Martes, 23 de Septiembre de 2025

Actualizada Lunes, 22 de Septiembre de 2025 a las 20:32:36 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Domingo, 07 de Junio de 2015 Tiempo de lectura:

Pseudociencia y periodistas homicidas

Debería crearse una comisión ética ajena a las Asociaciones de la Prensa, siempre endogámicas, que avergonzara a los periodistas por prestarle atención y espacios informativos a falsarios, vividores y frikis fabricantes de mensajes anticientíficos que terminan dañando, y quizás ayudando a matar, a la población sugestionable. 

 

Los periodistas nos hemos hecho altavoces de retrógrados, incluso de homicidas, como lo son quienes dirigen esas asociaciones contra la vacunación infantil que han llevado a un niño de seis años en Barcelona a estar ahora entre la vida y la muerte. 

 

De hacerles caso mucha gente, ahora serían miles o millones los niños, como este, en peligro de extinguirse. 

 

Influidos por ellos, sus padres rechazaron inmunizarlo contra la difteria y otras graves enfermedades ya desaparecidas gracias a las vacunaciones, pero ésta reaparecida tras seguir a estos charlatanes. 

 

Amparados por sus propagandistas, los periodistas, que divulgamos sus falsas medicinas naturales, flores, músicas, piedras, homeopatías y sus derivados del biologismo primitivista y del antiprogreso que sólo son cuentos medievales de echadoras de cartas. 

 

Nosotros logramos que se oiga más a estos magonios que a los científicos y ellos, que viven de convencer con sus falsedades, las propalan con desparpajo y capacidad de convicción, con lo que hechizan a las audiencias más ingenuas y conspiranoicas. 

 

Comienzan rechazando el capitalismo, mensaje atractivo para quienes se sienten explotados, y continúan denunciando a los laboratorios farmacéuticos, crisol para ellos de toda maldad porque inventan enfermedades para atemorizarnos y robarnos con sus innecesarios medicamentos. 

 

Los periodistas somos culpables de algunos desastres, sí: para ganar audiencia usamos a esos personajes, generalmente fanáticos, como los de las peores sectas destructivas. 

 

Una comisión ética debería avergonzarnos públicamente por divulgar como noticias creíbles las magónicas, el mundo mágico de las supersticiones y los esoterismos, magma de estupideces y desgracias.

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.