Miércoles, 17 de Diciembre de 2025

Actualizada Martes, 16 de Diciembre de 2025 a las 18:02:55 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

David R
Viernes, 07 de Julio de 2017 Tiempo de lectura:

La evolución del Derecho Constitucional

En el siempre magnifico escenario del Palacio de Miramar de la ciudad de San Sebastián, y en el marco de los prestigiosos Cursos de Verano que desde hace muchos años (XXXVI edición) desarrolla la Universidad del País Vasco, se ha llevado a cabo uno con el título "La Constitución y el constitucionalismo en tiempos de crisis”, con la participación de profesores y catedráticos expertos en Derecho Constitucional de diferentes universidades de España.


El objetivo del curso era analizar los cambios que devienen como consecuencia de una crisis económica y política, en un escenarios de globalización con la aparición de nuevos poderes transnacionales, y cómo afectan al Derecho Constitucional en cuanto garante de los Derechos Sociales, que fundamentan el Estado de Derecho.
 

Desde el reconocimiento por la fascinación que siempre me ha producido el Derecho Constitucional dentro del enorme acervo del Derecho quiero expresar mi satisfacción por la participación en este interesante curso y señalar sintéticamente algunas de las conclusiones destacables a las que creo se ha llegado con cierto nivel de consenso.
 

- Cada generación tiene derecho a elaborar su propia Constitución, una generación no debe imponer una Constitución a la siguiente. Las Constituciones no deben ser ni inmutables ni eternas. Pero una Constitución no puede programar su propia destrucción, no hay precedente y no es algo que se pueda hacer vía reforma, requeriría de un proceso constituyente.
 

- Las instituciones están fallando, pero más por malas prácticas y usos de las mismas que por su diseño. El actual sistema constitucional, en el mundo democrático, está sufriendo una crisis que manifiesta déficit de democracia por fallos en los sistemas de representación, retrocesos en los derechos sociales alcanzados con las Constituciones de 2ª generación (escritas tras la II Guerra Mundial) que desgraciadamente se asumen y consideran irreversibles. El modelo está fracasando y siendo cooptado por nuevos poderes que actúan sin reglas o por encima de ellas con comportamientos arbitrarios.
 

- Ante nuevos poderes transnacionales únicamente pueden funcionar como contrapeso instituciones transnacionales, las estrictamente nacionales ya no pueden. Hay que desarrollar un nuevo constitucionalismo "multinivel", no ceñido al pequeño ámbito estatal.
 

- La divergencia entre representantes y representados es cada vez mayor, genera desafección política y es elemento básico en el análisis del origen de los nuevos populismos.
 

- En el caso particular y cercano de Cataluña, y en general en el de los nacionalismos, se abre el complicado debate sobre la definición del concepto de soberanía, y se aprovecha que no existe doctrina para "el minuto después" de cambios positivos substanciales. Como dijo Javier Arzallus hace muchos años ante la presión de un periodista que le entrevistaba: "el nacionalismo es un sentimiento", y los sentimientos y el concepto de identidad casan mal con la razón, pero también con el Derecho.
 

 

Los sistemas constitucionales, con todos sus defectos, son siempre mejorables, pero siguen siendo el mejor sistema del que se ha dotado la sociedad.
 

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.