Escuelas, universidades, centros de trabajo, negocios y restaurantes “deben abrir” con normalidad
12.000 médicos, epidemiólogos y personal sanitario de todo el mundo piden acabar con “los confinamientos”, que están teniendo "efectos devastadores en la salud pública"
![[Img #18730]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/10_2020/2102_222.jpg)
Más de 12.000 médicos, científicos y personal sanitario de todo el mundo, muchos de ellos especializados en enfermedades infecciosas y en salud pública, han firmado una declaración en la que piden a las autoridades políticas "evitar los confinamientos" y volver a la normalidad de la vida cotidiana como forma de luchar contra la pandemia de Covid-19.
En el texto suscrito por los investigadores, que se ha denominado Declaración de Great Barrington por la ciudad de Massachusetts (EE.UU.) en la que ha sido firmado, los expertos apuestan por permitir a los jóvenes y a la gente sana regresar a su vida normal y, en cambio, aplicar una política de “protección focalizada” sobre la población vulnerable.
“Estamos muy preocupados por las consecuencias del impacto en la salud física y mental de las políticas aplicadas ante el Covid-19”, dicen al comienzo de su misiva los tres principales firmantes de la misma: la epidemióloga de la Universidad de Oxford Sunetra Gupta, el profesor de la Universidad de Harvard Martin Kulldorff y el médico de la Universidad de Standford Jay Bhattacharya.
“Viniendo tanto de la izquierda como la derecha, y de alrededor del mundo, hemos dedicado nuestra profesión a proteger a los demás. Las políticas de confinamiento actuales están produciendo efectos devastadores en la salud pública a corto y largo plazo. Los resultados (por mencionar algunos) incluyen tasas de vacunación más bajas, empeoramiento de los resultados de enfermedades cardiovasculares, menos detecciones de cáncer y el deterioro de la salud mental, conduciendo a un mayor exceso de mortalidad en los próximos años, siendo la clase trabajadora y los miembros más jóvenes de la sociedad sobre quienes recae el peso más grande de estas medidas. Mantener a los niños fuera de las escuelas es una grave injusticia”.
La Declaración de Great Barrington explica que “mantener estas medidas en pie hasta que haya una vacuna disponible causará un daño irreparable en los menos privilegiados, terminando afectados de manera desproporcionada”.
Los expertos añaden que, afortundamente, “nuestro conocimiento sobre el virus está creciendo. Sabemos que la vulnerabilidad a la muerte por Covid-19 es más de mil veces mayor en los ancianos y débiles que en los jóvenes. En efecto, para los niños, el Covid-19 es menos perjudicial que muchos otros peligros, incluyendo la influenza”.
A juicio de estos miles de doctores, “a medida que se desarrolla inmunidad, el riesgo de infectarse que todos tienen —incluyendo los vulnerables— desciende. Sabemos que todas las poblaciones eventualmente alcanzarán la inmunidad de rebaño –es decir, el punto en el que la tasa de infecciones nuevas se mantiene estable— y que esto puede beneficiarse de (pero no depende de) una vacuna”.
Por todo esto, la manera “más humana” de abordar la situación, midiendo los riesgos y los beneficios de alcanzar la inmunidad de rebaño, “es la de permitir a aquellos que están bajo un mínimo riesgo de morir, vivir sus vidas con normalidad para alcanzar la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a aquellos que se encuentran en mayor riesgo. Esto lo llamamos Protección Enfocada”.
Teniendo todo esto en cuenta, los expertos señalan que adaptar las medidas para proteger a los vulnerables debería ser el objetivo central de las acciones de salud pública dirigidas a luchar contra el Covid-19. Por ejemplo, “las residencias de ancianos deben emplear personal con inmunidad adquirida y realizar test PCR al personal y a los visitantes con frecuencia. La rotación del personal debe limitarse. Personas jubiladas que viven en casa deben recibir sus compras en el hogar y, en cuanto sea posible, deben reunirse con sus familiares”.
“Aquellos que no son vulnerables, inmediatamente deben reanudar la vida con normalidad. Medidas sencillas de higiene, como lavarse las manos y quedarse en casa cuando uno se siente enfermo, deben ser aplicadas por todas las personas para reducir el umbral de inmunidad de rebaño. Las escuelas y universidades deben abrir para una enseñanza presencial. Las actividades extracurriculares, como son los deportes, deben reanudarse. Los adultos jóvenes de bajo riesgo deben trabajar con normalidad, en lugar de hacerlo desde casa. Los restaurantes y otros negocios deben abrir. Las artes, la música deportes y otras actividades culturales deben reanudarse. La gente que se encuentra en mayor riesgo puede participar, si así lo desea, mientras la sociedad en conjunto disfruta de la protección otorgada a los vulnerables por aquellos que han desarrollado inmunidad de rebaño”.
