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Ernesto Ladrón de Guevara
Miércoles, 13 de Mayo de 2020 Tiempo de lectura:

Mundialismo en el trasfondo

Hace unos meses leí el libro de Cristina Martín Los amos del mundo están al acecho.

 

Sin menoscabo de los libros de Estulín sobre el Club Bilderberg, este libro es el más documentado y científico sobre los poderes ocultos y la gobernanza mundial.

 

Si alguna duda pudiera haber sobre la existencia de esa ingeniería para llevarnos a una nueva gobernanza mundial,  fijémonos en el actual Gobierno de España, verdadero ariete de los inereses del carroñerismo capitalista en España.

 

La tesis de Cristina es que todo lo que está ocurriendo, incluída de alguna forma la actual pandemia, es obra de un gran diseño para dominar el mundo, fragmentar las naciones y empobrecerlas, hacer caer las empresas para hacerlas vulnerables a los fondos buitre controlados por esos poderes ocultos, y monitorizar a los habitantes del mundo con la nanotecnología implantada en las vacunas.

 

Aún hay una mayoría de la población que cree que esto es fruto de mentes exageradas y fantasiosas con ínfulas conspinanoicas. Pero ahí está el libro de Cristina Martín, fruto de una investigación que es producto de una tesis doctoral premiada con el Cum Laude, y por tanto dotada de elementos objetivos constatables mediante la comprobación.

 

Por supuesto, hay otros libros como el que recientemente comenté para la revista Naves en Llamas, de José Antono Bielsa Arbiol, más centrado en como sobrevivir al nuevo Orden Mundial, que él subtitula “Un manual de trinchera”. Parece Bielsa un oráculo de lo que iba a ocurrir tan solo cuatro meses después de ser publicado con este estado de pandemia de un virus que ha hecho papilla las garantías constitucionales y libertades de una sociedad secuestrada, aprovechando la pandemia; además de la eutanasia pues así se puede calificar al abandono a su suerte de miles de ancianos.

 

[Img #19969]Es evidente que el actual Gobierno - que si hay Estado de Derecho debe acabar ante los tribunales para responder de sus negligencias y actuaciones al margen de las garantías constitucionales - está bajo el auspicio y dirección de quienes buscan el control absoluto y el poder total del mundo, y por ello no es infrecuente que utilicen el adjetivo “nuevo” con profusión: “nueva normalidad”, y sobre todo “Nuevo Orden Mundial”.

 

Sin estar en el Gobierno, el que más claramente mencionó este sintagma fue Rufián, el portavoz de ERC, quien dijo en sede parlamentaria estos días atrás que “este despertar debería ser la base para pensar en un nuevo mundo, un nuevo orden mundial. Un nuevo mundo social y económico. Se ha acabado un mundo. El mundo tal como lo conocemos”. ¿Inequívoco, verdad?

 

El que más se cuida en no soltar el pájaro para que no se le note demasiado es Sánchez, al que le gusta usar una expresión más perifrástica como “nueva normalidad”, que es sinónimo de “nuevo orden” o una norma nueva, una forma nueva de gobernanza, o como lo llamemos. La portavoz y ministra de Hacienda en una de sus habituales comparecencias en rueda de prensa se significó con esta expresión transparente como el agua cristalina: “Avanzar a un cambio de modelo productivo... en otro Nuevo Orden Mundial”.  Podria poner más ejemplos, pero yo creo que es suficientemente significativo para saber el camino por el que transitamos con los perros tras el rebaño.

 

Que estamos inmersos en un proceso en el que las personas estamos dejando de serlo en un proceso de transformación hacia una nueva forma de existencia constreñida a lo que dispongan desde las bambalinas del poder real es una evidencia para quien no esté desinformado.

