Faustino Merchán Gabaldón
¿A quién engañan?
La Revolución francesa que dio a luz, como gran luminaria del siglo de las luces, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano se desbordó más tarde por los años del terror. Los primeros revolucionarios hicieron vibrar el corazón y la cabeza de muchos hombres, y no de los peores, acerca del fenómeno de las desilusiones políticas.
En principio, la democracia se desató, no sin fuerza y guerras civiles, revoluciones y guillotinas para sustituir el absolutismo y el robo del monarca y su corte por el gobierno de la mayoría y la ausencia de robo. Pero el primer robo que sufrió fue el del propio nombre y sus instrumentos. Otro ejemplo de desencanto fue el mayo del 68, que acuñó “seamos razonables, pidamos lo imposible” ¿De qué sirvió todo cuando los estudios universitarios y el bachillerato españoles, tan duros en principio hasta el bandazo actual en que son tan blandos, tienen tan poca utilidad en la vida laboral, o en la social apenas, donde el viaje se realiza ligero de equipaje? ¡Qué gran estafa social! Esperemos corrija la deriva el nuevo plan de Calidad de la Enseñanza ¿Porqué en los colegios públicos y concertados se cobran a los alumnos españoles unos complementos no deseados, mientras que para los alumnos emigrantes son gratuitos la comida, los libros, transporte, etc., factores que contribuyen a enrarecer la convivencia en las aulas, junto con las nulas condiciones higiénicas de estos últimos ¿Cómo se ha llegado a esta locura colectiva? Así como el turismo sanitario que han realizado ciudadanos europeos para operaciones médicas en España.
Es tragicómico ver como se sirven de las urnas tiranos venezolanos, sudamericanos, árabes, etc., o el catalán y el abuelo vascongado, sin salir del país. De nuevo ¿Cómo se ha llegado a esta locura o estupidez colectiva? Tuvo que venir un juez a hacer público algo que ya todos sabíamos: en Cataluña y Vascongadas se practica la limpieza étnica y los partidos catalanistas y el PNV han tejido una red mafiosa de intereses bastardos y encefalograma plano. Y esos curas y religiosos terroristas ¿Qué hace el Vaticano en ese sentido? ¿Qué extrañas alianzas surgen al amparo de no se que oscuros intereses? Catalanes y vascos, a pesar de Pujol y Arzallus no levitan, creo yo, respiran oxígeno y su cuerpo está formado por agua en su mayor parte, al igual que cualquier magrebí, castellano o de cualquier otro punto de la geografía terrestre, aunque quizás ellos sean extraterrestres, su propio físico lo denuncia, tienen el pene en uve además, obsérvense con atención a Pujol o Ibarreche ¡Qué leche!
Sabemos todos que la amplia mayoría de los ciudadanos de cualquier lugar del mundo, incluidos catalanes y vascos, quieren vivir en paz y con una calidad de vida adecuada, en un entorno de justicia y de progreso, es decir lo que podríamos llamar en un entorno amigable ¿Porqué se ha permitido a estos siniestros personajillos montar un escenario de conflicto, buscando la confrontación permanente y constante, caminando por sinuosos meandros, con una bandera pirata de un torpe xenófobo y de un nazi, y otra construida en la mítica y torpe mentira infantil, y de un país al margen de la realidad social y de la historia real de un pueblo. Estréchese el cerco a estos siniestros personajes, tahúres del Missisipi, bufones y charlatanes que lo mismo venden la muñeca chochona que la cabra mocha, la gallina Turuleta o el gallo Claudio, que engendran y transmiten odio, carentes de humildad y de humanidad, “el sol sale para todos”. Demos la jubilación a estos abuelos de la política y la cuchipanda del desgarro, pues su chochez es contagiosa para sus políticos mamporreros y mandemos a los curas a sus misas ¿Por qué esos adjetivos tan laxos?, terrorismo de baja intensidad, los violentos, los cachorros ¿Por qué no se les llama por su verdadero nombre, terroristas y asesinos fundamentalistas?
