El separatismo constitucional
El principal problema de Rajoy a la hora de enfrentarse al desafío separatista encabezado por Artur Mas, no es la cobardía, ni la pereza, ni el presupuesto, ni la legalidad, ni el hecho de que la suma de catalanes adoctrinados no deje de aumentar...
El principal problema de Rajoy es que no puede enfrentarse a un aliado del régimen, a un cómplice del consenso y a un compañero de la corrupción. El consenso del 78, manifestado en la Constitución pero pactado años antes en reuniones secretas de espaldas al pueblo español, contienen acuerdos muy claros para la repartición del poder. Así, tanto el separatismo vasco como el catalán, son pilares fundamentales de los acuerdos que hoy, a pesar de la crisis, siguen vigentes: se trata de la partitocracia coronada.
Todos los errores de la historia de España desde 1700, con los complejos interiores y las peores influencias de los enemigos exteriores, se concentran, como una pesadilla, en el consenso del 78 y no es casual la terrible situación institucional, moral y económica en la que nos en encontramos. El régimen constitucional actual ha dado demasiado a los separatismos: el poder, la educación, el dinero y hasta la protección que precisaban por robarnos.
Por eso, al día siguiente de la última manifestación de los borregos que balan las consignas de sus medios de manipulación, Montoro les ha enviado un premio millonario. También, toda la prensa servil del Estado de la corrupción pide a gritos más concesiones y consta que el Gobierno de España no está buscando la manera de parar la agresión separatista sino que estudia la manera de satisfacer, aún más, la voracidad de los nacionalistas. Si ya tomaron el pelo a millones de españoles con esa Constitución pactada en reservados de restaurantes caros, saben perfectamente que podrán colarnos un separatismo constitucional...
El principal problema de Rajoy a la hora de enfrentarse al desafío separatista encabezado por Artur Mas, no es la cobardía, ni la pereza, ni el presupuesto, ni la legalidad, ni el hecho de que la suma de catalanes adoctrinados no deje de aumentar...
El principal problema de Rajoy es que no puede enfrentarse a un aliado del régimen, a un cómplice del consenso y a un compañero de la corrupción. El consenso del 78, manifestado en la Constitución pero pactado años antes en reuniones secretas de espaldas al pueblo español, contienen acuerdos muy claros para la repartición del poder. Así, tanto el separatismo vasco como el catalán, son pilares fundamentales de los acuerdos que hoy, a pesar de la crisis, siguen vigentes: se trata de la partitocracia coronada.
Todos los errores de la historia de España desde 1700, con los complejos interiores y las peores influencias de los enemigos exteriores, se concentran, como una pesadilla, en el consenso del 78 y no es casual la terrible situación institucional, moral y económica en la que nos en encontramos. El régimen constitucional actual ha dado demasiado a los separatismos: el poder, la educación, el dinero y hasta la protección que precisaban por robarnos.
Por eso, al día siguiente de la última manifestación de los borregos que balan las consignas de sus medios de manipulación, Montoro les ha enviado un premio millonario. También, toda la prensa servil del Estado de la corrupción pide a gritos más concesiones y consta que el Gobierno de España no está buscando la manera de parar la agresión separatista sino que estudia la manera de satisfacer, aún más, la voracidad de los nacionalistas. Si ya tomaron el pelo a millones de españoles con esa Constitución pactada en reservados de restaurantes caros, saben perfectamente que podrán colarnos un separatismo constitucional...