Amnistía Internacional, la organización de extrema izquierda financiada con los impuestos de múltiples ciudadanos europeos y subvencionada en parte por la Open Society de George Soros, no pierde oportunidad de situarse en contra de las leyes democráticas occidentales.

Si hace unos meses, esta organización radical afirmaba sin sonrojarse que la lucha contra el terrorismo islamista que se está llevando a cabo en diferentes países de la UE “produce una pérdida de libertades” y apenas unas semanas más tarde llamaba a denunciar las “torturas policiales” habidas, según ellos, en el País Vasco, ahora le ha faltado tiempo para salir a la palestra pública y “exigir” la libertad de dos de los principales integrantes de la trama civil que ha impulsado y llevado a cabo el golpe de Estado secesionista catalán: los presidentes de la ANC y de Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, recientemente encarcelados por orden de la juez de la Audiencia Nacional carmen Lamela.

Concretamente, Amnistía Internacional pide que se ponga "fin de inmediato" a la prisión provisional de los golpistas y que se retiren los cargos de sedición contra ellos por "promover" el asedio a la Guardia Civil el pasado 20 de septiembre durante la operación para impedir el referéndum del 1-O.

Los “analistas” de AI dicen que la presentación de cargos contra estas personas "por un delito grave como es la sedición" y la medida de prisión provisional impuesta suponen "restricciones excesivas de su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica”.