Al amparo del fenómeno del terrorismo en su propio país, la mayor potencia mundial de todos los tiempos, USA, con su arrogancia y prepotencia característica, quiso dejar de ser dependiente de opiniones, decisiones e intereses que no sean los propios, sobre todo en lo que respecta a la principal fuente de energía mundial e introducirnos en una dinámica de violencia a todo el mundo civilizado, fundamentalmente a la vieja Europa, bajo pretexto de un reordenamiento geoestratégico violento de Oriente Próximo, que podría extenderse a Asia Central y a la India, que tan complejamente se ha ido tejiendo, conformando una cultura de la ley y la sabiduría. Por ello, no comprendemos esa alineación de España con USA y Reino Unido, dado que a lo largo de la Historia, nuestro país tiene poco que agradecer a ambos, baste recordar que aquél país fue el instigador de la pérdida de nuestras provincias de ultramar, utilizando el engaño, la intriga y la insidia, y de la pérfida Albión para que contar y cantar con su piratería a bordo. De nuevo ¿A quien engañan? Las reacciones provocadas hace tiempo por el homenaje a la enseña española son un mal paso, cuando se intenta destruir símbolos, negando la evidencia, como negar la existencia del Cid o que el Apóstol Santiago pisara España, quizás muchos se sientan aliviados, pero no ocurre lo mismo cuando se hacen afirmaciones similares de personajes del nacionalismo vasco o catalán, aunque todavía estos no se manifiestan negando la existencia del Corte Inglés, ni de Manolo el del Bombo, ni la selección española, símbolos actuales de la identidad española.
De tal manera que estos malabaristas de la mentira no consiguen lograr avergonzarse a los españoles de serlo. Según Álvarez Junco, galardonado con el premio nacional de ensayo en su obra sobre la identidad española, el nacionalismo español va cuajando en el siglo XIX, a partir de la guerra de la Independencia contra el francés, pero el Estado-nación arranca desde finales del siglo VIII, aunque antes vemos otros factores que influyen en la creación de esta nación: la monarquía, que unifica distintos reinos dispersos, la religión, la depuración de judíos y musulmanes o la existencia de la poderosa cultura del siglo de Oro. Basta recordar que en la España medieval, Vascongadas buscó la protección del monarca castellano integrándose en ese reino, frente a la amenaza del monarca navarro, al igual que el principado de Cataluña estaba integrado en el reino de Aragón. De tal manera que los únicos cuatro territorios verdaderamente históricos españoles son los representados en el escudo constitucional de España, a saber: el Reino de Castilla, que integraba los territorios Cántabros y el Señorío de Vizcaya; el Reino de León, que integraba el Principado de Asturias y el Condado de Galicia; el Reino de Navarra, y el Reino de Aragón, que integraba el Principado de Cataluña ¿Cómo se puede intentar falsear tanto la historia, sin que las autoridades que corresponden salgan al paso de tantas vilezas y torpezas malintencionadas, proporcionando la información adecuada? Es decir, el caldo de cultivo para que calen todas estas mentiras y falsedades es la desinformación y el desconocimiento, así como la ignorancia, madre de la maldad. Desde los tiempos de Goebbels [y Largo Caballero], nunca se había mentido tanto como en los últimos tiempos en Cataluña y Vascongadas, expresaba recientemente el prolífico filósofo Fernando Savater.
Recordemos también que el pueblo vascuence, parece ser proviene del Cáucaso, quizá de aquí esa identificación de los terrorismos checheno y vasco ¿Por qué no se van esos radicales con sus chapelas y sus tabernas, por donde vinieron y dejan libre y en paz en su territorio al pueblo español? Constituye una gravísima responsabilidad ante todo ignorar las posiciones políticas de esos ciudadanos vascos en las encuestas y en las manifestaciones de Bilbao y San Sebastián, que el autista Ibarreche citaba cuando le interesaba, así como el enorme precio que nos puede costar a todos la desestabilización de la democracia en España, y más concretamente en Vascongadas y Cataluña.
