Cuentos de hadas
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        
        
                
        
        El mundo está plagado de conspiraciones. En la mayoría de ellas, oscuros hombres de negocios, multimillonarios, deciden sobre nuestro destino y nuestra vida con total desprecio de las aspiraciones políticas de inocentes pueblos que son engañados y conducidos al abismo sin ser conscientes de ello. Tales demonios dirigen la política mundial desde sus grandes despachos situados siempre en la última planta de enormes rascacielos que son, a su vez, un trasunto del Olimpo desde el cual los dioses, con permiso siempre del gran Zeus, jugaban con los humanos.
 
A los humanos nos encantan las conspiraciones. Así, siempre tenemos a quien echarle la culpa de nuestros males.
 
De este modo, se magnifica el poder económico al cual, supuestamente, están sometidos todos los demás ámbitos de la realidad. Se desprecia y se minusvalora el poder de las ideologías, de las religiones, de las emociones y, sobre todo y especialmente, de la política.
 
Corren por las redes vídeos donde supuestos expertos explican cómo tales poderes económicos influyen decisivamente en procesos de ruptura de la tradición histórica y de la legalidad, quebrantando comunidades y provocando conflictos, como el golpe de Estado en Cataluña.
 
El multimillonario Georges Soros se ha convertido en el prototipo de los dioses del Olimpo que nos dirigen. Dicen que ha influido notablemente en el proceso de Cataluña a través de diversos organismos que financian instituciones y asociaciones favorables a la independencia.
 
Es posible que lo haya hecho, aunque aún no me consta una sola prueba de ello a pesar de las múltiples noticias al respecto. Puede ser que apoye o incluso financie tales organismos, pero ¿alguien de verdad piensa seriamente que sin un poder político, Soros podría haber conseguido la declaración de independencia del Parlamento de Cataluña, organizar un referéndum ilegal y todos los sucesos que han acontecido desde entonces? ¿Ha sido el dinero de Soros el que ha financiado un régimen corrupto hasta la médula en Cataluña o ha sido la subvención permanente por el Estado de los organismos políticos secesionistas y el dinero de la corrupción de CIU, el famoso 3%? ¿Ha sido Soros, y otros como Soros, los que han conseguido que se adoctrine en las escuelas, institutos y universidades y a través de una televisión pública y unos periódicos subvencionados con dinero estatal español a generaciones de catalanes en el odio a España y en la supuesta necesidad imperiosa de conseguir un Estado propio? ¿Ha sido Soros quien ha estado detrás de la mafia pujoliana que ha creado este estado de cosas desde hace cuarenta años?
 
O, por el contrario, ¿no ha sido una operación de ingeniería social perfectamente orquestada desde el único ámbito posible quien ha llevado a la sociedad catalana a estos extremos? ¿Hay otro ámbito distinto al político capaz de llevar a cabo tan gigantesco proyecto de "construcción" desde la nada de un país? (Salvo que pensemos que Soros desde hace cuarenta años está detrás de Pujol, lo cual es un disparate, es imposible concluir que el promotor y ejecutor de tal proyecto sea otro que el poder político catalán).
 
Eso sí, es el propio poder político quien se encarga de desviar la atención sobre esos supuestos y maléficos poderes económicos para evitar que centremos nuestra atención precisamente en los únicos que tienen el poder de crear y dirigir la sociedad. La cuestión económica es secundaria porque por mucho dinero que tengan algunos poderosos o empresas difícilmente pueden influir en la forma de pensar de grandes capas de población y porque si la cuestión fuera sólo económica, mucho más dinero manejan los políticos que los multimillonarios.
 
Un adinerado puede comprar un político, pero difícilmente puede comprar una clase política, que es la realmente lleva a término las ingenierías sociales. ¿Quién ha implantado el pensamiento político correcto en España: Soros o el PSOE? La respuesta es obvia: el poder político apoyado en el poder de la prensa afín: es más peligroso un periodista que un millonario.
 
Una decisión política tiene mucho más calado y trascendencia que una decisión económica o que una compra de voluntades. Un tuit de Trump hizo zozobrar la bolsa de Nueva York incluso antes de ser presidente.
 
Desviando la atención hacia los supuestos ricos malos le hacemos el juego al monstruo político que es el que realmente nos somete. El Frío Monstruo (el Estado, el poder político) se ríe a carcajadas mientras nos asustamos como niños ante el cuento de Hensel y Gretel en el cual la vieja bruja es sustituida por los malísimos y maquiavélicos millonarios que viajan en limusina y avión privado de un lado a otro del mundo ordenando, con la fuerza de su dinero, los designios de la historia.
 
