“Ambas regiones serían contribuyentes netas si fueran tratadas como el resto y, por lo tanto, sus ventajas son claramente desfavorables para todas las otras regiones prósperas"
Un informe del Deutsche Bank revela la profunda desigualdad que generan en España las ventajas fiscales de las que gozan el País Vasco y Navarra
Un reciente informe del Deutsche Bank, titulado “Better off on their own? Economic aspects of regional autonomy and independence movements in Europe”' (“¿Mejor ir por su cuenta? Aspectos económicos de los movimientos de independencia y autonomía regionales en Europa”) y dedicado a analizar en profundidad los principales argumentos económicos manejados por los movimientos secesionistas más importantes de Europa, explica cómo solamente en regiones prósperas “es posible mantener la ficción de que ir por sí sola sería la mejor opción" y añade que "un tema tan cargado emocionalmente puede nublar la vista de las realidades económicas". (Consultar íntegramente el informe al final de esta información)
En este sentido, el Deutsche Bank alerta sobre lo que denomina "la ilusión financiera de la independencia". Señala que "el deseo de unos derechos especiales, de una amplia autonomía o incluso la independencia se basa en gran medida en una creencia en la fortaleza económica de la región en cuestión". Pero el banco germano advierte de que "las implicaciones financieras resultantes de la independencia de facto van más allá del ahorro conseguido por escapar del sistema de compensación financiera regional del país".
El informe insiste en que, "a pesar de que a los defensores de la independencia les gusta pasar por alto los riesgos potenciales, incluso en el caso de que hubiera un ingreso inmediato como miembro del mercado único europeo y de la eurozona, habría una serie de potenciales desventajas financieras".
Además, se generarían "efectos comerciales destructivos", En el caso español, por ejemplo, “el resto de España es, de lejos, el mayor socio comercial del País Vasco y de Cataluña, y lo mismo ocurre con el Reino Unido en el caso de Escocia, y con Italia y el Véneto. Esto demuestra que, a pesar del mercado único europeo, las fronteras nacionales con frecuencia siguen jugando un papel significativo".
El trabajo de investigación, firmado por Frank Zipfel, Stefan Veter y Daniel Pitzker, analiza con detalle el sistema fiscal español y no detecta ninguna discriminación ni injusticia en el modelo de redistribución entre las comunidades autónomas de régimen común. De hecho, explica con detalle por qué no es posible aplicar el principio de ordinalidad fiscal, ya que, por ejemplo, las regiones menos densas -y generalmente menos prósperas- tienen un mayor coste per cápita de los servicios públicos.
"El objetivo del mecanismo de nivelación es establecer un nivel comparable de servicios públicos en todo el territorio español. Como resultado de unos ingresos con marcadas diferencias y también de factores geográficos, esto es mucho más difícil para unas regiones que para otras. Un ejemplo: los ingresos per cápita en Castilla-La Mancha son casi 10.000 euros menos que en Madrid. Además, la población de Madrid es tres veces mayor y los habitantes de Castilla-La Macha están repartidos por un área diez veces mayor (casi del doble que el tamaño de Holanda). Obviamente, es mucho más difícil y más caro para una región tan grande y poco poblada mantener una red comparable de infraestructuras públicas e instituciones de salud y educación que en regiones como Madrid, Cataluña o el País Vasco".
Deutsche Bank destaca que Cataluña es "un contribuyente neto de larga duración" al sistema de redistribución fiscal, lo que considera que no es "sorprendente". Sin embargo, admite que "el descontento de muchos catalanes" es "comprensible", pero no por la contribución a la caja común, como desde el independentismo se reclama, sino por la "asimetría entre regiones con diferentes regímenes fiscales", en referencia al País Vasco y Navarra.
Son esas "reglas desiguales" las que, según el análisis, "agravan los problemas", puesto que otorgan al País Vasco y Navarra "un trato preferencial en relación a la sistema de nivelación horizontal entre regiones". Pese a ser las comunidades autónomas más prósperas, no son "contribuyentes netas al sistema de nivelación" fiscal interregional. Estos estatus de autonomía especial –el Concierto vasco y el Convenio navarro- generan ventajas financieras significativas a estas regiones. “Ambas serían contribuyentes netas si fueran tratadas como el resto y, por lo tanto, este acuerdo es claramente desfavorable para todas las otras regiones prósperas" de España.
