Incoherencia e indecencia
Señor Director:
Gallardón ha sido honrado dimitiendo, si lo ha hecho reconociendo sus errores. A estas alturas después de que tantos representantes políticos hayan cometido tantas tropelías (malversaciones, apropiaciones, cohechos y corruptelas) entender que él sólo dimita, se aprecia tan anómalo como encontrar una rana con pelo. No obstante, dada la incoherencia y falta de ética de los representantes en general, lo que tenía que suceder, sucede. Y sucede que en lugar de gobernar, desgobiernan. Así, ¿cómo comprender, sin que lo expliquen, el incumplimiento de promesas electorales y en el caso del proyecto de la Ley del Aborto, que después de más un año el PP haya estado empeñado en llevarlo a cabo y el PSOE enterrándolo, en lugar de consensuar y llegar a acuerdos para regularlo, reformarlo o mejorarlo?
El enfrentamiento por la pretendida ley es una demostración más de que en lugar de gobernar, desgobiernan. Sólo consensúan y llegan a acuerdos para salvaguardar sus prebendas, privilegios y tapar sus desvergüenzas.
¿Cómo entender sino sus acuerdos en encubrir la masacre del 11M, el acuerdo para elegir los vocales del CGPJ, (el primordial problema del sistema constitucional) el desacuerdo contra de la corrupción, la callada y el seguimiento del siniestro pacto con ETA, el cumplimiento exprés de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot, el apoyo y condena a los independentistas, la admisión en las instituciones de quienes no condenan los asesinatos y el terrorismo y los indultos a amiguetes?.
El PSOE celebra su victoria y la de las mujeres. ¿Qué victoria?. ¿Poder abortar trágica, juvenil y legalmente? ¿La victoria de la libertad de la embarazada quitándose la y matando a quien lleva consigo?. Gallardón se ha ido a casa, pero ¿cuantos representantes debieran dimitir, estar en la calle o en la cárcel?
Evidentemente, el proyecto de la Ley del Aborto ha abortado y mientras los irresponsables representantes sigan pendientes de los cálculos electorales, su empecinamiento nos llevará al estercolero.
Señor Director:
Gallardón ha sido honrado dimitiendo, si lo ha hecho reconociendo sus errores. A estas alturas después de que tantos representantes políticos hayan cometido tantas tropelías (malversaciones, apropiaciones, cohechos y corruptelas) entender que él sólo dimita, se aprecia tan anómalo como encontrar una rana con pelo. No obstante, dada la incoherencia y falta de ética de los representantes en general, lo que tenía que suceder, sucede. Y sucede que en lugar de gobernar, desgobiernan. Así, ¿cómo comprender, sin que lo expliquen, el incumplimiento de promesas electorales y en el caso del proyecto de la Ley del Aborto, que después de más un año el PP haya estado empeñado en llevarlo a cabo y el PSOE enterrándolo, en lugar de consensuar y llegar a acuerdos para regularlo, reformarlo o mejorarlo?
El enfrentamiento por la pretendida ley es una demostración más de que en lugar de gobernar, desgobiernan. Sólo consensúan y llegan a acuerdos para salvaguardar sus prebendas, privilegios y tapar sus desvergüenzas.
¿Cómo entender sino sus acuerdos en encubrir la masacre del 11M, el acuerdo para elegir los vocales del CGPJ, (el primordial problema del sistema constitucional) el desacuerdo contra de la corrupción, la callada y el seguimiento del siniestro pacto con ETA, el cumplimiento exprés de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot, el apoyo y condena a los independentistas, la admisión en las instituciones de quienes no condenan los asesinatos y el terrorismo y los indultos a amiguetes?.
El PSOE celebra su victoria y la de las mujeres. ¿Qué victoria?. ¿Poder abortar trágica, juvenil y legalmente? ¿La victoria de la libertad de la embarazada quitándose la y matando a quien lleva consigo?. Gallardón se ha ido a casa, pero ¿cuantos representantes debieran dimitir, estar en la calle o en la cárcel?
Evidentemente, el proyecto de la Ley del Aborto ha abortado y mientras los irresponsables representantes sigan pendientes de los cálculos electorales, su empecinamiento nos llevará al estercolero.
