoluciones de Color' (Georgia, Kyrzigistán, Ucrania, etc.), la 'Primavera Árabe', y lo está haciendo actualmente en la UE. Ese “Nuevo Orden Mundial” que pregona no es más que la mejor estrategia para defender esos intereses en un mundo de naciones fragmentadas pero controladas por un poder, cada vez más centralizado, y que les facilite la labor.

Sus objetivos difieren según el continente del que se trate. En la UE desarrolla una actividad frenética, con el único objetivo de debilitarla y así permitir al “trío” un mejor control sobre ésta y la preeminencia del poder tecnológico norteamericano. En muchos países africanos aplica su metodología de desestabilización de gobiernos para sustituirlos por otros más proclives a los intereses de sus empresas, la mayor parte de las veces de explotación de materias primas. En los Estados Unidos, actualmente, para derrocar a la Administración Trump. Para lograr esos objetivos, Soros y su entramado inyectan anualmente ingentes cantidades de fondos en 'Think-Tanks' (centros de pensamiento), organizaciones, fundaciones, ONGs de todo tipo, y particularmente en la formación de activistas capaces de perturbar órdenes establecidos. Apoya asimismo a partidos políticos y a eurodiputados. Desarrolla su influencia en instituciones europeas (Comisión Europea, Parlamento Europeo, Consejo de Europa, OSCE, etc.) y globales, incluidas la ONU, la OTAN y otras instituciones atlantistas. Pero además financia y se apoya en grandes proyectos de inteligencia (Reino Unido/Estados Unidos) que han empezado a convertirse en una clara injerencia en los asuntos internos y la soberanía nacional de muchos países. Sí, se trata de actores básicamente de izquierda o extrema izquierda. Eso refleja la preferencia de Soros por corrientes que van absorbiendo plenamente sus programas y pueden dotar de una supuesta “superioridad moral” a la sociedad que las adopta, una ventaja capaz de garantizar la victoria de su estrategia.

¿Por qué este tipo de especuladores y “turbocapitalistas” (en palabras del filósofo italiano Diego Fusaro)  siempre apoyan a organizaciones de izquierdas y no, por ejemplo, a partidos de la derecha más conservadora, como en principio sería más lógico?

Como todos entendemos, el “turbocapitalismo” no actúa jamás por ideología, sino por interés financiero, y punto. Para explicar su “alianza” con la izquierda debemos comenzar por asumir que los conceptos de izquierda y derecha ya no significan nada. Por tanto, el turbocapitalismo se alía simplemente con aquellos que no solo se abrazan a él, sino a los que ellos consideran capaces de hacer sentir a la sociedad que pertenecer a esa ideología da una “supremacía moral” sobre el resto, asegurándose así una estabilidad para sus negocios. Para ello, Soros ha desarrollado, a golpe de talonario, una auténtica “ingeniería moral” sobre la izquierda y ultraizquierda global.  Su séptimo pasajero, su “alien” particular, ha sabido inocularse en sus cuerpos y ha sustituido rápidamente los principios que sustentaban sus tesis de justicia social, la mayoría de origen cristiano, por el nuevo “moral package” de Soros. Un “set” que funciona ya a modo de “catecismo”, una auténtica religión. Pero quizá lo más efectivo de esa ingeniería moral es que provoca una polarización artificial y forzada de la sociedad, entre partidarios y detractores de ese “set”. De un lado los “buenos”, defensores del “set Soros” y del otro los “malos”, destinados a ser, lo quieran o no, sus opuestos, y destinados, irremisiblemente, a ser considerados, de por vida, como totalitarios, anti-demócratas y fascistoides.

Creo que todo el mundo conoce ya los componentes del “set”. Pueden citarse, entre otros: migración masiva sin fronteras, matrimonios del mismo sexo, pro-abortismo extremo contrario a la defensa de la vida, aceleración de la agenda LGBTI con la sexualidad como “construcción social”, integración de Ucrania en la UE, enfrentamiento con los Estados Unidos, pero sólo con el de Donald Trump, desestabilización y fragmentación de España, a través del apoyo mayoritario del grupo al independentismo golpista catalán, condena irremisible a Hungría por no aceptar el "set", guerra feroz mediática y política contra Rusia, lucha contra una supuesta islamofobia de los europeos, protegiendo al Islam, a veces por encima de creencias mayoritarias en nuestras sociedades, ruptura radical con el cristianismo y los valores en los que se fundamenta, etc. Todos estos componentes del “set” tienen el objetivo de proyectar una sensación radical de injusticia hacia supuestos oprimidos, culpabilizar a los gobiernos que no adopten el “set” e incluso llegar a movilizar al activismo más extremo para sustituir a esos gobiernos por otros más proclives a adoptarlo.    