 

Cuando me puse a escribir Nueva Defensa de la Hispanidad me inspiré en el libro referencial de Ramiro de Maeztu “Defensa de la Hispanidad” que fue escrito, precisamente, tras volver de Inglaterra donde residía, sospechando lo que luego sucedería en España, es decir la intervención de manos negras exteriores en las políticas nacionales. Aquello fue otra paradigmática intromisión extranjera, muy similar a la actual, en el devenir de una Constitución republicana parasitada y violada en su significación más genuina. La URSS de Estalin metió la mano hasta las cachas en la política española y ordenó a sus testaferros españoles, sobre todo Largo Caballero, llevar al pueblo  a una sovietización y liquidar toda fuente de derecho en la vida nacional acabando con fraude y violencia con cualquier posibilidad de que el centro-derecha pudiera gobernar nuestro país. Y si hubiera que propiciar la guerra para hacer la revolución que lo hiciera.

 

Ramiro de Maeztu sabía lo que quería con su libro “Defensa de la Hispanidad”, porque vaticinaba una ofensiva contra la esencia y la existencia de España y sus vínculos con la Hispanidad imperial, con los lazos de fraternidad masacrados por una masonería que inervino adobada con intereses británicos  para intervenir colonialmente en  la América Hispana, y desligarla de la Metrópoli. Fue en un momento de convulsión con la invasión francesa como elemento desestabilizador y con la posterior llegada del rey felón, Fernando VII, que impidió un intento de confederación de las naciones americanas recién independizadas con España, para defender los intereses mútuos. Si no hubiera sido por las nefastas realidades de aquel periodo de nuestra historia otro gallo hubiera cantado.

 

Ramiro de Maeztu, posteriormente asesinado en el año 1939 del pasado siglo, consideraba esenciales dos elementos aglutinadores para mantener esos vínculos, por ser la argamasa esencial para su pervivencia: el catolicismo y la lengua española. Es curioso que ambos componentes están siendo atacados en este último periplo por tierra, mar y aire. No es casual.

 

En mi libro “Nueva Defensa de la Hispanidad” vengo a referirme a la importancia de recomponer esos lazos, mantener una solidaridad entre España y la Hispanidad renaciente, bogar por un difícil pero no imposible tránsito hacia la unidad entre todos los países hispanos, reconfigurando lo que en su día fue un imperio. Y, precisamente lo planteo como antídoto contra ese proceso de esclavización que ya se apunta de todos y cada uno de los países hispanos desde los muñidores de ese Nuevo Orden Mundial; de los que están tras  este Gobierno dirigiendo sus pasos y de quienes, con toda probabilidad, han propiciado de una u otra forma la extensión de esta pandemia, que, si observamos con detenimiento tiene varias víctimas: los ancianos (limpieza demográfica y reducción del gasto sanitario y asistencial), los hombres (mientra se banaliza la importancia de la maternidad y se reduce drásticamente la natalidad como lo hizo China regulando el número de hijos por familia), las naciones  (reduciéndolas a territorios a conquistar mediante capitales multimillonarios que aterricen para parasitar el tejido económico destruído, el patrimonio, y posibles fuentes de energia y explotación de materias primas inexploradas), el esquema de valores y de formas de vida tradicional (liquidando el cristianismo y su elemento capilar: el catolicismo, para alcanzar una nueva forma  de religión panteísta relacionadas con el satanismo), y los modelos democráticos (mediante el derrumbe de dos principios: la soberanía nacional y el constitucionalismo efectivo, absorbiendo sus elementos constitutivos de garantías de protección de derechos y la libertad y la propiedad). Es decir, la concentración de poder económico y político real en manos de protagonistas de este diseño cuyas caras no vemos pero sabemos quienes son y como actúan. Mientras se socializan y colectivizan las formas de vida y las economías de distribución; es decir, las migajas que caen de la mesa. O lo que es lo mismo un capitalismo salvaje compatible con un comunismo de seres robotizados. ¿Les suena esto a China? Esto lo realizan los que yo llamo “izquierda de lateralidad cruzada”.

 

Por eso creo que es sumamente necesario trabajar para la colaboración y defensa de un espacio que fue una civilización: La Hispanidad. Si no, somos extremadamente débiles cada parte de ese mosaico descompuesto si cada cual vamos por nuestro lado. De Europa poco espero, pues forma parte de ese diseño mundialista y no vamos a recibir más allá que globos de oxígeno  cuando la axfisia haga acto de presencia en el trance de perder nuestra forma de ser, nuestra forma de vivir.

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