Faustino Merchán Gabaldón
El pueblo vasco y sus privilegios forales
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Las Vascongadas están formadas por Álava, Vizcaya, y Guipúzcoa, y en épocas antiguas fueron cuatro tribus de origen celta las que conformaron y habitaron estas tierras, donde se asentó el antiguo pueblo de los vascos, entre los ríos Garona y Ebro: autrigones, várdulos, carístios y vascones, según el antropólogo vasco Julio Caro Baroja. Bilbao fue fundada por un noble caballero castellano, Diego López de Haro, duodécimo Señor de Vizcaya, y otro ascendiente suyo, también Diego López de Haro, sería el primer Señor de Vizcaya, con el que se crea el Señorío de Vizcaya, el otro Señorío era el de Arriaga, en Álava, y Pamplona fue fundada por el yerno de Cayo Julio Cesar, Pompeyo El Magno.
Los caristios no son mencionados por Estrabón, ni por Pomponio Mela, pero sí por Plinio, que les llama Carietes y les sitúa en el interior, en la zona sur del actual País Vasco. Claudio Ptolomeo los sitúa entre el río Deva, en la provincia de Guipúzcoa y lo que actualmente es Bilbao, llegando por el sur hasta el Ebro. Su territorio limitaba con los de los várdulos y el de los autrigones.
Llegaron los romanos en el siglo II a. d. C. a las tierras que denominan Vasconia, y a sus habitantes vascones, agrupados en las cuatro tribus celtas con el euskera como lengua común. Realizaban sacrificios humanos y sus costumbres eran rudas e inhumanas, según el escritor latino, y su economía estaba basada en el pastoreo y la ganadería. Roma consiguió dominar el territorio vascón sin apenas enfrentamiento armado, en contraste con la difícil conquista de sus vecinos cántabros. Los romanos les proporcionan tecnología, agricultura, estrategia militar y construyen calzadas, así como las primeras ciudades, como Pompeya, la actual Pamplona.
Alanos, suevos y vándalos, conocidos como bárbaros, pueblos del Norte de Europa, pasan por esas tierras, sin permanecer en ellas, carecen de interés en ellas, por ser tierras pobres, sin fertilidad alguna. Los visigodos son empujados por los francos hacia Vasconia, donde sometieron a los vascones, aunque éstos derrotaron a los francos del emperador Carlomagno en Roncesvalles y a su héroe Rolando; y quedan atrapados entre francos y musulmanes.
En este periodo existe el ducado de Vasconia, que comprende el actual País Vasco y la Aquitania francesa. Se crea el Reino de Pamplona con Íñigo de Arísta como primer rey de Pamplona, y en el siglo X alcanza su máximo poderío con Sancho el Mayor, un siglo más tarde, Sancho el Sabio, pasa a llamarlo Reino de Navarra, que incluye al ducado de Vasconia.
Se presiona al Reino de Navarra, formado por navarros, guipuzcoanos, vizcaínos y alaveses, por los Reinos de Castilla y de Aragón, aunque Navarra anteriormente había estado integrada en el reino de Aragón.
En el siglo XII, el Reino de Navarra pierde poder, y Vizcaya se somete de forma pacífica al reino de Castilla, creando el Señorío de Vizcaya, las comarcas del Durangüesado y las Encartaciones sufrieron situaciones diversas, hasta integrarse plenamente en el Señorío, que además tenía competencias en Álava y Guipúzcoa, pero las ejercía directamente el rey de Castilla, ya que Castilla conquista fácilmente Álava y Guipúzcoa.
En 1512, los Reyes Católicos conquistan el Reino de Navarra, suprimen todos los fueros, para castigar a la nobleza y recaudar más, pero excepcionalmente permiten que Navarra conserve sus fueros, por su fidelidad a Castilla, que significaban mayor autonomía y autogobierno.