Quien más intenta convencernos de la inocencia de la política y del malévolo poder económico son precisamente aquéllos que convierten la política en su razón de ser, en su religión y acción vital: la izquierda. Quiere así engañarnos sobre la verdadera faz del poder que mueve el mundo, haciendo aparecer el poder económico como malvado y señalando el poder político (su doctrina política) como la salvación. Aparentando que el poder económico es la causa de nuestros males, promueven el odio a la riqueza cuando ésta es la única causa de la libertad. La izquierda odia la libertad y, por ello, odia la riqueza, pues ésta nos garantiza nuestra autonomía. Si se observa con detenimiento, uno puede contemplar cómo todo ello es la razón última del mismo discurso de siempre de la izquierda: odio a la riqueza general (se oculta tras el odio a los ricos) y creencia fanática en el poder redentor de sus políticas (siempre de pobreza y miseria).
 
Los ejemplos de pobreza y miseria son obvios; Unión Soviética, Cuba, Venezuela, Corea del Norte. Pero nos equivocamos si pensamos sólo en esos casos extremos. Miremos cómo ha arruinado el peronismo (una variante del socialismo) a Argentina, un país relativamente democrático y que fue riquísimo; miremos cómo se mantiene en situación de anomia social a regiones y países del sur de Europa: Grecia o Andalucía. Nos equivocaremos si pensamos que ese mensaje es de otra época y otros lugares. Eso puede pasar aquí, aunque no lo creamos. Es el mismo evangelio que se pretende instaurar en España a través del gobierno de coalición de izquierdas que se avecina. ¿También es Soros el responsable?
 
Podemos seguir engañándonos, pero aceptar este discurso es hacerle el juego a la izquierda que quiere utilizar la política y el poder político (el Estado, el Frío Monstruo) para continuar sometiéndonos a sus designios y a su fe, la que verdaderamente nos conduce como a ganado. 
 
(*) Winston Galt es autor de la novela de culto Frío Monstruo, considerada ya como una de las grandes distopías del siglo XXI
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                    	
                                        
                                                                                                                                                                        
    
    
	
