El conocido y polémico empresario Elon Musk se ha pasado a la venta de armas y para justificar esta decisión, legal pero éticamente reprobable para muchos de sus seguidores, mayoritariamente situados en la izquierda política, se ha inventado una historia: los 10.000 lanzallamas que ha vendido ya en Estados Unidos están destinados “a proteger a sus compradores en caso de un ataque zombi”. Así lo afirma a través de Twitter el creador de Tesla y Space X, que con no poco cinismo además se considera a sí mismo como un "defensor contra los cadáveres vivientes".

La nueva y belicosa creación de Musk se promociona como el "lanzallamas más seguro del mundo" y emite una lengua de fuego de tres metros de alcance, con lo que no infringe ninguna ley en EE.UU. Con un precio mínimo por unidad de 500 dólares, el arma, según la web de RT, ha generado en tres días de venta más de cinco millones de dólares en ingresos.

"El rumor de que estoy creando en secreto un 'apocalipsis zombi' para generar demanda de nuestro lanzallamas es completamente falso", desmintió irónicamente Musk, que había prometido crear el artefacto para The Boring Company, una de sus compañías, que se especializa en proyectos de infraestructuras.

Por su parte, el legislador Miguel Santiago, del estado de California, ha calificado la noticia como una broma de mal gusto, y se ha mostrado dispuesto a tratar de bloquear la venta de los lanzallamas de Musk. "Ni siquiera puedo empezar a imaginar los problemas que un lanzallamas causaría, tanto a los bomberos como a los policías, en la calle", aseveró Santiago, en un país que se encuentra en máxima alerta antiterrorista.