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Domingo, 30 de Junio de 2019 Tiempo de lectura:
Fractura social y crisis política en Francia

¿Hacia la segunda revolución francesa?

Leer ensayo completo en la Revista Naves en LLamas Nº 5

 

[Img #15940]La situación social y política que vive Francia desde el verano de 2018 se ha venido traduciendo en una representación teatral por episodios, como si de una tragedia clásica se tratara, cuyo motivo es la visibilización de la crisis existencial que se viene ensayando desde varios años atrás, y donde el escenario se sitúa tanto en las ciudades como en los nudos de comunicación de todo el país. El argumento de la tragedia suele ser la caída en desgracia de un personaje importante por haber cometido algún error producto de sus impulsos pasionales o irracionales: así parece haber sucedido con el presidente (Macron) quien, con sus torpezas y desprecios al pueblo francés, ha conseguido liquidar en año y medio la confianza que se le había otorgado en las últimas elecciones. Por otra parte, con este género teatral se buscaba la catarsis del público que observaba la pieza, y esto parece ser también lo que viene sucediendo con las retransmisiones en directo de cada episodio en los medios (episodios numerados cada sábado desde el 17N: Acto I, Acto II, etc.). Para tener la obra teatral completa, habría que conocer el éxodo o acto final, donde el héroe reconoce su error y es castigado por los dioses, de manera que se pueda extraer la enseñanza moral de lo sucedido, pero esta parte no se ha escrito todavía.

 

 

Pero para entender qué ha llevado a buena parte de los franceses a enfundar el chaleco amarillo y saltar como protagonistas a escena se necesitaría recorrer las regiones de la “Francia profunda” de hoy en día. Esos territorios alejados de las grandes vías de comunicación, con pocos servicios públicos, la inversión del Estado en retirada, sin comercio local, con poca actividad industrial… sobreviven como suspendidos en el tiempo. Es la “Francia periférica” que tanto se ha mencionado en estos días, retomando el concepto creado por el geógrafo Christophe Guilluy en 2014. Se trata de la fractura entre los grandes polos urbanos beneficiarios de la globalización neoliberal y una Francia alrededor formada por ciudades medianas y pueblos casi olvidados. Una fractura, pues, geográfica, social y también cultural que se observa entre las clases sociales de ambos mundos y también entre las generaciones.

 

Después del recorrido, habríamos comprobado que Francia es un país que pierde su alma. En el estado de decrepitud de los pueblos se observa el final de una identidad y una cultura propias, labradas a lo largo de los siglos. La realidad histórica de Francia está basada en el mapa de las parroquias del Antiguo Régimen, sobre el que se superpuso el de las comunas después de la Revolución de 1789. Son más de 35.000 pequeños núcleos de población los que estructuran el territorio y los que pasan hoy penalidades. Los habitantes locales se consideran unos supervivientes de un mundo que ya no volverá, como ha constatado Jean-Pierre Le Goff. Francia sufre, entre otras cuestiones, porque sus pueblos se mueren...

 

Leer ensayo completo en la Revista Naves en LLamas Nº 5

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