Sábado, 20 de Septiembre de 2025

Actualizada Sábado, 20 de Septiembre de 2025 a las 20:13:18 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Ernesto Ladrón de Guevara
Lunes, 31 de Marzo de 2014 Tiempo de lectura:

La trama del adoctrinamiento abertzale

Recordarán ustedes, si han leído mis anteriores artículos, que hace menos de un mes yo denunciaba el pacto del PSN navarro con Bildu para derribar a la presidenta navarra, la señora Barcina.

 

Recordarán que yo afirmaba, con rotundidad y certidumbre, que había una estrategia del mundo abertzale para conquistar el poder en Navarra y lograr así el proceso de unificación con el País Vasco como fase previa para conseguir la independencia de Euskadi, en un devenir parecido al que está desarrollándose en Cataluña, es decir, sin el más mínimo respeto a la legalidad ni al Estado de Derecho.

 

Recordarán que yo escribía sobre el lamentable papel –yo diría papelón- de los socialistas navarros como tontos útiles en ese proceso, afortunadamente abortado por Rubalcaba, no sé si tanto por convicción o por mera estrategia electoral. Gracias a ese freno Navarra aún está controlada por los no nacionalistas, lo que no quiere decir que esté en buenas manos ni que sean especialmente hábiles para impedir el adoctrinamiento de la sociedad navarra, puesto en marcha desde hace tiempo por el espectro nacionalista-secesionista.

 

Pues bien, confirmando esas impresiones –más bien evidencias, aunque algunos se nieguen a admitirlas como realidad-  el diario “El Mundo” informaba, hace unas fechas, de la estrategia de Sortu contemplado en un documento llamado “Euskal Herria bidean” por el cual  pretenden lograr una “interacción política e institucional permanente entre el País Vasco y Navarra, y la diferenciación del  territorio vasco respecto al resto del Estado  francés. De forma ‘progresiva’ pero sin que nadie se descuelgue para que el proceso no acabe dividiendo a sus miembros”. En definitiva crear las bases socio-políticas e institucionales para configurar “Euskal Herria”.

 

En ese proceso contemplan la dinámica de  la “unilateralidad” al estilo de CIU y ERC en Cataluña, con la “confrontación democrática” (sic) y la “desobediencia popular e institucional”, como “instrumento indispensable” para la “activación popular” y “la acumulación de fuerzas”  En ese proceso establecen tres fases: En la primera la “resolución del conflicto”, en la que ETA desaparece dando la apariencia de una pacificación compatible con la narración abertzale con lo ocurrido y la equiparación de víctimas y verdugos. La siguiente sería la de “conformar el sujeto”, es decir Euskal Herria, para lo que necesitan la conquista de Navarra a ese efecto. La última de las tres fases sería la de la independencia, utilizando la primera fase como argumento para contribuir a la falsa expectativa de paz y normalización.

 

¿Y en todo este lío qué tiene que ver la educación –en realidad adoctrinamiento-? Decía yo también en varios artículos anteriores que el control de las escuelas, de los institutos y de la universidad ha sido el pilar clave, junto con la coacción política y social limitadora de libertades y derechos, y el control, así mismo, de los medios de comunicación, y socializadores culturales. Pero sobre todo el primer control, el de las aulas.

 

Es evidente que ese adoctrinamiento, en unos casos es burdo, y en la mayor parte de los otros sutil como una lluvia fina que ha ido calando, ha sido determinante.

 

Una acepción de adoctrinar, en el imaginario colectivo, es la de  prefabricar la ofuscación del intelecto mediante la utilización del sofisma como método irracional del pensamiento, y el uso perverso de la falsedad como sistema de control mental de la población. Y en eso interviene más el “currículo oculto” que el explícito, es decir la interrelación de un profesorado revestido de los atributos del comisario político con sus alumnos, aunque un análisis detallado de los libros de texto nos proporcionaría abundante material como para ridiculizar el compendio de barbaridades administrado en las aulas.

 

Aristóteles dijo en su tiempo que “la irrealidad es decir que lo que es que no es, o de lo que no es que es; en contraposición a la verdad que es decir de lo que es que es, y de  lo que no es que no es”

 

Gramsci, en la cárcel durante el dominio de Mussolini, escribió que la única vía y la única estrategia exitosa era la penetración y control de las instituciones educativas y culturales, para lograr el adoctrinamiento de la juventud, e imponer por la dinámica social el socialismo en Italia, mediante la religión marxista y cambiando la cosmovisión de la sociedad. No cabe duda que otros, después de él, tomaron buena nota de esto. Nacionalistas, socialistas y abertzales totalitarios de signo marxista-revolucionario han aprendido pronto esta lección. No hubiera calado en la sociedad navarra este ideario aberrante de no haber realizado pacientemente una práctica corrosiva de “entrismo” dentro de la red pública navarra y otras instituciones llamadas educativas como las ikastolas. Sobre todo en los modelos de inmersión lingüística.

 

Al contrario de lo que expresa la Declaración Universal de los Derechos Humanos que establece que “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concordante a la educación elemental y fundamental. La educación tendrá como objeto el pleno  desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento de los derechos humanos y a la libertad fundamental. Los padres tendrán el derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos…”  durante, ya, décadas se ha estado manipulando de forma estridente y descarada las conciencias de los niños y adolescentes para lograr configurar la cosmovisión colectiva, sin que nadie haya movido un dedo para impedirlo, y con la negligente ociosidad y omisión de quienes debieran haber tutelado el derecho de sus hijos.

 

Los ciudadanos contribuyen a sostener al Estado y a los partidos políticos. Son los ciudadanos los que tienen el derecho a ejercer su obligación de tutelar el proceso de educación de sus hijos, no a ser súbditos del Estado en cualquiera de sus formas.

 

Solo los gobiernos tiránicos recurren al adoctrinamiento para impedir el ejercicio de los ciudadanos a ser libres y de ejercer sus derechos, para lo que se requiere la conciencia de serlo y el conocimiento objetivo de las realidades que conforman su espacio cultural y su devenir histórico real, no el manipulado.

 

La sumisión, el sometimiento a estrategias de manipulación ideológica, y la coerción llevan a la esclavitud y al subdesarrollo.

 

La escuela adoctrinadora es proselitista, no plural y democrática.

 

Seduciendo a ingenuos se aborrega, se forma personalidades acríticas, ignorantes y ofuscadas, entorcadas en la miseria intelectual y en la irracionalidad.


www.educacionynacionalismo.com



Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.