En la guerra de Secesión, que enfrentaba a Borbones y Áustrias, navarros, vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses están del lado vencedor en la contienda, los Borbones. Los Borbones partidarios de un Estado centralista eliminan los privilegios forales, ya que pretenden construir un Estado Moderno, al paso de la Revolución francesa, un Estado-Nación, mediante los Decretos de Nueva Planta, sin privilegios, a excepción de sus fieles, que algunos autores llaman bufones, navarros y vascos.
A finales del siglo XVIII, pasa la zona norte del Reino de Navarra a integrarse en Francia.
En las guerras carlistas entre partidarios de Isabel, una niña de dos años y su tío Don Carlos, son derrotados los Carlistas, de cuya parte se habían colocado navarros y vascos, ya que el candidato carlista les hizo la promesa de respetar sus fueros. Con la derrota de los carlistas pierden los fueros, es decir autonomía y autogobierno, las tres provincias vascas, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, pero no Navarra, aunque se suspende el Reino de Navarra, y pasan cada una de ellas a ser unas provincias más, como el resto de las que integran España. Muchos vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses se aprovechan de la nueva situación, ser una provincia española más, y emigran para hacer las Américas.
Durante la Revolución Industrial, el crecimiento de Vizcaya se dispara por la poderosa industria de la minería del hierro y del acero, protegida frente a sus competidores por fuertes aranceles del proteccionismo y del intervencionismo de España, que generó a su vez el desarrollo de la banca para su necesidad de financiación. En esta época, la población vasca creció en torno al 34%, mientras que la del resto de España creció un 9,3%. De 1877 a 1900, la población de Vizcaya pasó de 190.000 a 311.000 habitantes.
En Vizcaya, el controvertido Sabino Arana pretende la independencia vasca, funda el PNV, y acuña el término Euskadi, que comprende las tres provincias vascas, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, aunque no se reconoce oficialmente dicho término en ningún momento, pero es utilizado por sus afines y continua siéndolo por ellos. Arana, a partir de 1876, plantea que cinco elementos constituyen la singularidad de la nacionalidad vasca: raza, lengua, gobiernos y leyes, carácter y costumbres, y su personalidad histórica. Este solo consideraba vasco a aquél de apellidos vascos, como reacción a la invasión "maketa". Articulaba su carácter singular a través de la lengua, el euskera.
En el primer tercio del siglo XX, debido al intervencionismo, que da lugar al proteccionismo de su industria mediante fuertes aranceles a sus competidores, se produce un importante florecimiento, y el efecto llamada de mano de obra procedente de otras regiones de España, y la población de Vascongadas creció a un ritmo vertiginoso, desde los 600.000 habitantes de 1900 a los 900.000 en 1930, y en Vizcaya llegaban a 485.000 habitantes en 1930, lo que le situó a la cabeza del crecimiento de las poblaciones españolas. Su población se concentra en Bilbao, y las márgenes del río Nervión.
Durante la Guerra Civil española, el bombardeo de Guernica, inmortalizado por Picasso en un lienzo encargado por el Gobierno Vasco para la Exposición Universal de París en 1937, se pone de manifiesto una característica del pueblo vascongado, el victimismo y la gran mentira y manipulación, ya que apenas murieron cien personas, algún autor da la cifra exacta de ciento veintiséis, causado por la Legión Cóndor alemana, un número sensiblemente inferior al de otras poblaciones vecinas, como Durango, capital del Durangüesado, y muy inferior al causado en la capital de la nación, Madrid, donde se cuentan las víctimas por millares, porque los bombardeos eran casi diarios por parte del bando nacional, pero los madrileños no lloraban, ni encargaron dejar reflejada su tragedia y desesperación.
Franco castigó el posicionamiento vasco con el bando republicano, suprimiendo los conciertos económicos de Vizcaya y Guipúzcoa, por su traición a España, ya que Álava no se había involucrado con el bando republicano.
