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Javier Salaberria
Martes, 13 de Septiembre de 2016 Tiempo de lectura:

Vuelve la Guerra Fría

Excelente, clarificador, enriquecedor. Así fue el Curso de Verano de la Universidad del País Vasco “Encrucijada de Oriente medio: ¿Cómo nos afectará la guerra contra el Estado Islámico?”.

 

Algunos de los temas que se trataron el mismo:

 

DAESH

 

El autodenominado Estado Islámico no es un Estado y no es islámico. Así lo expresaba Pedro Díaz Osto a quien dicha denominación le parece incorrecta. “No es un Estado porque no ha sido reconocido por la comunidad internacional y además es considerado como una organización terrorista. Y no es islámico porque afortunadamente no representa al verdadero Islam, que mayoritariamente es pacífico y no pretende imponer su religión por la fuerza.”

 

Para Pedro Baños existe una imagen desfigurada de lo que el DAESH significa. Se le atribuye todo el horror de la guerra y la barbarie, cuando todos los bandos ejercen ese tipo de violencia por igual. “El DAESH la rentabiliza mediáticamente, pero con su población no actúa así. De hecho, ha sido mejor estratega que EE. UU. militarmente y políticamente. No destruye la organización burocrática de los territorios que ocupa y con el dinero que obtiene de la venta de petróleo, droga y antigüedades (sí, esas que nos hacen creer que destruyen), trata de ofrecer una cobertura social que el estado iraquí es incapaz de ofrecer. No nos olvidemos que son sunitas, desplazados del poder arbitrariamente por una potencia extranjera y sometidos a atrocidades por sus enemigos chiítas ahora en el poder. Para la población sunita de Irak y Siria las milicias del DAESH son libertadores. Eso explica cómo un ejército regular muy superior fue derrotado por esta milicia yihadista en puntos estratégicos como Mosul, Raqqa o Ramadi”.

 

Sin embargo, a pesar de que el DAESH  es un actor importante en el escenario caótico de Oriente Medio no es el único. El mosaico de actores tanto en la guerra civil Siria, que hace tiempo dejó de ser una guerra civil para convertirse en una guerra internacional, como en el escenario explosivo de Oriente Medio, cuyas ondas expansivas llegan hasta las costas de Libia, están cimentados en un nuevo enfrentamiento mundial entre el Oeste y el Este, entre Occidente y Oriente.

 

Rusia

 

“Rusia aspira a ser una potencia mundial, no regional”, afirmó Carlos Echeverría, quien añadió: “desde la Rusia zarista, pasando por la Unión Soviética, hasta la Federación Rusa de Putin, Rusia aspira a ser un imperio con vocación de potencia mundial, y para ella los mares cálidos del sur son una prioridad irrenunciable: el Mar Caspio, El Mar Negro y el Mediterráneo”. Una de las razones por las que Rusia no abandonará su apoyo a Bashar al Ássad es porque no puede prescindir de su única base en el Mediterráneo situada en la costa de Siria: Tartús.

 

Pero la implicación rusa en Siria va más allá de la defensa estratégica de una base naval que es su llave al Mediterráneo.

 

Rusia quiere mandar un mensaje claro a sus aliados y, sobre todo, al mundo no Occidental que quiere liderar frente al poder de los EE. UU.: Rusia está con sus aliados no sólo cuando las cosas van bien sino cuando van mal; Rusia es un aliado fiel que no abandona a sus aliados; su determinación es firme, tiene las cosas claras y tiene una política clara, que va de frente y que no se amilana por nada; Rusia no va a permitir que haya más “revoluciones” y reconoce los gobernantes legítimos actuales sean democráticos o autoritarios; Rusia no va a permitir que Occidente vaya apoderándose de sus territorios limítrofes, que formaron parte del mundo soviético, y que son su franja de seguridad.

 

¿Tiene realmente EE.UU. una política tan sólida frente a sus aliados? Ha demostrado que no. El ejemplo es su trayectoria, primero en Afganistán, después en Irak y ahora en Siria.

 

Ha entregado Irak a los chiitas de Al Maliki, cometiendo errores básicos que no cometió ni con Alemania ni con Japón tras la finalización de la II Guerra Mundial: destruir toda la estructura del estado iraquí de Sadam y dejar a la clase dominante sunita sin trabajo, sin dinero, pero armada. Todos esos soldados, funcionarios, agentes del servicio secreto y policías sunnitas de Sadam están ahora alimentando la resistencia y el DAESH.

 

Los pactos secretos de EE.UU. con Irán (extraña alianza) han hecho posible que la República Islámica salvara su programa nuclear. Cosa que ha alertado enormemente a Arabia Saudita, tradicional aliado norteamericano en la zona, que aspira al control de la región precisamente en competencia con Irán.

 

[Img #9634]“¿Por qué EE. UU. hace semejante maniobra con Irán?” Puede ser por dos motivos, apuntó Antonio Nuñez: “Para mantener una doble contención, un equilibrio de poderes en la zona que no permita a Arabia Saudita ejercer presiones indeseables y extender su Islam wahabita radical, que no olvidemos es el mentor de todos los grupos terroristas yihadistas que han atentado contra intereses occidentales; o bien para castigar al que saben fue el verdadero responsable de los atentados del 11S, y no los talibanes afganos o Sadam Husein como se nos hizo creer en un principio. Pero era impensable bombardear la tierra sagrada de Meca y Medina, aunque se supiera que el Príncipe Bandar, embajador saudí en los EE.UU. y miembro de las fuerzas aéreas saudíes (¡qué casualidad!) estaba estrechamente ligado con la corriente wahabita promotora del yihadismo internacional de Al Qaeda”.