Ibarreche, como buen sátrapa y tonto útil, cerril en sus determinaciones y en su ignorancia calculada de la historia vasca, se reunió como representante del estado español, al que juró lealtad, en su territorio, con el portavoz de una organización suspendida de forma cautelar como presunta terrorista, hecho que parece tomado de una pieza de teatro del absurdo, intentando una vez más tocar los…tambores, con la colaboración además del sector nacionalista vinculado al terror mediante el síndrome de Estocolmo y el miedo escénico, asesinos atroces y despiadados sentándose en los parlamentos pretendidamente democráticos, jugando de forma descarada con el engaño, aunque curiosamente nunca han rechazado el dinero español, incluso algunos de esos radicales cobran sustanciosas pensiones o nóminas del Estado que pretenden dinamitar. El riesgo pues, tanto para Cataluña y Vasconia, como para el conjunto de España, se nos antoja excesivo. Los calificadores de riesgos sin responder ante nadie deciden mucho más que las instituciones creadas para afrontar la crisis, ya que el mundo empresarial y las sociedades vasca y catalana exigen excelencia en sus entornos políticos vasco y catalán, al igual que se le demanda a ellos en el entorno empresarial y social, sin embargo éste responde con amenazas y descalificaciones. Nada desearía más que ver al pueblo vasco y al pueblo catalán liberado de sus sátrapas. Nada menos que verlos sometidos a un nuevo “calvario”, del que no son responsables, con una lucha sin salida en el horizonte previsible. Pero es que el caso del pueblo catalán es similar, basado en una historia mítica construida en la mentira; ni la guerra contra Felipe V era una guerra de secesión, sino de sucesión, ni la historia de las barras rojas con la sangre de Wilfredo el Velloso es tal, la sardana es un invento de un andaluz, así como el pan tumaca, y sus gobernantes han sido unos viles ladrones que han robado al pueblo catalán a manos llenas, pero acuñando con vileza el lema: España nos roba.
Las proclamas nacionalistas que pudieron ser bienintencionadas y románticas en su origen, la búsqueda del Santo Grial o la Arcadia Feliz, con la promesa de la “tierra prometida”, la panacea universal o el bálsamo de Fierabrás, acabaron matando a un inocente niño con una bomba. Una sola vida vale más que todo el espúreo mito con pies de barro que han creado esos fanáticos de la mentira y la manipulación. El fenómeno del desencanto político es una experiencia frecuente en el siglo XX ¿Hay algo en la política que convierte a los ilusionados iluminados en ilusos? ¿La movilización política o el asociacionismo colectivo es obra de prestidigitación e ilusionismo? ¿Es mejor no ilusionarse por nada y practicar la desidia?
Hemos de recordar que a los pueblos sólo los mueven los poetas, y no los profesionales del poder. Los seres humanos actuamos movidos por muchas cosas que pueden agruparse en dos grandes motivaciones que curiosamente se corresponden con las dos grandes orientaciones políticas: la conservadora o derecha y la socialista o izquierda. Esos dos fundamentales impulsos son la búsqueda del bienestar y la ampliación de nuestras posibilidades vitales. Son dos motivos necesarios y contradictorios.
La búsqueda del bienestar lleva a la prudencia, al cálculo riguroso, a la conservación de lo logrado, a la estabilidad, en definitiva a la seguridad. En cambio, la ampliación de posibilidades conduce a la invención, la exploración, el riesgo y la utopía. Es decir, sería de desear la simbiosis perfecta de la bipolaridad, esperar de la persona querida que no cambie nunca, pero a la vez que sea siempre nueva y nos sorprenda continuamente.
Conviene que quien diseña el edificio singular sea un artista soñador, pero que quien calcula sus cimientos y estructura portante sea un riguroso ingeniero. Es decir, en política, como en la vida cotidiana, las dos motivaciones son necesarias. Cuando el impulso creador se debilita, la realidad va imponiéndose poco a poco, erosionando la ilusión. “El desierto avanza”, gemía Nietzsche. Es el sentimiento de impotencia ante la realidad. No podemos vivir de ilusiones, pero tampoco podemos vivir sin ellas. Es el momento entonces de cambiar una vez más. La inteligencia humana es, sin embargo, activa y se distingue de la animal en que aprende de los errores, aunque algunos tropiecen dos veces en la misma piedra.
Somos híbridos de sensatez y de esperanza. No podemos dejarnos vencer por la realidad, porque las cosas son lo que son y, además lo que pueden ser para cada uno. El equilibrio entre las dos orillas sería la creación humana como sabiduría entre la utopía y el sentido de la realidad, lo cual produce un movimiento de optimismo que es imprescindible para la creación.
En un momento de desconfianza generalizada, de lucha de todos contra todos, y contra nuestra propia individualidad, de envidias enfermizas y egoísmos lacerantes, cuando el futuro parece otra vez poco transitable, cuando se vuelve a decir que no hay más lógica que la de la fuerza, hagamos todos un esfuerzo de humildad y pongamos coto a tales desmanes, buscando un tiempo para la esperanza que lo agradecerán las generaciones venideras.