Con el gobierno de Franco, surgido tras la caída de la segunda República, no se prohíbe el euskera, al igual que el catalán, que algunos autores afirman que se prohibió. El euskera en ningún momento fue prohibido, al igual que el catalán, por Franco, de hecho, en 1951 se crea la cátedra Manuel de Larramendi en la Universidad de Salamanca para su estudio, considerándolo una joya lingüística de Occidente, y se favorece la industrialización de Vizcaya con la industria del acero, protegida y “mimada”, al igual que Cataluña, por fuertes aranceles frente a sus competidores, otros productores del exterior más competitivos, debido al proteccionismo español.
En 1959 surge la banda terrorista ETA, que lidera el conflicto vasco y divide a la sociedad vasca entre los afines a ETA, y quienes la rechazan, provocando casi un millar de asesinatos. Durante la llamada Transición política, mediante la negociación y el filibusterismo político, la región recupera los fueros, restableciendo los conciertos económicos en 1977 para Vizcaya y Guipúzcoa, y en 1979 se aprueba el Estatuto de Autonomía Vasca. Navarra siempre había conservado sus privilegios forales, que a día de hoy constituyen un desafuero, un privilegio medieval de difícil encaje en un Estado moderno del siglo XXI, donde todos los ciudadanos tengan los mismos derechos y deberes, por lo que la Unión Europea ha recomendado a España su cercenamiento, dado que constituye un insulto el llamado Concierto económico vasco, al resto de los ciudadanos españoles, y a la doctrina de la Constitución española del 1978.
En el año 2011, ETA derrotada, abandona las armas y comienza la confrontación política, pero continúa la conspiración desleal, mediante el adoctrinamiento en las escuelas vascas y los medios de comunicación afines a su doctrina secesionista.
Cesando en la actualidad, la otrora poderosa industria productiva vasca, ante su falta de competitividad en un mercado liberalizado, como es el actual, conformado por la Unión Europea, produciéndose la transformación de Vizcaya, y constituyéndose en una región eminentemente mercantil y de servicios.
Las nuevas infraestructuras transforman la imagen del País Vasco, como el Museo Guggenheim de Bilbao, inaugurado en 1997, y se convierten en el símbolo de una sociedad que apuesta por la modernización.
Las Vascongadas están formadas por Álava, Vizcaya, y Guipúzcoa, y en épocas antiguas fueron cuatro tribus de origen celta las que conformaron y habitaron estas tierras, donde se asentó el antiguo pueblo de los vascos, entre los ríos Garona y Ebro: autrigones, várdulos, carístios y vascones, según el antropólogo vasco Julio Caro Baroja. Bilbao fue fundada por un noble caballero castellano, Diego López de Haro, duodécimo Señor de Vizcaya, y otro ascendiente suyo, también Diego López de Haro, sería el primer Señor de Vizcaya, con el que se crea el Señorío de Vizcaya, el otro Señorío era el de Arriaga, en Álava, y Pamplona fue fundada por el yerno de Cayo Julio Cesar, Pompeyo El Magno.
Los caristios no son mencionados por Estrabón, ni por Pomponio Mela, pero sí por Plinio, que les llama Carietes y les sitúa en el interior, en la zona sur del actual País Vasco. Claudio Ptolomeo los sitúa entre el río Deva, en la provincia de Guipúzcoa y lo que actualmente es Bilbao, llegando por el sur hasta el Ebro. Su territorio limitaba con los de los várdulos y el de los autrigones.
Llegaron los romanos en el siglo II a. d. C. a las tierras que denominan Vasconia, y a sus habitantes vascones, agrupados en las cuatro tribus celtas con el euskera como lengua común. Realizaban sacrificios humanos y sus costumbres eran rudas e inhumanas, según el escritor latino, y su economía estaba basada en el pastoreo y la ganadería. Roma consiguió dominar el territorio vascón sin apenas enfrentamiento armado, en contraste con la difícil conquista de sus vecinos cántabros. Los romanos les proporcionan tecnología, agricultura, estrategia militar y construyen calzadas, así como las primeras ciudades, como Pompeya, la actual Pamplona.