 

A Rusia le tomaron el pelo en Libia con la zona de exclusión aérea. Pero ha aprendido de sus errores y no va a retirarse de Siria. Ha impuesto como condición previa para sentarse en las mesa de negociación que el cese de Bashar al Asad no sea una propuesta. Ha ganado tiempo para que con la dilación de las negociaciones de paz pueda presentar victorias militares sobre la mesa. Una de sus maniobras dilatorias ha sido la de que se definiera quién podía o no ir a las negociaciones, quién era o no considerado una organización terrorista.

 

Nadie quiere perder en Siria, ni el bando occidental liderado por EE.UU. Inglaterra y Francia, ni el bando oriental liderado por Rusia con apoyo de Irán y China” por lo que la guerra será muy larga. En medio hay un escenario con milicias chiitas y sunitas, con opositores al régimen, con tribus y minorías, como la cristiana, que apoyan al régimen porque es el único que les garantiza con su laicismo el poder vivir en Siria. Además están los kurdos.

 

Turquía

 

No todos los kurdos son iguales. No al menos para Turquía, que saltándose el derecho internacional ha penetrado en Siria, un estado soberano, teóricamente amparada en el derecho de combatir al DAESH, pero realmente para no permitir que las dos franjas kurdas del norte de Siria se unifiquen y creen un estado independiente fronterizo con Turquía.

 

Paradójicamente EE.UU. ha utilizado a los kurdos para combatir al DAESH, siendo Turquía un aliado en la OTAN.

 

Pero algo ha cambiado en Turquía desde el golpe de Estado, e incluso antes. A pesar del incidente del caza derribado, el “Zar” y el “Sultán” se han entendido y Turquía ha virado peligrosamente su mirada hacia Oriente, a pesar de que formalmente sigue proclamando sus intenciones de pertenecer a la Unión Europea. “En realidad sólo le interesan sus visados”, porque Turquía quiere liderar el Islam sunita en oposición a Arabia Saudita. Aun están frescas las traiciones de la tribu Saud al Califato Otomano, que propiciaron su desaparición tras la Primera Guerra Mundial.

 

España

 

Sea como fuere el polvorín de Oriente Medio va a traer serias consecuencias a los españoles.

 

España es el único país europeo que mantiene frontera terrestre con África y uno de los destinos de paso de las mareas migratorias.

 

Aunque se ganara la guerra militar contra el DAESH, la ideológica está perdida, los problemas se multiplicarán y el terror continuará.

 

Rusia y sus aliados, Irán y China, han formado un frente y no van a permitir más revueltas amparadas en la supuesta democratización y superación de regímenes totalitarios. Este tipo de intervenciones han dejado caos en Libia, caos en Irak, caos en Afganistán, caos en Egipto y una guerra desastrosa en Siria.

 

Rusia se ha rearmado. Putin ha inyectado dinero en el desmantelado ejército de la era soviética y ha decidido que Rusia debe volver a liderar el mundo no occidental.

 

Ha vuelto la guerra fría y el primer escenario bélico de ésta es Siria, como en su día lo fueron Vietnam, Corea o Afganistán.

 

En este contexto no es de extrañar que Antonio Moliner reclamara una mayor cultura de defensa para los españoles. “Los españoles aprecian mucho a sus Fuerzas Armadas, como recogen todos los sondeos de opinión. Pero es un amor frágil. Cuando se les pregunta si saben que el presupuesto de las Fuerzas Armadas es de los menores de Europa, dicen que sí. Y cuando se les pregunta si creen que es suficiente, responden que les parece excesivo. Esto es porque en España no somos conscientes de los riesgos a los que estamos expuestos, ni de nuestras verdaderas necesidades de defensa. Si tuvieran una cultura de defensa adecuada no opinarían eso del dinero que destinamos a nuestras Fuerzas Armadas”.

 

Para el Director del Curso, Pedro Díaz Osto: “La prosperidad y la libertad a la que todos aspiramos sólo es posible si existe seguridad”. Para ello es imprescindible que los ciudadanos se impliquen en la defensa y apoyen la labor de sus Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad del estado.

 

CURSO Y PONENTES

 

[Img #9635]Organizado por el Grupo Atenea de Seguridad Nacional y por Adalede (Asociación de Diplomados en Altos Estudios de la Defensa Nacional) con el apoyo del Ministerio de Defensa, contó con brillantes ponentes como Antonio Núñez García-Saúco, embajador de España y ex Director General del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación; Carlos Echeverría, profesor de Relaciones Internacionales y experto en el mundo islámico (UNED); el Coronel Pedro Baños, analista y conferenciante, experto en relaciones internacionales y muy conocido a través de sus intervenciones en medios de comunicación; el General de División en la Reserva Pedro Díaz Osto, director de Relaciones Institucionales y Director Adjunto del Grupo Atenea (Director del Curso); el General de Brigada Federico Yánez Velasco, vicepresidente de Adelade;  Jose Luis de Castro, profesor de la UPV/EHU especialista en Relaciones Internacionales; Pilar Requena, redactora de “En Portada” de RTVE, periodista especializada en Oriente Medio y profesora en la Universidad Complutense; Ander Gutierrez-Solana, especialista en Derecho Internacional de la UPV/EHU y el General de División Antonio Moliner, representando al Ministerio de Defensa como Director del Gabinete Técnico de la Secretaría General de Política de Defensa. Además, el curso contó con la presencia de Jose Luis de la Cuesta, ex Director de Cursos de Verano y ex Vicerrector de la UPV, Director del Instituto Vasco de Criminología, quien moderó una mesa redonda, y de Vicente Gasco, Secretario de Organización de la Fundación Cursos de Verano de la UPV/EHU, quien inauguró el Curso.

 


 

 

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