¿Qué pensarán los demás?
Uno de los temores más frecuentes que podemos tener las personas es el miedo a la evaluación ajena. Para muchas personas es un auténtico problema, porque viven envaradas, presas, siempre pendientes del qué dirán y siempre pendientes de mostrar un tipo de comportamientos y actitudes que socialmente se llevan o están bien vistos, no vaya a ser que los demás les juzguen mal.
Tales actitudes suelen llevar asociadas buenas dosis de ansiedad y, en muchos casos, dificultades en las relaciones sociales, porque estamos continuamente midiéndonos y criticándonos, así como estamos también excesivamente pendientes de cualquier crítica externa, que generalmente nos sienta muy mal y hace tambalear nuestra valía y autoestima.
Pero si nos paramos a pensar, si realmente nos sentimos bien, de acuerdo con nosotros mismos y vivimos nuestra vida de acuerdo también a nuestros valores, nada de lo que nos puedan decir los otros puede afectarnos. Es propio de personas maduras y centradas el que, ante evaluaciones o comentarios críticos ajenos, sigan mostrándose tranquilas y serenas, como si todo lo que los demás puedan decir de nosotros realmente no nos afectara para nada.
Olvídese del qué dirán y viva su vida de acuerdo a su propio criterio. Nadie mejor que uno mismo debe decidirlo, y los posibles comentarios de los otros, serán eso, comentarios, que al segundo de haberlos escuchado le darán igual y olvidará.
Recuerde también que es imposible caer bien a todo el mundo y que, intentarlo, es un esfuerzo inútil y, por lo tanto, muy cansado, que puede llevar a amargarnos, desgastarnos psicológicamente y, lo que es peor de todo, a dudar de nosotros mismos.
Por lo tanto, empleé mejor toda su energía en establecer claramente sus objetivos y valores y en vivir de acuerdo a ellos, y olvídese de los demás, recordándose también que cada persona lleva su vida lo mejor que puede o que uno mismo cree.
Uno de los temores más frecuentes que podemos tener las personas es el miedo a la evaluación ajena. Para muchas personas es un auténtico problema, porque viven envaradas, presas, siempre pendientes del qué dirán y siempre pendientes de mostrar un tipo de comportamientos y actitudes que socialmente se llevan o están bien vistos, no vaya a ser que los demás les juzguen mal.
Tales actitudes suelen llevar asociadas buenas dosis de ansiedad y, en muchos casos, dificultades en las relaciones sociales, porque estamos continuamente midiéndonos y criticándonos, así como estamos también excesivamente pendientes de cualquier crítica externa, que generalmente nos sienta muy mal y hace tambalear nuestra valía y autoestima.
Pero si nos paramos a pensar, si realmente nos sentimos bien, de acuerdo con nosotros mismos y vivimos nuestra vida de acuerdo también a nuestros valores, nada de lo que nos puedan decir los otros puede afectarnos. Es propio de personas maduras y centradas el que, ante evaluaciones o comentarios críticos ajenos, sigan mostrándose tranquilas y serenas, como si todo lo que los demás puedan decir de nosotros realmente no nos afectara para nada.
Olvídese del qué dirán y viva su vida de acuerdo a su propio criterio. Nadie mejor que uno mismo debe decidirlo, y los posibles comentarios de los otros, serán eso, comentarios, que al segundo de haberlos escuchado le darán igual y olvidará.
Recuerde también que es imposible caer bien a todo el mundo y que, intentarlo, es un esfuerzo inútil y, por lo tanto, muy cansado, que puede llevar a amargarnos, desgastarnos psicológicamente y, lo que es peor de todo, a dudar de nosotros mismos.
Por lo tanto, empleé mejor toda su energía en establecer claramente sus objetivos y valores y en vivir de acuerdo a ellos, y olvídese de los demás, recordándose también que cada persona lleva su vida lo mejor que puede o que uno mismo cree.