Un reciente informe del Deutsche Bank, titulado “Better off on their own? Economic aspects of regional autonomy and independence movements in Europe”' (“¿Mejor ir por su cuenta? Aspectos económicos de los movimientos de independencia y autonomía regionales en Europa”) y dedicado a analizar en profundidad los principales argumentos económicos manejados por los movimientos secesionistas más importantes de Europa, explica cómo solamente en regiones prósperas “es posible mantener la ficción de que ir por sí sola sería la mejor opción" y añade que "un tema tan cargado emocionalmente puede nublar la vista de las realidades económicas". (Consultar íntegramente el informe al final de esta información)
En este sentido, el Deutsche Bank alerta sobre lo que denomina "la ilusión financiera de la independencia". Señala que "el deseo de unos derechos especiales, de una amplia autonomía o incluso la independencia se basa en gran medida en una creencia en la fortaleza económica de la región en cuestión". Pero el banco germano advierte de que "las implicaciones financieras resultantes de la independencia de facto van más allá del ahorro conseguido por escapar del sistema de compensación financiera regional del país".
El informe insiste en que, "a pesar de que a los defensores de la independencia les gusta pasar por alto los riesgos potenciales, incluso en el caso de que hubiera un ingreso inmediato como miembro del mercado único europeo y de la eurozona, habría una serie de potenciales desventajas financieras".
Además, se generarían "efectos comerciales destructivos", En el caso español, por ejemplo, “el resto de España es, de lejos, el mayor socio comercial del País Vasco y de Cataluña, y lo mismo ocurre con el Reino Unido en el caso de Escocia, y con Italia y el Véneto. Esto demuestra que, a pesar del mercado único europeo, las fronteras nacionales con frecuencia siguen jugando un papel significativo".
El trabajo de investigación, firmado por Frank Zipfel, Stefan Veter y Daniel Pitzker, analiza con detalle el sistema fiscal español y no detecta ninguna discriminación ni injusticia en el modelo de redistribución entre las comunidades autónomas de régimen común. De hecho, explica con detalle por qué no es posible aplicar el principio de ordinalidad fiscal, ya que, por ejemplo, las regiones menos densas -y generalmente menos prósperas- tienen un mayor coste per cápita de los servicios públicos.
"El objetivo del mecanismo de nivelación es establecer un nivel comparable de servicios públicos en todo el territorio español. Como resultado de unos ingresos con marcadas diferencias y también de factores geográficos, esto es mucho más difícil para unas regiones que para otras. Un ejemplo: los ingresos per cápita en Castilla-La Mancha son casi 10.000 euros menos que en Madrid. Además, la población de Madrid es tres veces mayor y los habitantes de Castilla-La Macha están repartidos por un área diez veces mayor (casi del doble que el tamaño de Holanda). Obviamente, es mucho más difícil y más caro para una región tan grande y poco poblada mantener una red comparable de infraestructuras públicas e instituciones de salud y educación que en regiones como Madrid, Cataluña o el País Vasco".
Deutsche Bank destaca que Cataluña es "un contribuyente neto de larga duración" al sistema de redistribución fiscal, lo que considera que no es "sorprendente". Sin embargo, admite que "el descontento de muchos catalanes" es "comprensible", pero no por la contribución a la caja común, como desde el independentismo se reclama, sino por la "asimetría entre regiones con diferentes regímenes fiscales", en referencia al País Vasco y Navarra.
Son esas "reglas desiguales" las que, según el análisis, "agravan los problemas", puesto que otorgan al País Vasco y Navarra "un trato preferencial en relación a la sistema de nivelación horizontal entre regiones". Pese a ser las comunidades autónomas más prósperas, no son "contribuyentes netas al sistema de nivelación" fiscal interregional. Estos estatus de autonomía especial –el Concierto vasco y el Convenio navarro- generan ventajas financieras significativas a estas regiones. “Ambas serían contribuyentes netas si fueran tratadas como el resto y, por lo tanto, este acuerdo es claramente desfavorable para todas las otras regiones prósperas" de España.