La sociedad líquida
La imagen de la "sociedad líquida" se utiliza ahora en los contextos más diversos y se ha convertido en un lugar común. La metáfora de la liquidez es, de hecho, muy eficaz a la hora de explicar la dinámica del mercado transnacional y la precariedad planetaria. Ambos conceptos, por definición, son marítimos.
Gracias a Zygmunt Bauman, la imagen de la "sociedad líquida" se ha convertido en canónica. Tanto es así que puede ser utilizada en una gran variedad de contextos, a veces actuando como un lugar común. La metáfora de la liquidez es, de hecho, particularmente eficaz para subrayar la esencia de la acumulación flexible y la sociedad del deslizamiento fluido de capital financiero en ausencia de barreras y límites, barreras "sueltas" y eliminadas junto con cada instancia "sólida" y estable de la anterior estructura dialéctica y fordista, proletaria y burguesa.
Entre las propiedades del agua, está también esa omnipresencia y esa capacidad de introducirse en todos los espacios, de invadir, de superar todas las barreras y de erosionar incluso las rocas más sólidas. Corresponden perfectamente a las propiedades de la flexibilidad universal típica del mundo posterior a 1989. Este último, habiendo saturado todo espacio real e imaginario, "est aujourd'hui partout" ["está ahora en todas partes", en francés en el original] según la fórmula utilizada por Pierre Bourdieu.
Si se utilizara la pareja geofilosófica de tierra y mar codificada por Carl Schmitt (cf. Tierra y Mar, 1942), se podría argumentar razonablemente que la dinámica del mercado transnacional y la precarización planetaria es, por definición, marítima. Se desarrolla en un mundo liso, sin fronteras ni puntos fijos, sin altos ni bajos. Dibuja una realidad en la que todo lo que es ligero flota en la superficie y todo lo que tiene un peso se hunde en las profundidades.
La extensión del mar, al igual que el mercado financiero de la flexibilidad planetaria, sólo conoce olas, flujos y reflujos, tormentas repentinas y trastornos inesperados. El mar, por lo tanto, se eleva a la metáfora absoluta de la producción flexible, no sólo por la liquidez que lo caracteriza, sino también por el proceso convergente de des-territorialización que caracteriza la época del desarraigo planetario que se produce por la expansión del mercado globalizado: el mar es perpetuamente inestable, en su incesante devenir, y, al mismo tiempo, impide cualquier estabilización. Obliga a los que se aventuran en él al perpetuo dinamismo de la navegación y el desplazamiento. Les priva de puntos fijos y estables.
Al igual que el marinero, a una distancia sin precedentes del continente y a merced de las tormentas, el hombre precario navega a la vista, entre derivas y naufragios, sean laborales, sean existenciales, en medio de lo que, con Guicciardini, podríamos ciertamente calificar como "un mar excitado por el viento". Su trayectoria es insegura y desigual, ya que varía continuamente, entre tormentas y bancos de arena impredecibles e inesperados, debido a crisis financieras o deslocalizaciones repentinas, reestructuraciones y racionalización empresarial.
Bienvenidos a la sociedad líquida global.
https://www.fanpage.it/la-societa-liquida-o-dell-assenza-di-terra-ferma/
La imagen de la "sociedad líquida" se utiliza ahora en los contextos más diversos y se ha convertido en un lugar común. La metáfora de la liquidez es, de hecho, muy eficaz a la hora de explicar la dinámica del mercado transnacional y la precariedad planetaria. Ambos conceptos, por definición, son marítimos.
Gracias a Zygmunt Bauman, la imagen de la "sociedad líquida" se ha convertido en canónica. Tanto es así que puede ser utilizada en una gran variedad de contextos, a veces actuando como un lugar común. La metáfora de la liquidez es, de hecho, particularmente eficaz para subrayar la esencia de la acumulación flexible y la sociedad del deslizamiento fluido de capital financiero en ausencia de barreras y límites, barreras "sueltas" y eliminadas junto con cada instancia "sólida" y estable de la anterior estructura dialéctica y fordista, proletaria y burguesa.
Entre las propiedades del agua, está también esa omnipresencia y esa capacidad de introducirse en todos los espacios, de invadir, de superar todas las barreras y de erosionar incluso las rocas más sólidas. Corresponden perfectamente a las propiedades de la flexibilidad universal típica del mundo posterior a 1989. Este último, habiendo saturado todo espacio real e imaginario, "est aujourd'hui partout" ["está ahora en todas partes", en francés en el original] según la fórmula utilizada por Pierre Bourdieu.
Si se utilizara la pareja geofilosófica de tierra y mar codificada por Carl Schmitt (cf. Tierra y Mar, 1942), se podría argumentar razonablemente que la dinámica del mercado transnacional y la precarización planetaria es, por definición, marítima. Se desarrolla en un mundo liso, sin fronteras ni puntos fijos, sin altos ni bajos. Dibuja una realidad en la que todo lo que es ligero flota en la superficie y todo lo que tiene un peso se hunde en las profundidades.
La extensión del mar, al igual que el mercado financiero de la flexibilidad planetaria, sólo conoce olas, flujos y reflujos, tormentas repentinas y trastornos inesperados. El mar, por lo tanto, se eleva a la metáfora absoluta de la producción flexible, no sólo por la liquidez que lo caracteriza, sino también por el proceso convergente de des-territorialización que caracteriza la época del desarraigo planetario que se produce por la expansión del mercado globalizado: el mar es perpetuamente inestable, en su incesante devenir, y, al mismo tiempo, impide cualquier estabilización. Obliga a los que se aventuran en él al perpetuo dinamismo de la navegación y el desplazamiento. Les priva de puntos fijos y estables.
Al igual que el marinero, a una distancia sin precedentes del continente y a merced de las tormentas, el hombre precario navega a la vista, entre derivas y naufragios, sean laborales, sean existenciales, en medio de lo que, con Guicciardini, podríamos ciertamente calificar como "un mar excitado por el viento". Su trayectoria es insegura y desigual, ya que varía continuamente, entre tormentas y bancos de arena impredecibles e inesperados, debido a crisis financieras o deslocalizaciones repentinas, reestructuraciones y racionalización empresarial.
Bienvenidos a la sociedad líquida global.
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