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Viernes, 26 de Febrero de 2016 Tiempo de lectura:
“En Francia se ha hecho demasiado difícil expresar las propias opiniones”, afirma el escritor árabe

La inquisitorial izquierda intelectual francesa consigue una nueva víctima: Kamel Daoud abandona el periodismo

[Img #8225]Después de los ataques realizados a pensadores y ensayistas como Alain Finkielkraut, Michael Onfray, Éric Zemmour o Michel Houellebecq, la izquierda intelectual francesa, que simbólicamente dispara sin compasión contra todo aquel que se separe un milímetro de las doctrinas estalinistas más caducas o del perverso pensamiento progresista que se agazapa bajo la trampa de lo “políticamente correcto”, acaba de obtener una nueva víctima.

 

Kamel Daoud, que acaba de recibir el premio Jean-Luc Lagardère al mejor periodista del año, ha anunciado que abandona el periodismo. “Estoy cansado”, ha dicho, agotado por los insultos, las polémicas y especialmente afectado por un ataque colectivo contra él publicado en el izquierdista periódico francés “Le Monde” y firmado por 19 “expertos” que le acusaban de “islamófo”.

 

Kamel Daoud, que vive en Orán (Argelia), comenzó a escribir en el diario argelino “Quotidien d’Oran” hace más de veinte años, donde llegó a ser redactor jefe del periódico de la segunda ciudad de Argelia. En 2014 su novela “Meursault, caso revisado”, inspirada en “El Extranjero” de Albert Camus, llegó a la final del “Premio Goncourt”. Desde entonces, Daoud siguió escribiendo para el “Quotidien d’Oran”, pero también empezaron a contar con él los grandes periódicos extranjeros, como “Le Monde” o “The New York Times”.

 

Según recoge la web “Páginas Digital”, la voz de Kamel Daoud es única. “Expresa críticas feroces y al mismo tiempo amor hacia la cultura a la que pertenece, la del mundo árabe-musulmán. Después de los atentados de París del pasado 13 de noviembre, Daoud escribió para ‘The New York Times’ un memorable artículo de denuncia a Arabia Saudí, “Un ISIS que funciona”, y sobre los estrechos vínculos que Francia y Occidente todavía mantienen con el oscurantista régimen wahabita.

 

Después, el 31 de enero el escritor argelino publicó otro largo texto en “Le Monde” a propósito de los hechos de Colonia, donde decenas de inmigrantes atacaron a decenas de mujeres la noche de año nuevo. Daoud habló de la miseria sexual de los hombres y de la condición de la mujer en el mundo árabe. ‘Occidente olvida que el refugiado proviene de una trampa cultural que se resume sobre todo en su relación con Dios y la mujer. (…) No basta con acogerlo dándole documentación y un dormitorio. Hay que ofrecer asilo al cuerpo pero también convencer al alma de que debe cambiar. El otro llega de ese vasto universo doloroso y horrible que son la miseria sexual en el mundo árabe-musulmán, una relación enferma con la mujer, el cuerpo y el deseo. Acoger al otro no significa curarlo’.

 

Tras escribir esto, en el diario parisino de izquierdas “Le Monde” un grupo de 19 “expertos”, sociólogos, historiadores y antropólogos, firmaban un texto en el que acusaban a Daoud de “reciclar los clichés orientalistas más trillados”, de contraponer un “mundo de la liberación y de la educación” (Occidente) a un “mundo de la sumisión y de la alienación”, y de “generar la imagen de una riada humana de potenciales depredadores sexuales, afectados todos por los mismos males psicológicos. Pegida no pedía tanto”. El artículo termina tachando a Daoud de islamófobo, la palabra definitiva que vale como “pena de muerte intelectual final”.

 

“Seguiré escribiendo algún que otro artículo hasta que acabe el mes y en marzo cierro”, ha declarado en el diario italiano ‘Corriere della Sera’. ‘He dado mucho en estos años, he escrito mucho, he intentado comprometerme, pero las presiones son demasiado fuertes. En Argelia los islamistas me lanzan la ‘fatwa’, y ahora, en Occidente, hay quien me acusa de islamofobia. Es un insulto inmoral, una Inquisición. En Francia, se ha hecho demasiado difícil expresar las propias opiniones’”.

 

“Me parece inmoral e insoportable que vengan a darme lecciones desde los cafés parisinos”: así se ha desahogado Daoud en una “Carta a un amigo extranjero” publicada en el Quotidien d’Oran, donde anuncia su adiós al periodismo después de más de veinte años. ‘Vivimos en la época de los mandatos: o estás de un lado o estás del otro. Cada vez que escribo algo genero reacciones excesivas, recibo toneladas de insultos y amenazas, y afortunadamente también manifestaciones de apoyo. Pero no estoy a gusto, pues no soy un provocador, solo soy un hombre libre que quiere expresar su opinión, y eso ya no es posible. La diferencia fundamental entre la extrema derecha y yo es que ellos critican el islamismo para rechazar al otro, yo lo hago para acogerlo. Su objetivo es la exclusión, el mío es la convivencia. No soy islamófobo en absoluto, digo que la religión debe ser una opción, no una imposición. Pero Francia es un país con muchos tabúes y yo ahora estoy pagando las consecuencias’”.

 

 

 

 

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