En cuanto a la derecha conservadora, parece haber perdido el tren de los magnates globalistas. Para los turbocapitalistas la otra vía da más garantías. Se observa, en todo caso, que en la construcción actual del nuevo Parlamento europeo vemos enfrentados a los partidos “sorosianos” (socialistas y demócratas, liberales e izquierda/Podemos), con aquellos a los que apoya Steve Bannon y la administración Trump, es decir, nuevas derechas de todo tipo. Derechas, por cierto, que no son anti-democráticas ni fascistas, como las estigmatiza Soros y su “set”, sino que, en mi opinión, expresan el hartazgo de una UE incapaz de alcanzar su unión política y empeñada, sin embargo, en diluir las soberanías nacionales, dejando así a la deriva el futuro y las aspiraciones de la sociedad europea en su conjunto.

Usted afirma que George Soros, a través de sus fundaciones y asociaciones, trata de destruir la unidad administrativa y política de España. Pero un objetivo de semejante calado debe formar parte de una estrategia de mayor ámbito y debe contar con más protagonistas. ¿Cuál sería esta gran estrategia que se atisbaría detrás del comportamiento de George Soros?; ¿Con qué apoyos cuenta George Soros detrás de él o junto a él?

Ha quedado claro que el intento golpista en Cataluña no hubiera sido posible sin la colaboración plena de Soros y su entramado, acompañados de gobiernos e instituciones con importantes objetivos geopolíticos frente a Europa. Apoyar la fragmentación de España es parte del objetivo final, de mayor calado, que es fragilizar Europa y mantenerla siempre bajo control. Entre sus objetivos está el acabar transformando la UE en una Europa de regiones federadas bajo control estricto de Bruselas y donde las soberanías de los Estados actuales se vayan disolviendo lentamente. Romper España es parte integrante de esa estrategia geopolítica de “control-fragilización” de la UE. A este respecto se observa asimismo,  en el seno de la OTAN y desde instituciones ligadas a ésta última, el protagonismo reforzado del binomio Reino Unido - Estados Unidos, sobre el del resto de sus aliados. Las consecuencias de ese reforzamiento pueden ser graves, a medio plazo, en términos de cohesión atlántica.

¿Qué organizaciones o empresas de George Soros están interviendo en España, trabajando activamente para el desmembramiento del país?

Son muchas. En nuestro libro se describen los principales actores que han jugado un papel clave en el desafío golpista en Cataluña, desafiando la ilegalidad del referéndum y apoyando a la Generalitat y a las instituciones independentistas que hicieron posible dicho proceso. Un proceso que persigue claramente el desmembramiento del país. Se trata de actores apoyados por, que están participados financieramente, o que han colaborado intensamente con Soros y su entramado. En el libro se citan, entre otros: Osife, Diplocat, Cidob, Open Democracy, Nova Innovacion Social, CCCB, New American Foundation, Atlantic Council, Independent Diplomat (ID), SGR LLC Government relations Lobying, DXC Technology, Parlem, Norwegian Helsinki Committee, The Hague Center fo Strategic Studies, así como el conglomerado mediático de Jaume Roures. Pero también de gobiernos sobre los que Soros tiene gran influencia y le han acompañado en el apoyo a la Generalitat. Es relevante subrayar el caso de Independent Diplomat (ID), financiado por Soros con más de $2,8 Millones (2012-2016), así como por la NED del congreso norteamericano y los gobiernos del Reino Unido y Noruega, además de la Carnegie Corp. En ID habría invertido la Generalitat, en tiempos de Artur Mas, más de $1,6 Millones, con el fin de promover internacionalmente y justificar la independencia de Cataluña, denigrando la imagen de España. Conviene recordar que un reciente artículo señalaba que la Generalitat habría invertido, a lo largo de los últimos años, más de 400 millones de dólares en promover, a través principalmente de Diplocat, el proceso de independencia.   

Desde todo tipo de foros “conspiranoicos”, se acusa a las organizaciones de George Soros de promover el reemplazo de la población original europea a través de la potenciación de la inmigración ilegal de origen arabo-africano. En su opinión, ¿hay algo de cierto en este tipo de afirmaciones?