Alanos, suevos y vándalos, conocidos como bárbaros, pueblos del Norte de Europa, pasan por esas tierras, sin permanecer en ellas, carecen de interés en ellas, por ser tierras pobres, sin fertilidad alguna. Los visigodos son empujados por los francos hacia Vasconia, donde sometieron a los vascones, aunque éstos derrotaron a los francos del emperador Carlomagno en Roncesvalles y a su héroe Rolando; y quedan atrapados entre francos y musulmanes.
En este periodo existe el ducado de Vasconia, que comprende el actual País Vasco y la Aquitania francesa. Se crea el Reino de Pamplona con Íñigo de Arísta como primer rey de Pamplona, y en el siglo X alcanza su máximo poderío con Sancho el Mayor, un siglo más tarde, Sancho el Sabio, pasa a llamarlo Reino de Navarra, que incluye al ducado de Vasconia.
Se presiona al Reino de Navarra, formado por navarros, guipuzcoanos, vizcaínos y alaveses, por los Reinos de Castilla y de Aragón, aunque Navarra anteriormente había estado integrada en el reino de Aragón.
En el siglo XII, el Reino de Navarra pierde poder, y Vizcaya se somete de forma pacífica al reino de Castilla, creando el Señorío de Vizcaya, las comarcas del Durangüesado y las Encartaciones sufrieron situaciones diversas, hasta integrarse plenamente en el Señorío, que además tenía competencias en Álava y Guipúzcoa, pero las ejercía directamente el rey de Castilla, ya que Castilla conquista fácilmente Álava y Guipúzcoa.
En 1512, los Reyes Católicos conquistan el Reino de Navarra, suprimen todos los fueros, para castigar a la nobleza y recaudar más, pero excepcionalmente permiten que Navarra conserve sus fueros, por su fidelidad a Castilla, que significaban mayor autonomía y autogobierno.
En la guerra de Secesión, que enfrentaba a Borbones y Áustrias, navarros, vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses están del lado vencedor en la contienda, los Borbones. Los Borbones partidarios de un Estado centralista eliminan los privilegios forales, ya que pretenden construir un Estado Moderno, al paso de la Revolución francesa, un Estado-Nación, mediante los Decretos de Nueva Planta, sin privilegios, a excepción de sus fieles, que algunos autores llaman bufones, navarros y vascos.
A finales del siglo XVIII, pasa la zona norte del Reino de Navarra a integrarse en Francia.
En las guerras carlistas entre partidarios de Isabel, una niña de dos años y su tío Don Carlos, son derrotados los Carlistas, de cuya parte se habían colocado navarros y vascos, ya que el candidato carlista les hizo la promesa de respetar sus fueros. Con la derrota de los carlistas pierden los fueros, es decir autonomía y autogobierno, las tres provincias vascas, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, pero no Navarra, aunque se suspende el Reino de Navarra, y pasan cada una de ellas a ser unas provincias más, como el resto de las que integran España. Muchos vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses se aprovechan de la nueva situación, ser una provincia española más, y emigran para hacer las Américas.
Durante la Revolución Industrial, el crecimiento de Vizcaya se dispara por la poderosa industria de la minería del hierro y del acero, protegida frente a sus competidores por fuertes aranceles del proteccionismo y del intervencionismo de España, que generó a su vez el desarrollo de la banca para su necesidad de financiación. En esta época, la población vasca creció en torno al 34%, mientras que la del resto de España creció un 9,3%. De 1877 a 1900, la población de Vizcaya pasó de 190.000 a 311.000 habitantes.
En Vizcaya, el controvertido Sabino Arana pretende la independencia vasca, funda el PNV, y acuña el término Euskadi, que comprende las tres provincias vascas, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, aunque no se reconoce oficialmente dicho término en ningún momento, pero es utilizado por sus afines y continua siéndolo por ellos. Arana, a partir de 1876, plantea que cinco elementos constituyen la singularidad de la nacionalidad vasca: raza, lengua, gobiernos y leyes, carácter y costumbres, y su personalidad histórica. Este solo consideraba vasco a aquél de apellidos vascos, como reacción a la invasión "maketa". Articulaba su carácter singular a través de la lengua, el euskera.
