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La Verdad Ofende
Miércoles, 26 de Abril de 2017 Tiempo de lectura:

Neolengua, pervirtiendo tu respeto

La capacidad de retorcer la verdad condiciona la voluntad de que ésta nos llegue en estado puro, o disfrazada bajo el prisma ideológico de quien nos la sirve.  

 

El 80% de los medios de información de EE.UU dio como ganadora a Hillary Clinton, haciendo creer a quienes solo se informan por ellos lo que no era real. Las redes sociales (usted y yo con solo un móvil) desmontaron esta situación, desenmascarando el falso papel que la prensa ejercía: manipular tu voto, manipular tu opinión.

 

Ayer apareció en la prensa más solvente y autorizada lo que es un persistente complot de este mainstream periodístico, situando a las redes sociales como el frente y garante de la información, además de por su inmediatez informativa, por su capacidad de autoregenerarse y corregirse al minuto.

 

El aparente riesgo en solvencia o calidad informativa de la urgencia periodística de las redes sociales no resta seriedad a una información no siempre contrastada, pues las miles de fuentes que participan, corroboran o desmienten al minuto cualquier intento de bulo (fake), identifican a quién miente o difunde bulos con facilidad. Tengo casi 600.000 tuits publicados y me ha pasado. Las redes sociales representan el medio para validar o criticar las noticias que llegan.

 

Contaba ayer “Fox news” como en un artículo aparecido en "The New York Times" (NYT) se suprimía sin pudor alguno el término "mutilación genital". Para el “mainstream” informativo es una palabra "culturalmente cargada" según titulaban entrecomillado en Fox muy certeramente.

 

Lo que NYT daba como información veraz lleva insertado un código de perversión manifiesto. El NYT se permitió suprimir la terrible y denunciable práctica conocida como "mutilación genital" de su titular, para evitar crear una opinión negativa acerca de quienes la practican, retorciendo la verdad.

 

Para entender las razones por las que "The New York Times" hizo esto solo queda preguntarnos sin maldad ¿quienes practican semejante barbaridad? La pregunta no necesita la respuesta que explica qué está ocurriendo. Nadie alberga dudas sobre el origen de esas prácticas en el mundo occidental. Son los países islámicos la fuente y es en ellos donde aún perdura esta criminal costumbre.

 

Del mismo modo, son musulmanes quienes arrancan esa fuente biológica de identidad femenina y placer sexual a la mujer, en aras de proteger una supuesta virtud y moral que la lectura y práctica de la falsamente titulada "religión del amor", el islam, promueve.

 

El NYT ha dejado de ser prensa para ser púlpito de doctrina ideológica. Desde ese púlpito critica nuestra maledicente moralidad, y como si fuese un deber, actúa para defender al Islam de nuestras perversas opiniones, protegiéndole de nuestro derecho a la crítica, a dudar, el pilar civilizador occidental.

 

Usted pasa a ser un islamófobo y ellos la reserva cultural. Su opinión es un prejuicio propio de una petulante civilización atrasada que presume de ser más avanzada. Occidente para el NYT no sólo no es superior, debemos avergonzarnos de nuestra criminal historia y pasado ensombrecedor.

 

Es la dialéctica política de la prensa oficial  "opresores-oprimidos", y nadie políticamente correcto puede dudar de que el pasado de Occidente nos sitúa como la civilización más despreciable de todas. Debemos asumirlo, nos debemos reformar.

 

El NYT asume el deber de esa reforma, despertando las contaminadas conciencias occidentales e inicia la necesaria renegación de nuestras abyectas tradiciones, situando nuestros complejos y concretándolos. Está justificado. Hemos de revisar nuestros fundamentos morales, códigos intelectuales y leyes. Viva la alianza de civilizaciones. La nueva revolución.

 

Demolerán este tiránico mundo hetero-patriarcal edificado sobre ideas totalitarias. Traen la nueva verdad revelada consagrada a liquidar nuestra realidad intelectual. Pronto no habrá una verdad tangible, ni podremos reconocer una sola evidencia de a qué referente recurrir. Nuestra realidad hoy es una situación de confusión y desconcierto moral total.  El relativismo moral.

 

Tras todo ello hay una estrategia de dominación del ser humano, un metódico saqueo cultural necesario para robarnos cualquier certeza y convicción de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, a la que poder agarrarnos, hacia un solo objetivo: ¡Ellos nos lo dirán..!

 

Se llama “multiculturalismo”, llega de la mano de la “ideología de género”,  última pirueta ideológica hacia la demolición del occidente conocido que busca el marxismo. Ante semejante asalto cultural, debemos ser críticos con toda información que contradiga nuestras convicciones, historia y tradición. 

 

Nada de lo recibido apareció por generación espontánea. Occidente es un andar milenario de hombres que levantaron un tesoro civilizador gracias a la experiencia acumulada por generaciones, recibido como preciada herencia de mis mayores y a preservar para nuestros hijos. Estamos de paso en la vida. Lo recibido es un préstamo. Un legado de excelencia sin parangón en el orbe. 

 

No hay motivo para admitir ni permitir de nadie una culpabilidad colectiva por ser occidental. Muy al contrario, Occidente tiene el derecho y el deber de sentirse orgulloso de su pasado, su historia y su legado universal.

 

Quienes buscan demoler la civilización más exitosa de la humanidad, cimientan dicho combate en nuestra generosidad y respeto por los demás. Pasar por alto esas supuestas “bien intencionadas ideas” es nuestra perdición. Tapan maliciosamente una realidad gracias al malentendido y destructivo “buenismo”, cuya incauta naturaleza permite que la maldad no se señale y persiga, quedando impune ante nuestra bondad.

 

Lo trágico es que día a día les estamos dando la razón. Occidente hoy, como España ayer con la fabulada “leyenda negra”. Debemos recordar que ninguno de los novedosos planteamientos del marxismo cultural aguanta el más mínimo análisis intelectual o científico. Una falsedad que sacrificó naciones en el altar de un laboratorio político que un puñado de intelectuales decidieron diseñar.

 

“En todas las generaciones siempre hay un selecto grupo de idiotas que creen que el colectivismo fracasó porque no lo dirigieron ellos”  Javier Pérez Cepeda @cchurruca

 

Dedicado a Antonio Camuñas @ManhattanmanOne

 

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