He querido siempre mantenerme lejos de todo planteamiento “conspiranoico”, lo cual no quiere decir que muchos de dichos planteamientos en las redes no sean a veces acertados. El caso de la promoción de la inmigración hacia la UE, no tiene nada de conspiranóico, es una pura realidad. De la reciente visita de Soros al presidente Pedro Sanchez quedó claramente ilustrada la presión para que España adoptase plenamente la agenda prioritaria de inmigración, parte del “set” de Soros. Existe un apoyo desproporcionado a la inmigración masiva hacia Europa, y particularmente España, e incluso la ilegal. Así, la European Stability Initiative (ESI), financiada por Soros y su entramado, viene promoviendo la aceleración de la inmigración hacia Alemania. No olvidemos que esta institución fue la responsable de los más furibundos ataques contra el senador español Pedro Agramunt, por enfrentarse al control de Soros y su entramado, cuando aquel estaba en la Presidencia del Consejo de Europa. Además, el Migration Policy Institute de Washington, también financiado por Soros, a través de su OSF, junto con fondos europeos, ha venido reforzando la integración de migrantes, fuera de cuota. Habría que preguntarse por qué ni España, ni la Comisión Europea, han reaccionado aún ante el hecho de que financiar actividades ilegales, con el dinero del contribuyente español/europeo, es algo ilegal.

¿Cree que individuos como George Soros son un peligro para la seguridad nacional de España o de otros países occidentales?

No es que lo crea, lo afirmo. Según papeles hackeados por el grupo Anonymous por Internet, en noviembre de 2018, Soros y su entramado, a través Political Capital, y junto con otras entidades tales como el National Endowment for Democracy (NED) financiado por el Congreso norteamericano, el Atlantic Council (institución ligada a la OTAN y financiada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos), el German Marshall Fund o The Economist, apoyan al Institute for Statecraft (IFS) y a su Integrity Initiative (II).  Recordemos que el IFS/II están financiadas y controladas, a su vez, por el Foreign and Commonwealth Office (FCO) del Gobierno de su Majestad (Reino Unido), con la colaboración de individuos pertenecientes a los servicios secretos británicos. En el libro desgrano la perversa influencia que esta institución y dicha iniciativa ejercen, a través de la Integrity Initiative, particularmente sobre Europa. Algunas de sus actuaciones constituyen una verdadera injerencia en los asuntos internos de países como España, poniendo en peligro su seguridad nacional, así como la de otros países occidentales. En el caso de nuestro país es evidente que IFS/II ocultaron la responsabilidad de Soros y su entramado en el intento de golpe catalán, echándole la culpa a Rusia, algo que se ha demostrado es totalmente falso. Pero, sobre todo, en la denominada “Operación Moncloa”, por la que la IFS/II y su “cluster español”, dirigido por Nicolás de Pedro, del CIDOB, particularmente pro-independentista, lograron, con la complicidad de otros miembros españoles del Cluster y del propio IFS/II, abortar en un día el nombramiento del Coronel Pedro Baños a la cabeza de la seguridad nacional, cuando ya estaba casi nombrado por el presidente Pedro Sánchez.

Algunos analistas afirman que a través de la corrección política, la ideología de género, el marxismo cultural y la potenciación del Islam político, se está imponiendo en Occidente una especie de totalitarismo blando de corte socialdemócrata que liquidará los valores fundamentales sobre los que se asienta Occidente, derivados especialmente de su tradición judeocristiana y grecolatina... ¿Cree que existe esta amenaza?

Estoy absolutamente convencido de ello. La ingeniería moral es la que da alas a ese auténtico “totalitarismo blando de corte socialdemócrata” que se va imponiendo en todo. Me gusta esa descripción. Es como un tsunami que arrasa con todo por su paso. Hace poco, un amigo me comentaba, observando las revueltas recientes en Argelia, que esas flores y abrazos a los policías, esas recogidas de basura tras las manifestaciones, esa obsesión por el "set”, no se habían visto nunca en ese país. Parecían recetas de manual importadas. Me recordó mucho a lo visto en Cataluña durante los peores días del referéndum ilegal, cuando los independentistas aplicaron el famoso manual subversivo de la no-violencia de Gene Sharp, diseñado y exportado desde el Albert Einstein Institute en los Estados Unidos. En efecto, ese totalitarismo blando y socialdemócrata se ha convertido en una auténtica herramienta geopolítica. Se trata de una corriente claramente totalitaria.

¿Qué mueve a todos los George Soros del mundo, y a los politicos, los intelectuales y los medios de comunicación que los protegen y los amparan?