La Revolución francesa que dio a luz, como gran luminaria del siglo de las luces, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano se desbordó más tarde por los años del terror. Los primeros revolucionarios hicieron vibrar el corazón y la cabeza de muchos hombres, y no de los peores, acerca del fenómeno de las desilusiones políticas.
En principio, la democracia se desató, no sin fuerza y guerras civiles, revoluciones y guillotinas para sustituir el absolutismo y el robo del monarca y su corte por el gobierno de la mayoría y la ausencia de robo. Pero el primer robo que sufrió fue el del propio nombre y sus instrumentos. Otro ejemplo de desencanto fue el mayo del 68, que acuñó “seamos razonables, pidamos lo imposible” ¿De qué sirvió todo cuando los estudios universitarios y el bachillerato españoles, tan duros en principio hasta el bandazo actual en que son tan blandos, tienen tan poca utilidad en la vida laboral, o en la social apenas, donde el viaje se realiza ligero de equipaje? ¡Qué gran estafa social! Esperemos corrija la deriva el nuevo plan de Calidad de la Enseñanza ¿Porqué en los colegios públicos y concertados se cobran a los alumnos españoles unos complementos no deseados, mientras que para los alumnos emigrantes son gratuitos la comida, los libros, transporte, etc., factores que contribuyen a enrarecer la convivencia en las aulas, junto con las nulas condiciones higiénicas de estos últimos ¿Cómo se ha llegado a esta locura colectiva? Así como el turismo sanitario que han realizado ciudadanos europeos para operaciones médicas en España.
Es tragicómico ver como se sirven de las urnas tiranos venezolanos, sudamericanos, árabes, etc., o el catalán y el abuelo vascongado, sin salir del país. De nuevo ¿Cómo se ha llegado a esta locura o estupidez colectiva? Tuvo que venir un juez a hacer público algo que ya todos sabíamos: en Cataluña y Vascongadas se practica la limpieza étnica y los partidos catalanistas y el PNV han tejido una red mafiosa de intereses bastardos y encefalograma plano. Y esos curas y religiosos terroristas ¿Qué hace el Vaticano en ese sentido? ¿Qué extrañas alianzas surgen al amparo de no se que oscuros intereses? Catalanes y vascos, a pesar de Pujol y Arzallus no levitan, creo yo, respiran oxígeno y su cuerpo está formado por agua en su mayor parte, al igual que cualquier magrebí, castellano o de cualquier otro punto de la geografía terrestre, aunque quizás ellos sean extraterrestres, su propio físico lo denuncia, tienen el pene en uve además, obsérvense con atención a Pujol o Ibarreche ¡Qué leche!
Sabemos todos que la amplia mayoría de los ciudadanos de cualquier lugar del mundo, incluidos catalanes y vascos, quieren vivir en paz y con una calidad de vida adecuada, en un entorno de justicia y de progreso, es decir lo que podríamos llamar en un entorno amigable ¿Porqué se ha permitido a estos siniestros personajillos montar un escenario de conflicto, buscando la confrontación permanente y constante, caminando por sinuosos meandros, con una bandera pirata de un torpe xenófobo y de un nazi, y otra construida en la mítica y torpe mentira infantil, y de un país al margen de la realidad social y de la historia real de un pueblo. Estréchese el cerco a estos siniestros personajes, tahúres del Missisipi, bufones y charlatanes que lo mismo venden la muñeca chochona que la cabra mocha, la gallina Turuleta o el gallo Claudio, que engendran y transmiten odio, carentes de humildad y de humanidad, “el sol sale para todos”. Demos la jubilación a estos abuelos de la política y la cuchipanda del desgarro, pues su chochez es contagiosa para sus políticos mamporreros y mandemos a los curas a sus misas ¿Por qué esos adjetivos tan laxos?, terrorismo de baja intensidad, los violentos, los cachorros ¿Por qué no se les llama por su verdadero nombre, terroristas y asesinos fundamentalistas?
