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Pablo Mosquera
Domingo, 23 de Febrero de 2020 Tiempo de lectura:

Lo que queda del PP vasco

Hoy lo decía Felipe González. Hay que reconocer las diferencias abismales entre generaciones de políticos. Estoy seguro que actuales parlamentarios con escaño en el antiguo Instituto de Enseñanza del Parque de la Florida en Vitoria, no comprenderían actitud y aptitud de aquellos que fuimos portavoces. Ramón Jáuregui. Fernando Buesa. Cualquiera de los ingeniosos y cultos miembros de Euskadiko Ezkerra. Ormazabal. Porres. Iruin. Ardanza. Ibarretxe.

 

El tiempo pasa para todos. En el aspecto externo. En las ideas y su validación por conocimiento. En la procedencia desde la sociedad civil. Hoy, la política es oportunidad y oportunismo. Por eso se asentó en el mundo de las profesiones, como una más. Por cierto, de las más denostadas y desprestigiadas por las gentes que leen, escriben y conservan libertad de pensamiento a pesar de las herramientas mediáticas para hacernos galeotes en esas naves dirigidas por los Dioses del Olimpo, los que no se ven, los que se reúnen como selecto y exclusivo club de Bilderberg.   

 

El PP vasco perdió la épica. La paz trajo la normalidad en el debate político. Y ahí dejan de ser útiles. La derecha conservadora y cristiana la ocupa el PNV. Un viejo partido que ha sabido regenerarse. Además, no sólo supo aprovechar el miedo para lograr autonomía llegando a ser un fragmento de Estado. Es que ha sido capaz de formar una cantera para dirigentes políticos, que ahora saben, pueden y quieren gestionar los recursos de una comunidad rica, tanto por la firmeza de sus habitantes, como por la capacidad emprendedora de sus empresarios. Y ha comprendido que se vive mejor y se hacen buenos negocios en el marco del Estado español que a la intemperie de una Europa incierta dónde no les darían carta de naturaleza... foral.

 

¿Y qué espacio le queda al PP vasco? Tan sólo aquello que en su día defendía UA. El respeto a la autonomía de los territorios históricos, evitando el centralismo de Bilbao. Y es que UA se adelantó en su tiempo. Las comunidades autónomas que constituyen el Estado de las autonomías, tienen dos terribles defectos. El tamaño de su Administración, ocupando espacios que deberían estar al servicio de una eficiente subsidiaridad, Lo que se conoce como "ventanilla única". El respeto al Estatuto de autonomía que trata siempre de repartir competencias y recursos con justicia e igualdad de oportunidades. Pero, este país se caracteriza por sus tendencias centralistas. De ahí la protesta de las pequeñas provincias ante la bota impositora de las nuevas capitales a imagen y semejanza de aquel Madrid por los años sesenta del pasado siglo XX.

 

Pero hay algo más grave y de lo que son culpables y cómplices necesarios los socialistas. La ocupación de Navarra por Euskadi. Al final, no sabemos si con algún pacto oculto, Navarra pierde su Amejoramiento Foral y camina a ser una provincia más del proyecto KAS y la construcción nacional de Euskal Herría. Una vez más, la libertad de Navarra debería verse reflejada en Álava, como en su día UA llegó a responder a las soflamas independentistas, pidiendo una consulta popular entre los alaveses por si querían seguir o no en Euskadi, alcanzando sus derechos forales a imagen y semejanza de Navarra.

 

Espero y deseo que a través de C's no se cuele en las listas del PP alguno de aquellos/as siempre dispuestos a ser políticos del momento. Aunque a más de una, le veo próxima a VOX, por familia y capacidad laboral. Ya veremos las listas que controla el "inmortal" Iñaki Oyarzábal, gran mullidor de alianzas y fontanerías. Por cierto, deberían recuperar a la gran esperanza blanca vasca. Me estoy refiriendo a Maroto...

 

Nunca lo he dicho, pero al difunto de Santiago Abascal, el tiempo le colocó más cerca de Unidad Alavesa que del PP. Puede que los que formalizamos el Partido Foralista de Álava tuviéramos muchas razones que estaban en la sociedad civil. Luego reconozco que cometí muchos errores. Entre ellos, algunas de las compañías de las que me rodee. Casi todos ellos terminaron abrazando al PP, por activa o por pasiva profesional.

 

¿Quién votará a los socialistas vascos?. Pues aquellos que ni sienten ni padecen. Ya se sabe que cada voto a los chicos del PSE será un salvoconducto para pisar alfombras rojas en compañía de Urkullu. Claro que siempre será mejor malo conocido -como en Galicia- que bueno por conocer, cayendo en las manos de Podemos y sus amazonas, dispuestas a meter en cintura a los varones insurrectos dispuestas a formar cuadrilla con las neskas del kalimotxo Bildu, lo que pondrá los pelos de punta a las damas nacionalistas de Guecho y Donostia. 

 

Es fácil hacer previsiones. El PP no tendrá apenas peso en Euskadi y Cataluña. En esta última, C's irá sola, a la vista del trata que están recibiendo en Galicia y Euskadi. Por lo tanto, la bofetada impactará en Génova. Mientras, en Galicia, Feijóo volverá a tener mayoría absoluta, la cuarta, y todas las miradas se volverán hacia el orensano, con peregrinaciones a Compostela pidiendo que desembarque en Madrid para liderar un proyecto de centro-derecha capaz de terminar con el sanchismo.

 

Y en estas estamos cuando salta por los aires el acuerdo PP-C's para formar coaliciones. ¡Lógico!. Hay poca chicha para tanta hambre. Además, no es fácil comprender: ¿Qué hace C's en plena fase congresual tomando decisiones que le hipotecan? ¿En nombre de quién actúa la "emperatriz" Arrimadas, y que más van a plantear para que nadie sepa cuando vota a C's, qué vota?. A no ser que se trate de colocar a las amigas de Marta Rivera de la Cruz, que aun no se han colocado, que nunca fueron liberales, ni mucho menos social demócratas, y que siempre quisieron estar en el PP, pero entre-sus patricios.

 

Y en el PP vasco sucede otro tanto. No están dispuestos a obedecer las órdenes de Madrid. Como ejemplo, la desobediencia de Feijóo. Claro que hasta en esto hay clases. A los PP vascos nadie los toma en serio. Una vez que han dejado la bandera del victimismo. Y también en sus sedes hay empujones por colocarse en puestos de salida. Han pasado los tiempos de mayorías absolutas por doquiera. Ahora es poco lo que el partido de Casado (?) puede ofrecer.

 

Por esto y mucho más, los mandamases de Génova querían cargarse al último mohicano de Soraya. Me refiero al nieto de Aranegui. Un carlistón proclive a Franco, presidente de la Diputación Provincial de Álava y abuelo de Alfonso Alonso.

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