No voy a decir nada original, pero es que esto es lo que hay desde que en 1968 el mono de 2001 Odisea del Espacio, de Stanley Kubrik, se lió a huesazos con el cráneo de un tapir, para luego hacerlo con el de sus congéneres. El orden puede cambiar pero el binomio responsable es siempre “dinero/poder”, en el orden que prefiera cada uno. Un binomio de cuyo manejo depende la paz o la violencia, la libertad o la esclavitud, y en el caso que nos ocupa, el alineamiento al “pack de valores” de Soros o a la libertad.

No creo realmente que, a pesar de ser uno de los principales magnates del planeta, en el caso de Soros el afán de dinero sea la clave. Yo diría que es más bien el poder como herramienta centrada en alcanzar un “Nuevo Orden Mundial” y moral que consagre el globalismo, mientras deja en la cuneta un reguero de soberanías estatales moribundas. Soros no está solo. Se percibe en él el orgullo de sentir, junto a la América de Obama y el Reino Unido, un destino común globalista al calor del imperio asentado tras la segunda guerra mundial. Un destino que, por cierto, y a pesar de que él declare lo contrario, pretende dejar de lado a una Europa de futuro incierto, porque bien controlada por ese trinomio, para focalizarse en la competencia con China y la desconfianza enfermiza con Rusia. Sin embargo, si hablamos de las ONGs que usa en su entramado, a los políticos o a los periodistas y medios de comunicación que las protegen, amparan y difunden su ideología, aquí huele tremendamente, y siento decirlo, a dinero. No digo que todo sea corrupción y compra de voluntades, queda mucho por investigar, sino más bien, compra de instituciones, 'Think-Tanks', ONGs de todo tipo. Hay mucho, asimismo, de poder financiero y dominio sobre grupos de comunicación, sus medios y el periodismo de investigación.    

¿Cómo podemos defendernos colectivamente de este tipo de perversas influencias?

Si tuviera que escoger cual es la actuación más retorcida y maquiavélica de todas las que hemos observado de este personaje, aparte de meter sus sucias manos en Cataluña, colaborando en un intento de ruptura constitucional y de nuestra soberanía, sin duda diría que el haber desnaturalizado, a nivel global, o de la propia UE, el verdadero papel de las organizaciones no-gubernamentales (ONGs) y haber roto el cometido para el que fueron inicialmente creadas. Me atrevo a calificar a Soros, no ya de ingeniero social, sino de auténtico “abusador social”, alguien que un día debería pagar por esos abusos. Se trata de una persona que decide, en función de sus propios objetivos, subvertir hasta el extremo, y a fuerza de dólares, los fundamentos y mecanismos primigenios del funcionamiento e independencia de dichas organizaciones, pero también la ética periodística y la honestidad profesional que debería caracterizar a los grupos de comunicación, a los medios y al periodismo en general. Así, de un plumazo, Soros rompe órdenes establecidos, logrando que emerja una desconfianza generalizada en lo que realmente representa la supuesta voz de la sociedad civil frente a los Estados. Rompe así los valores que, cínicamente, dice defender desde su famosa “sociedad abierta”. Si esa es la sociedad abierta, por favor, ciérrenla. Se trata, en definitiva, de edificar una sociedad de esclavos intelectuales y morales, a través de su ingeniería social. Sin embargo, esa sociedad empieza a estar claramente harta de que la manipulen.

Soros rompe Estados y sociedades desde la oscuridad que proyecta la complejidad de su método. Él mismo declaró una vez: “no me preocupa el impacto social que tienen mis actuaciones”. Pienso que defendernos de esas perversas influencias solo puede lograrse sacando a la luz y aportando total transparencia a su praxis amoral, así como desenmascarando a aquellos actores de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial que interpretan el “set” al ritmo de su batuta, mostrando las consecuencias de sus actos. Por cierto, que el propio Soros afirmó asimismo que “en un momento dado, cometo actos amorales, aunque el resto del tiempo intento ser moral”. Entonces, ¿a que esperamos? El que se sabe culpable siempre pierde sus agallas. Somos más y mejores, y sobre todo no vamos a permitir que nadie guie nuestra conciencia, dicte nuestras vidas o programe nuestras decisiones electorales.  

El libro "Soros. Rompiendo España", de Juan Antonio de Castro y de Aurora Ferrer, se presenta el viernes 24 de mayo, a las 20,15 horas, en la Librería Códice de Madrid. En el acto se contará con la presencia del coronel Pedro Baños Bajo.