En el primer tercio del siglo XX, debido al intervencionismo, que da lugar al proteccionismo de su industria mediante fuertes aranceles a sus competidores, se produce un importante florecimiento, y el efecto llamada de mano de obra procedente de otras regiones de España, y la población de Vascongadas creció a un ritmo vertiginoso, desde los 600.000 habitantes de 1900 a los 900.000 en 1930, y en Vizcaya llegaban a 485.000 habitantes en 1930, lo que le situó a la cabeza del crecimiento de las poblaciones españolas. Su población se concentra en Bilbao, y las márgenes del río Nervión.
Durante la Guerra Civil española, el bombardeo de Guernica, inmortalizado por Picasso en un lienzo encargado por el Gobierno Vasco para la Exposición Universal de París en 1937, se pone de manifiesto una característica del pueblo vascongado, el victimismo y la gran mentira y manipulación, ya que apenas murieron cien personas, algún autor da la cifra exacta de ciento veintiséis, causado por la Legión Cóndor alemana, un número sensiblemente inferior al de otras poblaciones vecinas, como Durango, capital del Durangüesado, y muy inferior al causado en la capital de la nación, Madrid, donde se cuentan las víctimas por millares, porque los bombardeos eran casi diarios por parte del bando nacional, pero los madrileños no lloraban, ni encargaron dejar reflejada su tragedia y desesperación.
Franco castigó el posicionamiento vasco con el bando republicano, suprimiendo los conciertos económicos de Vizcaya y Guipúzcoa, por su traición a España, ya que Álava no se había involucrado con el bando republicano.
Con el gobierno de Franco, surgido tras la caída de la segunda República, no se prohíbe el euskera, al igual que el catalán, que algunos autores afirman que se prohibió. El euskera en ningún momento fue prohibido, al igual que el catalán, por Franco, de hecho, en 1951 se crea la cátedra Manuel de Larramendi en la Universidad de Salamanca para su estudio, considerándolo una joya lingüística de Occidente, y se favorece la industrialización de Vizcaya con la industria del acero, protegida y “mimada”, al igual que Cataluña, por fuertes aranceles frente a sus competidores, otros productores del exterior más competitivos, debido al proteccionismo español.
En 1959 surge la banda terrorista ETA, que lidera el conflicto vasco y divide a la sociedad vasca entre los afines a ETA, y quienes la rechazan, provocando casi un millar de asesinatos. Durante la llamada Transición política, mediante la negociación y el filibusterismo político, la región recupera los fueros, restableciendo los conciertos económicos en 1977 para Vizcaya y Guipúzcoa, y en 1979 se aprueba el Estatuto de Autonomía Vasca. Navarra siempre había conservado sus privilegios forales, que a día de hoy constituyen un desafuero, un privilegio medieval de difícil encaje en un Estado moderno del siglo XXI, donde todos los ciudadanos tengan los mismos derechos y deberes, por lo que la Unión Europea ha recomendado a España su cercenamiento, dado que constituye un insulto el llamado Concierto económico vasco, al resto de los ciudadanos españoles, y a la doctrina de la Constitución española del 1978.
En el año 2011, ETA derrotada, abandona las armas y comienza la confrontación política, pero continúa la conspiración desleal, mediante el adoctrinamiento en las escuelas vascas y los medios de comunicación afines a su doctrina secesionista.
Cesando en la actualidad, la otrora poderosa industria productiva vasca, ante su falta de competitividad en un mercado liberalizado, como es el actual, conformado por la Unión Europea, produciéndose la transformación de Vizcaya, y constituyéndose en una región eminentemente mercantil y de servicios.
Las nuevas infraestructuras transforman la imagen del País Vasco, como el Museo Guggenheim de Bilbao, inaugurado en 1997, y se convierten en el símbolo de una sociedad que apuesta por la modernización.