La manifa rojigüalda de Barcelona
Sin televisiones, sin poder, sin poderoso caballero, sin otra publicidad que la de la red de redes y, sin embargo —¡ay, sin embargo!—, demoledor triunfo de la España silenciosa —que sufre, calla, trabaja y paga impuestos para alimentar a una desmesurada pandilla de suidos— el domingo por la mañana en Barcelona.
Lástima que ese aleccionador impulso, límpido e incontestable, acabe manipulado, y es que cada día es más evidente que España está necesitada de un gran MOVIMIENTO PATRIOTA, que supere la gangrena de derechonas, neoliberales, socialinútiles y trostkistas a las órdenes de George Soros.
Sin televisiones, sin poder, sin poderoso caballero, sin otra publicidad que la de la red de redes y, sin embargo —¡ay, sin embargo!—, demoledor triunfo de la España silenciosa —que sufre, calla, trabaja y paga impuestos para alimentar a una desmesurada pandilla de suidos— el domingo por la mañana en Barcelona.
Lástima que ese aleccionador impulso, límpido e incontestable, acabe manipulado, y es que cada día es más evidente que España está necesitada de un gran MOVIMIENTO PATRIOTA, que supere la gangrena de derechonas, neoliberales, socialinútiles y trostkistas a las órdenes de George Soros.