En la vanguardia audiovisual
Israel, nuevo vivero de series de televisión
El éxito internacional de “Homeland”, inspirada en la producción israelí “Hatufim”, ha hecho que, de repente, los ojos de los principales productores televisivos del mundo se hayan dirigido hacia el país hebreo en búsqueda de nuevos referentes para sus historias audiovisuales. Si Israel ya destaca en el panorama internacional por su importante industria tecnológica y por su creatividad desbordante en las nuevas formas artísticas, el país ha conseguido destacar ahora en un mercado floreciente, el de las grandes series de televisión, habitualmente dominado por Estados Unidos y Gran Bretaña y, en menor medida, Francia o Alemania.
Conocidas y prestigiosas series como “In treatment” (“En terapia”) o “Hostages” (“Rehenes”) también tienen su origen en narraciones israelíes que, según los expertos, se caracterizan por poseer un carácter muy específico. “Se trata de argumentos muy ingeniosos y originales que, además, tienen un coste de puesta en pantalla no demasiado elevado. No son producciones calcadas de otras muchas veces vistas. Son relatos novedosos”, explica Bertrand Villegas, cofundador de la web y de la consultora “The Wit”, especializada en el análisis de las nuevas realidades televisivas.
Según otro estudio elaborado por Eurodata TV Worldiwide, el 60% de los programas de entretenimiento y el 50% de las producciones de ficción emitidas por las televisiones en Israel durante 2013, fueron de producción propia. Dado este potencial creador, el país, que tiene un mercado interno realmente estrecho, busca posicionarse como una “start-up nación” en el marco televisivo, apoyándose también en su capacidad innovadora en el ámbito tecnológico, que tiene un fuerte prestigio en “Silicon Valley”. Para ello, por ejemplo, hacen una importante labor política, invitando, por ejemplo, “a los mejores profesionales de los medios de comunicación especializados, y a los grandes nombres de la producción televisiva mundial, a encuentros, conferencias y congresos en Jerusalén o en otros lugares del país”, revela Villegas.
Ahora, Israel espera su hora y busca, definitivamente, conseguir ese programa único, esa inigualable serie de ficción, que se convierta en un gran “blockbuster” (éxito popular a nivel mundial) que sitúe al país en el podio de los más grandes. ¿Podría el show musical “Rising Star” cumplir este papel? Está por ver, pero el “talent show” judío, que incluye la posibilidad de que los espectadores descarguen una aplicación en su móvil para interactuar –y votar- en el programa- ya ha alcanzado un 44% de cuota de pantalla en el país hebreo y se ha vendido a España (A3 Media), Francia, Alemania, Rusia y Estados Unidos.
El éxito internacional de “Homeland”, inspirada en la producción israelí “Hatufim”, ha hecho que, de repente, los ojos de los principales productores televisivos del mundo se hayan dirigido hacia el país hebreo en búsqueda de nuevos referentes para sus historias audiovisuales. Si Israel ya destaca en el panorama internacional por su importante industria tecnológica y por su creatividad desbordante en las nuevas formas artísticas, el país ha conseguido destacar ahora en un mercado floreciente, el de las grandes series de televisión, habitualmente dominado por Estados Unidos y Gran Bretaña y, en menor medida, Francia o Alemania.
Conocidas y prestigiosas series como “In treatment” (“En terapia”) o “Hostages” (“Rehenes”) también tienen su origen en narraciones israelíes que, según los expertos, se caracterizan por poseer un carácter muy específico. “Se trata de argumentos muy ingeniosos y originales que, además, tienen un coste de puesta en pantalla no demasiado elevado. No son producciones calcadas de otras muchas veces vistas. Son relatos novedosos”, explica Bertrand Villegas, cofundador de la web y de la consultora “The Wit”, especializada en el análisis de las nuevas realidades televisivas.
Según otro estudio elaborado por Eurodata TV Worldiwide, el 60% de los programas de entretenimiento y el 50% de las producciones de ficción emitidas por las televisiones en Israel durante 2013, fueron de producción propia. Dado este potencial creador, el país, que tiene un mercado interno realmente estrecho, busca posicionarse como una “start-up nación” en el marco televisivo, apoyándose también en su capacidad innovadora en el ámbito tecnológico, que tiene un fuerte prestigio en “Silicon Valley”. Para ello, por ejemplo, hacen una importante labor política, invitando, por ejemplo, “a los mejores profesionales de los medios de comunicación especializados, y a los grandes nombres de la producción televisiva mundial, a encuentros, conferencias y congresos en Jerusalén o en otros lugares del país”, revela Villegas.
Ahora, Israel espera su hora y busca, definitivamente, conseguir ese programa único, esa inigualable serie de ficción, que se convierta en un gran “blockbuster” (éxito popular a nivel mundial) que sitúe al país en el podio de los más grandes. ¿Podría el show musical “Rising Star” cumplir este papel? Está por ver, pero el “talent show” judío, que incluye la posibilidad de que los espectadores descarguen una aplicación en su móvil para interactuar –y votar- en el programa- ya ha alcanzado un 44% de cuota de pantalla en el país hebreo y se ha vendido a España (A3 Media), Francia, Alemania, Rusia y Estados Unidos.