Un estudio de la Universidad de Stanford revela que las “noticias falsas” ayudaron a Hillary Clinton
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La narrativa de la izquierda mundial, apoyada por la información políticamente correcta de quienes jamás cuestionan los dogmas presuntamente progresistas que como mantras se repiten incesantemente de extremo a extremo del globo, ha repetido hasta la extenuación durante los últimos meses que Donald Trump venció en las elecciones presidenciales norteamericanacas gracias a lo que desde entonces se conoce popularmente como “fake news” (noticias falsas propagadas fundamentalmente desde las redes sociales).
Pues bien. Nada más lejos de la realidad. En enero de 2017, Matthew Gentzkow, profesor de economía en la Universidad de Stanford, y Hunt Allcott, profesor asociado de economía en la Universidad de Nueva York, realizaron un estudio sobre la proliferación de noticias falsas durante las elecciones presidenciales de 2016 y sobre el posible impacto que éstas tuvieron sobre el resultado final de la contienda.
El estudio ha revelado que, en Facebook, se compartieron más noticias falsas a favor de Donald Trump (30,3 millones de Me gusta / acciones) que Hillary Clinton (7,6 millones de Me gusta / acciones), pero los investigadores también hallaron que aunque las redes sociales son utilizadas habitualmente por los estadounidenses para recibir sus noticias, solo el 34% de los encuestados confía en la información que obtiene de este manera. De hecho, la mayoría de los ciudadanos sigue teniendo a la televisión como su principal fuente de información.
Los profesores Gentzkow y Allcott, al comparar los 690 mejores sitios de noticias de Estados Unidos con 65 sitios de noticias falsas, descubrieron que apenas un 10% de las noticias de los sitios “fiables” proviene de las redes sociales. Sin embargo, los sitios de noticias falsas dependen predominantemente de las redes sociales para obtener sus puntos de vista. Por lo tanto, es engañoso centrarse en las métricas de Facebook al citar las noticias falsas como un problema importante durante las elecciones.
Allcott y Gentzkow concluyeron: "Nuestros datos sugieren que las redes sociales no fueron la fuente más importante de noticias sobre las elecciones; de hecho, las noticias falsas de mayor circulación solo fueron vistas por una pequeña fracción de los estadounidenses. Para que las noticias falsas hubieran cambiado el resultado de las elecciones, una sola noticia falsa necesitaría haber convencido al 0.7 por ciento de los votantes de Clinton para que cambiaran sus apoyos hacia Trump". “De hecho, para que una noticia falsa pudiera haber cambiado el resultado de las elecciones, un solo artículo falso tendría que haber tenido el mismo efecto persuasivo que 36 anuncios de campaña de televisión”. Y esto es literalmente imposible.
Pero es que, además, y según el citado estudio, las dos noticias falsas más ampliamente creídas en el estudio, resultaron ser artículos a favor de Hillary Clinton.
El primero fue un falso informe realizado por el Comité Demócrata de Campaña del Congreso que afirmaba que el representante republicano Jeff Denham había ayudado a negociar un acuerdo inmobiliario convirtiendo un edificio propiedad del Gobierno en un lujoso hotel Trump. Falso.
El segundo falso anuncio, que fue difundido por la mayoría de los medios de comunicación norteamericanos, explicaba que Wikileaks estaba publicando correos electrónicos manipulados para dañar la campaña de Clinton. Todo mentira.
La narrativa de la izquierda mundial, apoyada por la información políticamente correcta de quienes jamás cuestionan los dogmas presuntamente progresistas que como mantras se repiten incesantemente de extremo a extremo del globo, ha repetido hasta la extenuación durante los últimos meses que Donald Trump venció en las elecciones presidenciales norteamericanacas gracias a lo que desde entonces se conoce popularmente como “fake news” (noticias falsas propagadas fundamentalmente desde las redes sociales).
Pues bien. Nada más lejos de la realidad. En enero de 2017, Matthew Gentzkow, profesor de economía en la Universidad de Stanford, y Hunt Allcott, profesor asociado de economía en la Universidad de Nueva York, realizaron un estudio sobre la proliferación de noticias falsas durante las elecciones presidenciales de 2016 y sobre el posible impacto que éstas tuvieron sobre el resultado final de la contienda.
El estudio ha revelado que, en Facebook, se compartieron más noticias falsas a favor de Donald Trump (30,3 millones de Me gusta / acciones) que Hillary Clinton (7,6 millones de Me gusta / acciones), pero los investigadores también hallaron que aunque las redes sociales son utilizadas habitualmente por los estadounidenses para recibir sus noticias, solo el 34% de los encuestados confía en la información que obtiene de este manera. De hecho, la mayoría de los ciudadanos sigue teniendo a la televisión como su principal fuente de información.
Los profesores Gentzkow y Allcott, al comparar los 690 mejores sitios de noticias de Estados Unidos con 65 sitios de noticias falsas, descubrieron que apenas un 10% de las noticias de los sitios “fiables” proviene de las redes sociales. Sin embargo, los sitios de noticias falsas dependen predominantemente de las redes sociales para obtener sus puntos de vista. Por lo tanto, es engañoso centrarse en las métricas de Facebook al citar las noticias falsas como un problema importante durante las elecciones.
Allcott y Gentzkow concluyeron: "Nuestros datos sugieren que las redes sociales no fueron la fuente más importante de noticias sobre las elecciones; de hecho, las noticias falsas de mayor circulación solo fueron vistas por una pequeña fracción de los estadounidenses. Para que las noticias falsas hubieran cambiado el resultado de las elecciones, una sola noticia falsa necesitaría haber convencido al 0.7 por ciento de los votantes de Clinton para que cambiaran sus apoyos hacia Trump". “De hecho, para que una noticia falsa pudiera haber cambiado el resultado de las elecciones, un solo artículo falso tendría que haber tenido el mismo efecto persuasivo que 36 anuncios de campaña de televisión”. Y esto es literalmente imposible.
Pero es que, además, y según el citado estudio, las dos noticias falsas más ampliamente creídas en el estudio, resultaron ser artículos a favor de Hillary Clinton.
El primero fue un falso informe realizado por el Comité Demócrata de Campaña del Congreso que afirmaba que el representante republicano Jeff Denham había ayudado a negociar un acuerdo inmobiliario convirtiendo un edificio propiedad del Gobierno en un lujoso hotel Trump. Falso.
El segundo falso anuncio, que fue difundido por la mayoría de los medios de comunicación norteamericanos, explicaba que Wikileaks estaba publicando correos electrónicos manipulados para dañar la campaña de Clinton. Todo mentira.