Presidenta de "La Manif pour Tous"
Ludovine de la Rochère: "El hombre no puede ser reducido a un simple distribuidor de esperma"
Hijos deliberadamente privados de padre, desviación en el ejercicio de la medicina, mercantilización del ser humano: la presidenta de "La Manif pour Tous" advierte al Gobierno francés que el proyecto de ley sobre la procreación médica asistida (PMA) para todas es un cambio de paradigma que conduce en línea recta hacia el transhumanismo y suscitará una oposición masiva en la calle.
Durante su discurso de política general del 12 de junio, el Primer Ministro anunció la extensión de la PMA a todas las mujeres, con pareja femenina o sin pareja alguna. ¿Cuál es su opinión sobre este asunto?
Los franceses no son mayoritariamente favorables a la extensión de la PMA. En una encuesta realizada en junio resultó que 83% de los franceses estiman que un niño nacido de una PMA tiene el derecho de contar con un padre y una madre. Es un porcentaje similar al resultado de la consulta ciudadana organizada en el marco de los Estados generales de la bioética, lo que nos muestra que el asunto divide todavía a la sociedad francesa. En su informe, el profesor Delfraissy, Presidente del Comité Consultativo Nacional de Ética, confiesa que no hay consenso ante esta cuestión, incluso si silencia voluntariamente la oposición masiva que se manifestó contra la PMA en el marco de dicha consulta. Esta precisión es muy importante ya que el presidente Macron había puesto como condición de la extensión de la PMA a que hubiera un amplio consenso en la sociedad. Podemos constatar que eso no existe a día de hoy. Al contrario, encuesta tras encuesta, la oposición a la PMA “para todas” se refuerza.
¿Estamos dando un gran salto hacia lo desconocido?
Es un cambio completo de paradigma. Por un lado, no se mide la grave responsabilidad que consiste en privar de un padre a los niños de forma deliberada. Se está enviando a la sociedad una señal en el sentido de que los padres no tienen ninguna importancia. Se cuestiona la figura paterna en la educación de los hijos. Sin embargo, el niño tiene tanta necesidad de un padre como de una madre. Es tan cierto que los partidarios de la PMA afirman ellos mismos que será necesario establecer un referente masculino cerca de los hijos, por ejemplo, un tío o un hombre exterior a la familia. Pero esto no sustituirá nunca al padre. Además, ya no se permitirá al hijo situarse en una genealogía y en una historia. En la segunda generación, el hijo ya no tendrá un abuelo; toda la inclusión en una línea familiar salta por los aires.
Por otra parte, se trata de una desviación en el ejercicio de la medicina, puesto que esta disciplina consiste en curar las enfermedades, no en satisfacer nuestros deseos. En esto, la PMA lleva al transhumanismo, que busca emancipar al ser humano de su condición. El profesor Jean-Louis Touraine, gran militante en favor de la PMA, afirma querer “superar los límites biológicos” del ser humano y contempla la procreación sin sexo para todos. ¡Una auténtica locura!
Entramos también en una lógica de mercantilización del cuerpo humano.
En el espíritu del gran público, la mercantilización comienza con la maternidad subrogada, que consiste en alquilar a una mujer para obtener de ella un hijo. Pero la mercantilización concierne también a la PMA. En efecto, no tenemos actualmente suficientes gametos masculinos para cubrir las demandas de parejas heterosexuales que sufren infertilidad y que necesitan un donante (representan el 4,5% de ellas que recurren a la PMA). Estas parejas deben esperar muchos meses, incluso años en algunas regiones, para obtener una donación de gametos. Si se extiende la PMA a las parejas del mismo sexo y a las mujeres sin pareja, Francia tendrá que comprar los gametos en el extranjero (por ejemplo, en Dinamarca, que los comercializa) como hacen ya en Bélgica o Reino Unido. En Francia, esto sería contrario al artículo 16-1 del Código Civil según el cual “el cuerpo humano, sus elementos y sus productos no pueden ser objeto de un derecho patrimonial”. El hombre no puede ser reducido a un simple distribuidor de esperma [...]
