“Dios nos proporcionó dos orejas y una sola boca para hablar menos y escuchar más” dice el proverbio oriental. Probablemente, si el actor Jim Carrey hubiera conocido este refrán, no se habría metido en el jardín en el que se acaba de embarrar hasta las cejas. Y es que el actor ha criticado al gobernador de California, Jerry Brown, tachándolo de "fascista a sueldo de las empresas" por haber ratificado una ley que convierte en obligatoria la vacunación infantil en este estado (una de las leyes más estrictas del país).

En una serie de mensajes obtusos en Twitter, Carrey -quien tiene una hija de 27 años, Jane Erin Carrey- asegura que no está en contra de la vacunación en sí, pero que las vacunas obligatorias para los niños de California contienen neurotoxinas y mercurio. Y que, por esto, hay que “respetar” el derecho de los padres a no vacunar a sus hijos.

Hay que recordar que hace dos días, el estado de California aprobaba una ley que obliga a que todos los niños sean vacunados, después de que un brote de sarampión pusiera en jaque a las autoridades sanitarias de este territorio estadounidense a finales del pasado año 2014. La nueva normativa exige que todos los menores sean inmunizados antes de comenzar en la guardería, a menos que un médico prescriba lo contrario.

"La ciencia es clara, las vacunas protegen a los niños de muchas infecciones y enfermedades peligrosas", ha explicado el gobernador demócrata Jerry Brown en un comunicado.

Probablemente, las dudas de Jim Carrey sobre la vacunación obligatoria desaparecerían si el actor norteamericano se pusiera en contactos con los padres del niño de seis de la ciudad española de Olot que acaba de morir de difteria, después de haber contagiado esta enfermedad a casi una veintena de pequeños.