    
El mundo está plagado de conspiraciones. En la mayoría de ellas, oscuros hombres de negocios, multimillonarios, deciden sobre nuestro destino y nuestra vida con total desprecio de las aspiraciones políticas de inocentes pueblos que son engañados y conducidos al abismo sin ser conscientes de ello. Tales demonios dirigen la política mundial desde sus grandes despachos situados siempre en la última planta de enormes rascacielos que son, a su vez, un trasunto del Olimpo desde el cual los dioses, con permiso siempre del gran Zeus, jugaban con los humanos.
A los humanos nos encantan las conspiraciones. Así, siempre tenemos a quien echarle la culpa de nuestros males.
De este modo, se magnifica el poder económico al cual, supuestamente, están sometidos todos los demás ámbitos de la realidad. Se desprecia y se minusvalora el poder de las ideologías, de las religiones, de las emociones y, sobre todo y especialmente, de la política.
Corren por las redes vídeos donde supuestos expertos explican cómo tales poderes económicos influyen decisivamente en procesos de ruptura de la tradición histórica y de la legalidad, quebrantando comunidades y provocando conflictos, como el golpe de Estado en Cataluña.
El multimillonario Georges Soros se ha convertido en el prototipo de los dioses del Olimpo que nos dirigen. Dicen que ha influido notablemente en el proceso de Cataluña a través de diversos organismos que financian instituciones y asociaciones favorables a la independencia.
Es posible que lo haya hecho, aunque aún no me consta una sola prueba de ello a pesar de las múltiples noticias al respecto. Puede ser que apoye o incluso financie tales organismos, pero ¿alguien de verdad piensa seriamente que sin un poder político, Soros podría haber conseguido la declaración de independencia del Parlamento de Cataluña, organizar un referéndum ilegal y todos los sucesos que han acontecido desde entonces? ¿Ha sido el dinero de Soros el que ha financiado un régimen corrupto hasta la médula en Cataluña o ha sido la subvención permanente por el Estado de los organismos políticos secesionistas y el dinero de la corrupción de CIU, el famoso 3%? ¿Ha sido Soros, y otros como Soros, los que han conseguido que se adoctrine en las escuelas, institutos y universidades y a través de una televisión pública y unos periódicos subvencionados con dinero estatal español a generaciones de catalanes en el odio a España y en la supuesta necesidad imperiosa de conseguir un Estado propio? ¿Ha sido Soros quien ha estado detrás de la mafia pujoliana que ha creado este estado de cosas desde hace cuarenta años?
O, por el contrario, ¿no ha sido una operación de ingeniería social perfectamente orquestada desde el único ámbito posible quien ha llevado a la sociedad catalana a estos extremos? ¿Hay otro ámbito distinto al político capaz de llevar a cabo tan gigantesco proyecto de "construcción" desde la nada de un país? (Salvo que pensemos que Soros desde hace cuarenta años está detrás de Pujol, lo cual es un disparate, es imposible concluir que el promotor y ejecutor de tal proyecto sea otro que el poder político catalán).
Eso sí, es el propio poder político quien se encarga de desviar la atención sobre esos supuestos y maléficos poderes económicos para evitar que centremos nuestra atención precisamente en los únicos que tienen el poder de crear y dirigir la sociedad. La cuestión económica es secundaria porque por mucho dinero que tengan algunos poderosos o empresas difícilmente pueden influir en la forma de pensar de grandes capas de población y porque si la cuestión fuera sólo económica, mucho más dinero manejan los políticos que los multimillonarios.
Un adinerado puede comprar un político, pero difícilmente puede comprar una clase política, que es la realmente lleva a término las ingenierías sociales. ¿Quién ha implantado el pensamiento político correcto en España: Soros o el PSOE? La respuesta es obvia: el poder político apoyado en el poder de la prensa afín: es más peligroso un periodista que un millonario.
Una decisión política tiene mucho más calado y trascendencia que una decisión económica o que una compra de voluntades. Un tuit de Trump hizo zozobrar la bolsa de Nueva York incluso antes de ser presidente.
Desviando la atención hacia los supuestos ricos malos le hacemos el juego al monstruo político que es el que realmente nos somete. El Frío Monstruo (el Estado, el poder político) se ríe a carcajadas mientras nos asustamos como niños ante el cuento de Hensel y Gretel en el cual la vieja bruja es sustituida por los malísimos y maquiavélicos millonarios que viajan en limusina y avión privado de un lado a otro del mundo ordenando, con la fuerza de su dinero, los designios de la historia.
Quien más intenta convencernos de la inocencia de la política y del malévolo poder económico son precisamente aquéllos que convierten la política en su razón de ser, en su religión y acción vital: la izquierda. Quiere así engañarnos sobre la verdadera faz del poder que mueve el mundo, haciendo aparecer el poder económico como malvado y señalando el poder político (su doctrina política) como la salvación. Aparentando que el poder económico es la causa de nuestros males, promueven el odio a la riqueza cuando ésta es la única causa de la libertad. La izquierda odia la libertad y, por ello, odia la riqueza, pues ésta nos garantiza nuestra autonomía. Si se observa con detenimiento, uno puede contemplar cómo todo ello es la razón última del mismo discurso de siempre de la izquierda: odio a la riqueza general (se oculta tras el odio a los ricos) y creencia fanática en el poder redentor de sus políticas (siempre de pobreza y miseria).
Los ejemplos de pobreza y miseria son obvios; Unión Soviética, Cuba, Venezuela, Corea del Norte. Pero nos equivocamos si pensamos sólo en esos casos extremos. Miremos cómo ha arruinado el peronismo (una variante del socialismo) a Argentina, un país relativamente democrático y que fue riquísimo; miremos cómo se mantiene en situación de anomia social a regiones y países del sur de Europa: Grecia o Andalucía. Nos equivocaremos si pensamos que ese mensaje es de otra época y otros lugares. Eso puede pasar aquí, aunque no lo creamos. Es el mismo evangelio que se pretende instaurar en España a través del gobierno de coalición de izquierdas que se avecina. ¿También es Soros el responsable?
Podemos seguir engañándonos, pero aceptar este discurso es hacerle el juego a la izquierda que quiere utilizar la política y el poder político (el Estado, el Frío Monstruo) para continuar sometiéndonos a sus designios y a su fe, la que verdaderamente nos conduce como a ganado.
(*) Winston Galt es autor de la novela de culto Frío Monstruo, considerada ya como una de las grandes distopías del siglo XXI