Además, la reclamación se basa en nombre de una idea falseada de la igualdad. En efecto, el Consejo de Estado y el Consejo Constitucional han recordado que no hay comparación posible entre la situación de una pareja heterosexual y de una pareja homosexual en cuanto a la procreación, y que no puede haber discriminación en la situación actual. A la contra, esta ley creará nuevas discriminaciones: habrá una desigualdad entre los hijos que tengan padre y los que hayan sido privados de él; entre las mujeres que pueden recurrir a la PMA y los hombres que no puedan utilizar la maternidad subrogada (esta desigualdad llevará automáticamente a la legalización de los vientres de alquiler); y, por último, entre las parejas homosexuales que puedan recurrir a la PMA sin condiciones y las parejas heterosexuales en las que existirá todavía una condición de infertilidad.
¿Se contempla también la eugenesia en este proyecto?
En la PMA, se puede escoger los gametos, ya existe en el marco de la PMA utilizada para parejas heterosexuales. Y la ley no enmarca verdaderamente estas prácticas: el biólogo que realiza la PMA es quien escoge al donante según los criterios que llamamos “correspondencia”. Es decir, para que el hijo se parezca lo más posible a los progenitores, se buscan gametos de un hombre con el mismo color de piel, de ojos, de cabello… También se practican tests genéticos. El biólogo tiene una enorme responsabilidad al escoger al padre de ese hijo. Esta posibilidad de selección va a ser aumentada con la extensión de la PMA puesto que se escogerán y comprarán los gametos por catálogo en función de criterios añadidos como los físicos, psicológicos, el cociente intelectual, etc. Esta selección será aumentada porque cambiará nuestra manera de concebir la concepción de un hijo: será un hijo que se encarga y no un hijo que se recibe como es. Por otra parte, la PMA post-mortem será legal, es decir, que las personas muertas podrán tener hijos.
Esto es a lo que podemos llegar en una sociedad individualista como la nuestra que es guiada por la búsqueda desenfrenada de la satisfacción de nuestros deseos individuales.
(*) Extractos de la entrevista publicada en la revista francesa L' Incorrect Nº 22. Julio 2019. Traducido por: Esther Herrera Alzu.
Hijos deliberadamente privados de padre, desviación en el ejercicio de la medicina, mercantilización del ser humano: la presidenta de "La Manif pour Tous" advierte al Gobierno francés que el proyecto de ley sobre la procreación médica asistida (PMA) para todas es un cambio de paradigma que conduce en línea recta hacia el transhumanismo y suscitará una oposición masiva en la calle.
Durante su discurso de política general del 12 de junio, el Primer Ministro anunció la extensión de la PMA a todas las mujeres, con pareja femenina o sin pareja alguna. ¿Cuál es su opinión sobre este asunto?
Los franceses no son mayoritariamente favorables a la extensión de la PMA. En una encuesta realizada en junio resultó que 83% de los franceses estiman que un niño nacido de una PMA tiene el derecho de contar con un padre y una madre. Es un porcentaje similar al resultado de la consulta ciudadana organizada en el marco de los Estados generales de la bioética, lo que nos muestra que el asunto divide todavía a la sociedad francesa. En su informe, el profesor Delfraissy, Presidente del Comité Consultativo Nacional de Ética, confiesa que no hay consenso ante esta cuestión, incluso si silencia voluntariamente la oposición masiva que se manifestó contra la PMA en el marco de dicha consulta. Esta precisión es muy importante ya que el presidente Macron había puesto como condición de la extensión de la PMA a que hubiera un amplio consenso en la sociedad. Podemos constatar que eso no existe a día de hoy. Al contrario, encuesta tras encuesta, la oposición a la PMA “para todas” se refuerza.
¿Estamos dando un gran salto hacia lo desconocido?