Al amparo del fenómeno del terrorismo en su propio país, la mayor potencia mundial de todos los tiempos, USA, con su arrogancia y prepotencia característica, quiso dejar de ser dependiente de opiniones, decisiones e intereses que no sean los propios, sobre todo en lo que respecta a la principal fuente de energía mundial e introducirnos en una dinámica de violencia a todo el mundo civilizado, fundamentalmente a la vieja Europa, bajo pretexto de un reordenamiento geoestratégico violento de Oriente Próximo, que podría extenderse a Asia Central y a la India, que tan complejamente se ha ido tejiendo, conformando una cultura de la ley y la sabiduría. Por ello, no comprendemos esa alineación de España con USA y Reino Unido, dado que a lo largo de la Historia, nuestro país tiene poco que agradecer a ambos, baste recordar que aquél país fue el instigador de la pérdida de nuestras provincias de ultramar, utilizando el engaño, la intriga y la insidia, y de la pérfida Albión para que contar y cantar con su piratería a bordo. De nuevo ¿A quien engañan? Las reacciones provocadas hace tiempo por el homenaje a la enseña española son un mal paso, cuando se intenta destruir símbolos, negando la evidencia, como negar la existencia del Cid o que el Apóstol Santiago pisara España, quizás muchos se sientan aliviados, pero no ocurre lo mismo cuando se hacen afirmaciones similares de personajes del nacionalismo vasco o catalán, aunque todavía estos no se manifiestan negando la existencia del Corte Inglés, ni de Manolo el del Bombo, ni la selección española, símbolos actuales de la identidad española.
De tal manera que estos malabaristas de la mentira no consiguen lograr avergonzarse a los españoles de serlo. Según Álvarez Junco, galardonado con el premio nacional de ensayo en su obra sobre la identidad española, el nacionalismo español va cuajando en el siglo XIX, a partir de la guerra de la Independencia contra el francés, pero el Estado-nación arranca desde finales del siglo VIII, aunque antes vemos otros factores que influyen en la creación de esta nación: la monarquía, que unifica distintos reinos dispersos, la religión, la depuración de judíos y musulmanes o la existencia de la poderosa cultura del siglo de Oro. Basta recordar que en la España medieval, Vascongadas buscó la protección del monarca castellano integrándose en ese reino, frente a la amenaza del monarca navarro, al igual que el principado de Cataluña estaba integrado en el reino de Aragón. De tal manera que los únicos cuatro territorios verdaderamente históricos españoles son los representados en el escudo constitucional de España, a saber: el Reino de Castilla, que integraba los territorios Cántabros y el Señorío de Vizcaya; el Reino de León, que integraba el Principado de Asturias y el Condado de Galicia; el Reino de Navarra, y el Reino de Aragón, que integraba el Principado de Cataluña ¿Cómo se puede intentar falsear tanto la historia, sin que las autoridades que corresponden salgan al paso de tantas vilezas y torpezas malintencionadas, proporcionando la información adecuada? Es decir, el caldo de cultivo para que calen todas estas mentiras y falsedades es la desinformación y el desconocimiento, así como la ignorancia, madre de la maldad. Desde los tiempos de Goebbels [y Largo Caballero], nunca se había mentido tanto como en los últimos tiempos en Cataluña y Vascongadas, expresaba recientemente el prolífico filósofo Fernando Savater.
Recordemos también que el pueblo vascuence, parece ser proviene del Cáucaso, quizá de aquí esa identificación de los terrorismos checheno y vasco ¿Por qué no se van esos radicales con sus chapelas y sus tabernas, por donde vinieron y dejan libre y en paz en su territorio al pueblo español? Constituye una gravísima responsabilidad ante todo ignorar las posiciones políticas de esos ciudadanos vascos en las encuestas y en las manifestaciones de Bilbao y San Sebastián, que el autista Ibarreche citaba cuando le interesaba, así como el enorme precio que nos puede costar a todos la desestabilización de la democracia en España, y más concretamente en Vascongadas y Cataluña.