Más de 12.000 médicos, científicos y personal sanitario de todo el mundo, muchos de ellos especializados en enfermedades infecciosas y en salud pública, han firmado una declaración en la que piden a las autoridades políticas "evitar los confinamientos" y volver a la normalidad de la vida cotidiana como forma de luchar contra la pandemia de Covid-19.
En el texto suscrito por los investigadores, que se ha denominado Declaración de Great Barrington por la ciudad de Massachusetts (EE.UU.) en la que ha sido firmado, los expertos apuestan por permitir a los jóvenes y a la gente sana regresar a su vida normal y, en cambio, aplicar una política de “protección focalizada” sobre la población vulnerable.
“Estamos muy preocupados por las consecuencias del impacto en la salud física y mental de las políticas aplicadas ante el Covid-19”, dicen al comienzo de su misiva los tres principales firmantes de la misma: la epidemióloga de la Universidad de Oxford Sunetra Gupta, el profesor de la Universidad de Harvard Martin Kulldorff y el médico de la Universidad de Standford Jay Bhattacharya.
“Viniendo tanto de la izquierda como la derecha, y de alrededor del mundo, hemos dedicado nuestra profesión a proteger a los demás. Las políticas de confinamiento actuales están produciendo efectos devastadores en la salud pública a corto y largo plazo. Los resultados (por mencionar algunos) incluyen tasas de vacunación más bajas, empeoramiento de los resultados de enfermedades cardiovasculares, menos detecciones de cáncer y el deterioro de la salud mental, conduciendo a un mayor exceso de mortalidad en los próximos años, siendo la clase trabajadora y los miembros más jóvenes de la sociedad sobre quienes recae el peso más grande de estas medidas. Mantener a los niños fuera de las escuelas es una grave injusticia”.
La Declaración de Great Barrington explica que “mantener estas medidas en pie hasta que haya una vacuna disponible causará un daño irreparable en los menos privilegiados, terminando afectados de manera desproporcionada”.
Los expertos añaden que, afortundamente, “nuestro conocimiento sobre el virus está creciendo. Sabemos que la vulnerabilidad a la muerte por Covid-19 es más de mil veces mayor en los ancianos y débiles que en los jóvenes. En efecto, para los niños, el Covid-19 es menos perjudicial que muchos otros peligros, incluyendo la influenza”.
A juicio de estos miles de doctores, “a medida que se desarrolla inmunidad, el riesgo de infectarse que todos tienen —incluyendo los vulnerables— desciende. Sabemos que todas las poblaciones eventualmente alcanzarán la inmunidad de rebaño –es decir, el punto en el que la tasa de infecciones nuevas se mantiene estable— y que esto puede beneficiarse de (pero no depende de) una vacuna”.
Por todo esto, la manera “más humana” de abordar la situación, midiendo los riesgos y los beneficios de alcanzar la inmunidad de rebaño, “es la de permitir a aquellos que están bajo un mínimo riesgo de morir, vivir sus vidas con normalidad para alcanzar la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a aquellos que se encuentran en mayor riesgo. Esto lo llamamos Protección Enfocada”.
Teniendo todo esto en cuenta, los expertos señalan que adaptar las medidas para proteger a los vulnerables debería ser el objetivo central de las acciones de salud pública dirigidas a luchar contra el Covid-19. Por ejemplo, “las residencias de ancianos deben emplear personal con inmunidad adquirida y realizar test PCR al personal y a los visitantes con frecuencia. La rotación del personal debe limitarse. Personas jubiladas que viven en casa deben recibir sus compras en el hogar y, en cuanto sea posible, deben reunirse con sus familiares”.
“Aquellos que no son vulnerables, inmediatamente deben reanudar la vida con normalidad. Medidas sencillas de higiene, como lavarse las manos y quedarse en casa cuando uno se siente enfermo, deben ser aplicadas por todas las personas para reducir el umbral de inmunidad de rebaño. Las escuelas y universidades deben abrir para una enseñanza presencial. Las actividades extracurriculares, como son los deportes, deben reanudarse. Los adultos jóvenes de bajo riesgo deben trabajar con normalidad, en lugar de hacerlo desde casa. Los restaurantes y otros negocios deben abrir. Las artes, la música deportes y otras actividades culturales deben reanudarse. La gente que se encuentra en mayor riesgo puede participar, si así lo desea, mientras la sociedad en conjunto disfruta de la protección otorgada a los vulnerables por aquellos que han desarrollado inmunidad de rebaño”.