Es un cambio completo de paradigma. Por un lado, no se mide la grave responsabilidad que consiste en privar de un padre a los niños de forma deliberada. Se está enviando a la sociedad una señal en el sentido de que los padres no tienen ninguna importancia. Se cuestiona la figura paterna en la educación de los hijos. Sin embargo, el niño tiene tanta necesidad de un padre como de una madre. Es tan cierto que los partidarios de la PMA afirman ellos mismos que será necesario establecer un referente masculino cerca de los hijos, por ejemplo, un tío o un hombre exterior a la familia. Pero esto no sustituirá nunca al padre. Además, ya no se permitirá al hijo situarse en una genealogía y en una historia. En la segunda generación, el hijo ya no tendrá un abuelo; toda la inclusión en una línea familiar salta por los aires.
Por otra parte, se trata de una desviación en el ejercicio de la medicina, puesto que esta disciplina consiste en curar las enfermedades, no en satisfacer nuestros deseos. En esto, la PMA lleva al transhumanismo, que busca emancipar al ser humano de su condición. El profesor Jean-Louis Touraine, gran militante en favor de la PMA, afirma querer “superar los límites biológicos” del ser humano y contempla la procreación sin sexo para todos. ¡Una auténtica locura!
Entramos también en una lógica de mercantilización del cuerpo humano.
En el espíritu del gran público, la mercantilización comienza con la maternidad subrogada, que consiste en alquilar a una mujer para obtener de ella un hijo. Pero la mercantilización concierne también a la PMA. En efecto, no tenemos actualmente suficientes gametos masculinos para cubrir las demandas de parejas heterosexuales que sufren infertilidad y que necesitan un donante (representan el 4,5% de ellas que recurren a la PMA). Estas parejas deben esperar muchos meses, incluso años en algunas regiones, para obtener una donación de gametos. Si se extiende la PMA a las parejas del mismo sexo y a las mujeres sin pareja, Francia tendrá que comprar los gametos en el extranjero (por ejemplo, en Dinamarca, que los comercializa) como hacen ya en Bélgica o Reino Unido. En Francia, esto sería contrario al artículo 16-1 del Código Civil según el cual “el cuerpo humano, sus elementos y sus productos no pueden ser objeto de un derecho patrimonial”. El hombre no puede ser reducido a un simple distribuidor de esperma [...]
Además, la reclamación se basa en nombre de una idea falseada de la igualdad. En efecto, el Consejo de Estado y el Consejo Constitucional han recordado que no hay comparación posible entre la situación de una pareja heterosexual y de una pareja homosexual en cuanto a la procreación, y que no puede haber discriminación en la situación actual. A la contra, esta ley creará nuevas discriminaciones: habrá una desigualdad entre los hijos que tengan padre y los que hayan sido privados de él; entre las mujeres que pueden recurrir a la PMA y los hombres que no puedan utilizar la maternidad subrogada (esta desigualdad llevará automáticamente a la legalización de los vientres de alquiler); y, por último, entre las parejas homosexuales que puedan recurrir a la PMA sin condiciones y las parejas heterosexuales en las que existirá todavía una condición de infertilidad.
¿Se contempla también la eugenesia en este proyecto?
En la PMA, se puede escoger los gametos, ya existe en el marco de la PMA utilizada para parejas heterosexuales. Y la ley no enmarca verdaderamente estas prácticas: el biólogo que realiza la PMA es quien escoge al donante según los criterios que llamamos “correspondencia”. Es decir, para que el hijo se parezca lo más posible a los progenitores, se buscan gametos de un hombre con el mismo color de piel, de ojos, de cabello… También se practican tests genéticos. El biólogo tiene una enorme responsabilidad al escoger al padre de ese hijo. Esta posibilidad de selección va a ser aumentada con la extensión de la PMA puesto que se escogerán y comprarán los gametos por catálogo en función de criterios añadidos como los físicos, psicológicos, el cociente intelectual, etc. Esta selección será aumentada porque cambiará nuestra manera de concebir la concepción de un hijo: será un hijo que se encarga y no un hijo que se recibe como es. Por otra parte, la PMA post-mortem será legal, es decir, que las personas muertas podrán tener hijos.
Esto es a lo que podemos llegar en una sociedad individualista como la nuestra que es guiada por la búsqueda desenfrenada de la satisfacción de nuestros deseos individuales.
(*) Extractos de la entrevista publicada en la revista francesa L' Incorrect Nº 22. Julio 2019. Traducido por: Esther Herrera Alzu.