Ibarreche, como buen sátrapa y tonto útil, cerril en sus determinaciones y en su ignorancia calculada de la historia vasca, se reunió como representante del estado español, al que juró lealtad, en su territorio, con el portavoz de una organización suspendida de forma cautelar como presunta terrorista, hecho que parece tomado de una pieza de teatro del absurdo, intentando una vez más tocar los…tambores, con la colaboración además del sector nacionalista vinculado al terror mediante el síndrome de Estocolmo y el miedo escénico, asesinos atroces y despiadados sentándose en los parlamentos pretendidamente democráticos, jugando de forma descarada con el engaño, aunque curiosamente nunca han rechazado el dinero español, incluso algunos de esos radicales cobran sustanciosas pensiones o nóminas del Estado que pretenden dinamitar. El riesgo pues, tanto para Cataluña y Vasconia, como para el conjunto de España, se nos antoja excesivo. Los calificadores de riesgos sin responder ante nadie deciden mucho más que las instituciones creadas para afrontar la crisis, ya que el mundo empresarial y las sociedades vasca y catalana exigen excelencia en sus entornos políticos vasco y catalán, al igual que se le demanda a ellos en el entorno empresarial y social, sin embargo éste responde con amenazas y descalificaciones. Nada desearía más que ver al pueblo vasco y al pueblo catalán liberado de sus sátrapas. Nada menos que verlos sometidos a un nuevo “calvario”, del que no son responsables, con una lucha sin salida en el horizonte previsible. Pero es que el caso del pueblo catalán es similar, basado en una historia mítica construida en la mentira; ni la guerra contra Felipe V era una guerra de secesión, sino de sucesión, ni la historia de las barras rojas con la sangre de Wilfredo el Velloso es tal, la sardana es un invento de un andaluz, así como el pan tumaca, y sus gobernantes han sido unos viles ladrones que han robado al pueblo catalán a manos llenas, pero acuñando con vileza el lema: España nos roba.
Las proclamas nacionalistas que pudieron ser bienintencionadas y románticas en su origen, la búsqueda del Santo Grial o la Arcadia Feliz, con la promesa de la “tierra prometida”, la panacea universal o el bálsamo de Fierabrás, acabaron matando a un inocente niño con una bomba. Una sola vida vale más que todo el espúreo mito con pies de barro que han creado esos fanáticos de la mentira y la manipulación. El fenómeno del desencanto político es una experiencia frecuente en el siglo XX ¿Hay algo en la política que convierte a los ilusionados iluminados en ilusos? ¿La movilización política o el asociacionismo colectivo es obra de prestidigitación e ilusionismo? ¿Es mejor no ilusionarse por nada y practicar la desidia?
Hemos de recordar que a los pueblos sólo los mueven los poetas, y no los profesionales del poder. Los seres humanos actuamos movidos por muchas cosas que pueden agruparse en dos grandes motivaciones que curiosamente se corresponden con las dos grandes orientaciones políticas: la conservadora o derecha y la socialista o izquierda. Esos dos fundamentales impulsos son la búsqueda del bienestar y la ampliación de nuestras posibilidades vitales. Son dos motivos necesarios y contradictorios.
La búsqueda del bienestar lleva a la prudencia, al cálculo riguroso, a la conservación de lo logrado, a la estabilidad, en definitiva a la seguridad. En cambio, la ampliación de posibilidades conduce a la invención, la exploración, el riesgo y la utopía. Es decir, sería de desear la simbiosis perfecta de la bipolaridad, esperar de la persona querida que no cambie nunca, pero a la vez que sea siempre nueva y nos sorprenda continuamente.
Conviene que quien diseña el edificio singular sea un artista soñador, pero que quien calcula sus cimientos y estructura portante sea un riguroso ingeniero. Es decir, en política, como en la vida cotidiana, las dos motivaciones son necesarias. Cuando el impulso creador se debilita, la realidad va imponiéndose poco a poco, erosionando la ilusión. “El desierto avanza”, gemía Nietzsche. Es el sentimiento de impotencia ante la realidad. No podemos vivir de ilusiones, pero tampoco podemos vivir sin ellas. Es el momento entonces de cambiar una vez más. La inteligencia humana es, sin embargo, activa y se distingue de la animal en que aprende de los errores, aunque algunos tropiecen dos veces en la misma piedra.
Somos híbridos de sensatez y de esperanza. No podemos dejarnos vencer por la realidad, porque las cosas son lo que son y, además lo que pueden ser para cada uno. El equilibrio entre las dos orillas sería la creación humana como sabiduría entre la utopía y el sentido de la realidad, lo cual produce un movimiento de optimismo que es imprescindible para la creación.
En un momento de desconfianza generalizada, de lucha de todos contra todos, y contra nuestra propia individualidad, de envidias enfermizas y egoísmos lacerantes, cuando el futuro parece otra vez poco transitable, cuando se vuelve a decir que no hay más lógica que la de la fuerza, hagamos todos un esfuerzo de humildad y pongamos coto a tales desmanes, buscando un tiempo para la esperanza que lo agradecerán las generaciones venideras.