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Lunes, 04 de Junio de 2018 Tiempo de lectura:
Duerme bien, incluso en verano

El descanso al calor de las noches de verano

El calor excesivo del verano puede dar lugar a muchos problemas de salud si no somos cuidadosos. El insomnio y la falta de descanso por la humedad y las altas temperaturas pueden hacerte perder la cabeza estos meses. ¿Quieres saber cómo podemos resolverlo?

 

La estación más cálida del año, el verano, se inicia en 2018 el 21 de Junio a las 12:07 horas, en España. Este día celebraremos el “Solsticio de Verano”, día en el que, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, la duración del día es la mayor del año en el Hemisferio Norte. A partir de esta fecha los días se irán haciendo cada vez más cortos, hasta llegar al solsticio de invierno en Diciembre. En Madrid, el día tendrá una duración de 15 horas y 3 minutos, tiempo que contrasta con las 9 horas y 17 minutos que durará el más corto, el 21 de diciembre.

 

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El calor y la deshidratación

 

Durante el verano -época de vacaciones-, estamos expuestos a calor excesivo, una situación que puede llegar a ser un peligro para la salud. Las temperaturas extremas producen sudoración que puede acarrear excesiva pérdida de líquidos y sales minerales necesarias para el organismo. Este proceso, conocido como deshidratación, puede diagnosticarse si hay presencia de dolor de cabeza, sequedad de boca y dificultad de concentrarse.

 

La deshidratación puede agravar una enfermedad crónica preexistente o provocar  agotamiento, siendo especialmente vulnerables los niños y las personas de más de 75 años. Si la exposición a altas temperaturas se mantiene, el individuo puede sufrir un golpe de calor.

 

Durante la noche y al dormir, niños y personas mayores están en un riesgo aún mayor de descompensación por calor excesivo, puesto que no tienen las facultades necesarias para hacer frente a la deshidratación súbita por las altas temperaturas.

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¿Por qué el calor afecta el sueño?
 

Otros posibles efectos que provoca la exposición al calor excesivo es  la alteración de los biorritmos, siendo el sueño uno de los aspectos que más se afecta. De hecho, la Organización Mundial de la Salud confirma que el 20% de la población sufre de forma transitoria dificultades para conciliar el sueño y permanecer dormido durante la estación del verano.
 

La temperatura ambiente afecta nuestros patrones de sueño, al afectar la temperatura corporal. Es normal que durante los ciclos de sueño, cambie nuestra temperatura.
 

Durante el sueño profundo perdemos la capacidad de regular eficazmente la temperatura corporal; por eso, si la temperatura exterior es demasiado cálida o demasiado fría, nos despertaremos para poder regular nuestra temperatura corporal de manera más eficaz. En condiciones de calor el sueño será más ligero y menos reparador, como consecuencia de haberse interrumpido las fases de sueño profundo. Se produce hiperactivación del metabolismo para adaptarse y una activación cerebral, lo que genera ansiedad y trastornos del sueño.
 

Las investigaciones sobre el sueño han concluido que la falta de sueño acelera el envejecimiento del cerebro y el cuerpo. Por cada hora que reducimos la duración del sueño, más disminuye nuestro rendimiento cognitivo global.
 

Otra causa por la que el calor entorpece el sueño es que en adultos sanos, en torno a una hora o treinta minutos antes de dormir, el cuerpo empieza a perder calor corporal. Este descenso en la temperatura corporal hace que aumenten los sentimientos de cansancio y se favorezca el adormecimiento. Las altas temperaturas externas evitan este proceso, causando problemas para conciliar el sueño y mantenerse dormido.
 

Medidas contra el calor que favorecen un mejor sueño
 

- Hidratarse adecuadamente: la ingesta diaria recomendada de líquidos, en verano, está entre 1,5 y 2 litros de agua o zumos de fruta. Debe evitarse el consumo de cafeína o bebidas excitantes o alcohólicas.
 

- Evitar cenas copiosas. La ingesta de comida se asocia con la secreción de serotonina, una hormona clave que  ayuda a promover el sueño. Se recomienda evitar alimentos con hidratos de carbono simples. Por otro lado la ingesta de grasas insaturadas no sólo fortalece la salud cardiaca sino que también mejoran los niveles de serotonina.
 

- Cuidar la piel  de quemaduras solares  y tomar una ducha o baño relajante ayuda a conciliar el sueño.
 

- Acondicionar la habitación: ajustando la temperatura de la habitación entre 20º y 22º.
 

- Proteger la habitación de la luz solar, pues el sueño está directamente relacionado con la secreción de melatonina. Esta sustancia se libera en nuestro cerebro en condiciones de oscuridad, induciendo nuestro sueño. Al haber más horas de luz durante el verano, y retrasar la hora irse a la cama, la melatonina que producimos comienza a segregarse más tarde, lo que dificulta la conciliación del sueño y provoca un incremento del insomnio.
 

- Dar preferencia al uso de prendas o sábanas de algodón que permitan a la piel respirar mejor, promover la ventilación y el flujo de aire en la habitación.  Usar un colchón de verano  fabricado con materiales de alta calidad que proporcionen transpirabilidad y dispersión del calor.

 

La importancia del colchón
 

El uso de colchones con tecnología adecuada para fomentar el sueño es fundamental para lograr un buen descanso. Particularmente en las condiciones de calor, ha de tomarse en cuenta la transpirabilidad y el uso de materiales termorreguladores. La gama de colchones Dormia tiene una amplia oferta de colchones elaborados con materiales transpirables de alta calidad. Por ello está indicado para personas con problemas de sudoración.
 

Los expertos en descanso recomiendan los colchones de muelles como la mejor opción para aislar el calor. Este tipo combina las propiedades de firmeza, adaptabilidad y acogida, para un descanso de calidad. Se ofrecen en el mercado carcasas de muelles bicónicos que mantienen una correcta alineación de la columna mientras dormimos.
 

Prepararnos para el verano
 

El verano es sinónimo de tiempo de descanso y mucho sol. Por ello, debemos estar preparados para las consecuencias que el calor del verano trae consigo.
 

Ya en la primavera, sería recomendable evaluar el estado actual de nuestro hogar y muebles, a fin de asegurarnos que estén acondicionados para soportar el calor y ayudar a disipar las molestias que este puede causar en los habitantes de la casa.
 

¡Aun tienes tiempo para estar listo este año!

 

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