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Fernando José Vaquero Oroquieta
Martes, 11 de Junio de 2019 Tiempo de lectura:

Patriarca maronita emérito, Cardenal Nasralah Pierre Sfeir: faro y vanguardia en Líbano de la Europa cristiana

[Img #15820]A tres días de cumplir los 99 años, el pasado 12 de mayo falleció el 76º Patriarca emérito de Antioquía y de todo el Oriente de los Maronitas Nasrallah Pierre Sfeir, en el hospital Hôtel-Dieu de France de Beirut. Había sido nombrado cardenal por Juan Pablo II en 1994.

 

Calificado en los medios periodísticos más prestigiosos de Próximo Oriente, caso del francófono beirutí L´Orient – Le Jour, como “el Patriarca de la segunda independencia” –la primera en 1943, de la potencia colonial francesa; la segunda, en 2005, tras 29 años de ocupación siria-, su muerte trascendió en mucho la estrecha franja de tierra del pequeño Líbano, impactando especialmente en las comunidades cristianas de Próximo Oriente, y entre todos los interesados e implicados en un sincero diálogo cristianismo-Islam.

 

En España apenas se hicieron eco del deceso algunos medios escritos, caso de La Vanguardia, y otros tradicionalmente atentos a la política internacional. Pero sus necrológicas apenas repitieron los lugares comunes insertos en las notas difundidas para la ocasión por algunas agencias de prensa de orientación católica, caso de Asia News, Vatican News, etc.

 

Ciertamente, el papel de Nasrallah Pierre Sfeir fue decisivo en el mantenimiento de la independencia y soberanía del Líbano, en la elaboración y desarrollo de los Acuerdos de Taif que pusieron fin a la guerra civil, en la reconciliación cristiano-drusa de la Montaña libanesa, en la denuncia e investigación de la desaparición de miles de libaneses a lo largo de su cruenta y larga guerra civil y por la ocupación siria, y en el diálogo religioso, pero también cultural y político, con el Islam sunita, especialmente.

 

Su permanente sonrisa, y la serenidad que transmitía, no le impidieron ser valiente como pocos, siempre unívoco, y en permanente y firme rechazo a que el partido/milicia chií Hezbolá se constituyera en un “estado dentro del estado”, manteniendo un potente ejército al servicio de intereses ajenos al de los libaneses.

 

No obstante, otro terreno en el que la lucidez del patriarca fuera, acaso, aún más decisiva, era su empeño en impedir se aplicara a los cristianos libaneses, pese a su pérdida de peso demográfico y político, el estatuto de dhimmi, o de las “religiones del Libro/gentes del Libro”, por parte de los musulmanes ya mayoritarios.

 

La consideración como dhimmi, por la mayoría musulmana a partir de las siempre inalterables disposiciones coránicas, implica un estatuto arbitrario -para esas minorías- de simple tolerancia al albur de los caprichos políticos y avaricia del poder musulmán. Se les “tolera” en tanto se les reconoce ese estatus y paguen el diezmo per cápita. Algo por completo completamente alejado del estatuto de ciudadanía plena al que estamos acostumbrados en Europa. De hecho, el Estado Islámico (Daesh), ¡también aplicó el estatuto de dhimmi!, pero lo que hizo fue imponer, por ejemplo en las llanuras de Nínive, un impuesto de 2.000 dólares por cabeza a cada miembro de toda familia cristiana… a sabiendas de que su abono sería imposible. Las consecuencias son de sobra conocidas: expulsiones, expolios, asesinatos, destrucción de su patrimonio religioso…

 

En el complicado mosaico internacional que constituye Próximo Oriente, de luchas por el poder, interferencias de potencias extranjeras, impulso mediático torticero de las mal llamadas “primaveras árabes”, desarrollo total del terrorismo suní, etc., el Cardenal Nasrallah Pierre Sfeir fue una figura respetada, siempre discreto, operativo e incansable. Un apoyo lúcido y valiente de su comunidad, de todos los cristianos y demás minorías no sólo de Líbano, sino de Próximo Oriente. Y por todo ello, faro y vanguardia de la Europa cristiana que no reniega de sus valores e identidad.

 

Mucho tenemos que aprender en esta Europa nuestra –buenista, multiculturalista y lobotomizada por los dogmas y diques de contención de lo políticamente correcto- de la visión, perspectiva y ejemplo del gran Cardenal Nasrallah Pierre Sfeir. No en vano, debemos preguntarnos: ¿Líbano, hoy, Europa, mañana?

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