Estructuras de Estado o de "estadillo"
Miquel Porta Perales considera que el ‘prusés’ está en receso. Lejos de su optimismo en términos absolutos, debemos reconocer, sin embargo, que ha perdido protagonismo mediático. El desgaste y otras emergencias que se ven más perentorias le han desplazado de la primera actualidad. Es cierto que la cosa se vuelve repetitiva, peleas, diferencias, controversias, en suma, relaciones ‘a cara de perro’, son el pan nuestro de cada día. No es raro que los ciudadanos suspendan la inacción de gobierno de Mas. Para postre, ja está lista la futura constitución catalana.
El 27S es una convocatoria tramposa (aunque hay quien no desea que se la toquen) pero, hasta llegar a esa fecha mágica, el secesionismo se propone nada menos que cinco objetivos previos. Sin embargo, en los presupuestos recientemente aprobados, las ‘estructuras de estado’ sólo cuentan con dotación de ‘estadillo’. Francesc de Carreras nos ilustra sobre el auge y caída del ‘pal de paller’ de Cataluña, ambas responsabilidad en gran parte de ‘un viejo sordo’, al decir de Arcadi Espada. Los partidos van calentando motores con movimientos electoralistas (y se atreven a criticar el populismo de Podemos) a derecha e izquierda (incluso los recién llegados). Es probable que por eso Culla i Clarà los vea a todos iguales. Al margen de todo esto, hay un artículo sobre la reforma de la Constitución (con imprecisiones en lo fundamental), y un par de interesantes rebanadas al pastel del victimismo.
Mención aparte merece la estrategia de Podemos para Cataluña –donde, por cierto, se ha estrenado con cacicada–, estrategia que en absoluto justifica que presuman de patriotas. Asimismo, cabe destacar esta pieza original sobre las elecciones griegas de Arcadi Espada.
El País resume –a su manera– los movimientos electoralistas en torno a la lengua, habidos la semana anterior. Pau Vidal demuestra “científicamente” que el éxito de la inmersión es un engaño por lo que –concluye– hay que acabar con el bilingüismo. Victor Hugo analiza con maestría el mismo fenómeno desde el lado opuesto y Ernesto Ladrón extrae conclusiones a la vasca sobre la cuestión del último informe del Consejo Escolar de Euskadi. Y, sin embargo, en ámbitos diversos se sigue dejando ver la larga mano manipuladora del nacionalismo.
El pacto contra el yihadismo entre los dos principales partidos ocupa un lugar destacado por su excepcionalidad. En estas semanas de conmemoraciones de ingrato recuerdo, toca la del matrimonio Jiménez Becerril. También han aparecido testimonios de la crueldad de las extorsiones de ETA; algunos de primera mano. El delegado del Gobierno en la CAV saca pecho y afirma que nunca se aceptará el ‘derecho a decidir’, pero el mundo nacionalista parece tener un pecho mucho más musculado y no deja de hacer demostraciones de fuerza: la televisión vasca fichando a ex etarra con cargo al contribuyente, la UPV recibiendo con vítores a una etarra, la izquierda abertzale provocando el aplazamiento del ‘gran’ juicio a Batasuna, el alcalde San Sebastián presumiendo de sus contradicciones o el líder de Sortu, actuando en la más completa impunidad.
Y aún hay más, ¡vaya si hay Mas!
Miquel Porta Perales considera que el ‘prusés’ está en receso. Lejos de su optimismo en términos absolutos, debemos reconocer, sin embargo, que ha perdido protagonismo mediático. El desgaste y otras emergencias que se ven más perentorias le han desplazado de la primera actualidad. Es cierto que la cosa se vuelve repetitiva, peleas, diferencias, controversias, en suma, relaciones ‘a cara de perro’, son el pan nuestro de cada día. No es raro que los ciudadanos suspendan la inacción de gobierno de Mas. Para postre, ja está lista la futura constitución catalana.
El 27S es una convocatoria tramposa (aunque hay quien no desea que se la toquen) pero, hasta llegar a esa fecha mágica, el secesionismo se propone nada menos que cinco objetivos previos. Sin embargo, en los presupuestos recientemente aprobados, las ‘estructuras de estado’ sólo cuentan con dotación de ‘estadillo’. Francesc de Carreras nos ilustra sobre el auge y caída del ‘pal de paller’ de Cataluña, ambas responsabilidad en gran parte de ‘un viejo sordo’, al decir de Arcadi Espada. Los partidos van calentando motores con movimientos electoralistas (y se atreven a criticar el populismo de Podemos) a derecha e izquierda (incluso los recién llegados). Es probable que por eso Culla i Clarà los vea a todos iguales. Al margen de todo esto, hay un artículo sobre la reforma de la Constitución (con imprecisiones en lo fundamental), y un par de interesantes rebanadas al pastel del victimismo.
Mención aparte merece la estrategia de Podemos para Cataluña –donde, por cierto, se ha estrenado con cacicada–, estrategia que en absoluto justifica que presuman de patriotas. Asimismo, cabe destacar esta pieza original sobre las elecciones griegas de Arcadi Espada.
El País resume –a su manera– los movimientos electoralistas en torno a la lengua, habidos la semana anterior. Pau Vidal demuestra “científicamente” que el éxito de la inmersión es un engaño por lo que –concluye– hay que acabar con el bilingüismo. Victor Hugo analiza con maestría el mismo fenómeno desde el lado opuesto y Ernesto Ladrón extrae conclusiones a la vasca sobre la cuestión del último informe del Consejo Escolar de Euskadi. Y, sin embargo, en ámbitos diversos se sigue dejando ver la larga mano manipuladora del nacionalismo.
El pacto contra el yihadismo entre los dos principales partidos ocupa un lugar destacado por su excepcionalidad. En estas semanas de conmemoraciones de ingrato recuerdo, toca la del matrimonio Jiménez Becerril. También han aparecido testimonios de la crueldad de las extorsiones de ETA; algunos de primera mano. El delegado del Gobierno en la CAV saca pecho y afirma que nunca se aceptará el ‘derecho a decidir’, pero el mundo nacionalista parece tener un pecho mucho más musculado y no deja de hacer demostraciones de fuerza: la televisión vasca fichando a ex etarra con cargo al contribuyente, la UPV recibiendo con vítores a una etarra, la izquierda abertzale provocando el aplazamiento del ‘gran’ juicio a Batasuna, el alcalde San Sebastián presumiendo de sus contradicciones o el líder de Sortu, actuando en la más completa impunidad.
Y aún hay más, ¡vaya si hay Mas!











