Análisis
BCE: el euro baja fuerte
Los analistas se empiezan a preocupar sobre qué pasará este jueves en la reunión mensual del BCE. Lo que pase no tiene tanta trascendencia como lo que se avecina que es peor que el infierno.
Los países del sur de Europa y, alguno de los del norte han vivido de esa liquidez generosa y abundante del BCE en forma de compras de obligaciones – casi siempre públicas – de 30.000 millones cada mes.
Los gobiernos simpáticos del Estado del Bienestar han vivido, viven y no creemos sobrevivirán al final del QE del BCE.
La fiesta de gasto público sin límites y pídeme que te lo doy con tal de que me votes, terminará en breves fechas.
Los que especulan en el cómo, el cuándo y el cuánto, dibujan una serie de escenarios agradables, el mejor de los supuestos es que el jolgorio durará hasta final de este año. Pensamos que será así y que no acabará en septiembre como estaba previsto.
¿Qué consecuencias traerá al Gobierno 'Sántxez'?
La primera será la incapacidad de cumplir con los Presupuestos aprobados hace cuatro días porque se financian – en parte - con emisiones de deuda que, hasta ahora se han emitido a tipos próximos al cero. A partir de ahora, las emisiones llevarán una mayor carga y las que se vayan renovando, ídem de lo mismo.
La segunda consecuencia será una elevación no oficial de los intereses que pagarán empresas y particulares. No nos referimos a las tasas del BCE que seguirán en valores próximos a cero. Hablamos de las reales que vienen dadas por la dificultad de conseguir financiación. Al suprimir el BCE esos 30.000 millones al mes, la liquidez se irá estrechando poco a poco.
La tercera consecuencia es la falta de experiencia de un Gobierno de funcionarios, poco o muy brillantes – importa poco – que nunca en su vida se han enfrentado a situaciones empresariales. La dirección de una empresa supone una habilidad para prever lo que va a pasar, resolver el día a día que es harto complicado, buscar financiación para exportar, pagar nóminas, etc.
Los ministros de Sántxez son funcionarios acostumbrados a que les paguen su nómina a fin de mes y cuando no la cobran a montar un pollo.
Y el anterior experimento de un brillante catedrático de Estructura Económica – las cátedras en España se regalan – llamado Solbes que en conjunción con el sonrisas, dio el peor resultado económico financiero de la historia de España.
Los ministros-funcionarios de Sántxez – el incluido – sin ninguna experiencia en la empresa es una operación de alto riesgo para este país.
El otro problema que se avecina viene del otro lado del Atlántico con nuestro compadre Trump al que se le tacha de extremista, fascista o populista, pero, pero, que tiene las ideas muy claras. De entrada, el asunto de los aranceles le está saliendo muy bien. Y como chulea, es el más fuerte y lo sabe. Y abusa de su posición.
El crecimiento económico hoy, repito, hoy, viene dado por el aumento de las exportaciones que como todo incremento de la producción representa un empujón en igual medida del PIB. Ya la UE desde hace unos cuantos años – diez o doce – viene insistiendo en la necesidad de empujar las exportaciones de los integrantes de la Unión.
A nosotros, a los españoles y a los vascos, el asunto nos trae al pairo.
La educación es un componente esencial del PIB, del crecimiento económico, derivado de la exportación. Que para ello se precisa conocer lenguas más allá del euskera o el catalán que, por desgracia ni son lenguas globales ni las habla nadie en esos mundos de Dios.
El programa último ERASMUS PLUS de 2015 escribe negro sobre blanco la necesidad del conocimiento de lenguas globales para aumentar las exportaciones necesarias para el crecimiento del empleo y del aumento del PIB.
Una verdadera pena que tanto el Gobierno vasco como el catalán insistan en acorralar el español – no el castellano – como vía inútil para alcanzar la independencia.
Flaco favor se hace a la juventud necesitada de empleo y a la ciudadanía vasca con esa determinación impresentable de llevar el euskera a un camino sin salida.
Sántxes y Urkullu dos genios del noble arte de gobernar a los pueblos, ahora que son compintxes y socios, deberían reflexionar sobre el GASTO PÚBLICO, que lo ponemos con mayúsculas. No se deben fiar a ese esperado aumento del PIB que puede que se funda – creemos que se va a evanescer – como un azucarillo en el agua.
Se fían a los impuestos que, por razones de incremento del PIB, subirán también… es una ingenuidad como la sonrisita ignorante de Zapatero.
La recaudación de impuestos en el próximo año 2019 se estancará por las mayores dificultades empresariales a financiar su actividad, al mayor precio del dinero y muchas empresas no podrán pagar sus impuestos y puede que ni la Seguridad Social de sus empleados.
No se trata de exponer una visión pesimista sino una real que tiene un 90% de probabilidades de que ocurra.
El 2019 nos espera con el Brexit con una incógnita de cómo se comportará el turismo al que nos fiamos que seguirá siendo el maná y la fuente de empleo de los españoles.
Se objetará que la educación desde que se empieza a plantear una reforma hasta que salen egresados los titulados pasan muchos años.
Por esa razón la Unión Europea – en concreto la Comisión y el Consejo de Europa – incide en la necesidad de promover el conocimiento de lenguas.
Una reforma educativa y su aplicación llevan muchos años en producir fruto, en cambio, la enseñanza y el aprendizaje de lenguas es mucho más rápido y se rentabiliza pronto.
Qué habría pasado en el País Vasco si en lugar de dedicar varias decenas de miles de millones de euros en el euskera y su parafernalia se hubiera concedido ese dinero a aprender lenguas como el francés – el primer cliente del País Vasco es Francia -, el alemán o el portugués.
En ese programa ERASMUS antes mencionado se establece la necesidad de que los centros de enseñanza se dediquen a enseñar las lenguas que necesitan las empresas de su entorno comarcal.
Las lenguas latinas como el francés y el portugués – pensando en Brasil – se aprenden rápido.
El resultado es también bastante inmediato y, además, se crean empleos. Posiblemente se creen los mismos empleos que se destruyen de los centros de euskera.
El cambio es notable ya que se sustituye una lengua sin hablantes y que no sirve a la exportación por lenguas globales que aumentarían el PIB vasco.
Si volvemos al futuro económico tanto del País Vasco como España si no se ejecutan cambios de rumbo trascendentes, el crecimiento dependerá de factores externos que no podemos controlar como la situación económica-financiera de otros países cercanos o lejanos que nos ayuden – o no – a resolver nuestros problemas.
Para conseguir la verdadera independencia económica – no política – es preciso mejorar la educación. Hay que ser conscientes de que nuestra Secundaria es lamentable y las Universidades no pueden ser peores. Poco sirve que saquemos unos rankings extraños de Qatar en el que la Universidad del País Vasco está por delante de no sabemos qué universidad de la Conchinchina …
Vivimos los vascos en un ambiente y entorno de autocomplacencia nefasto. Hay que reconocer con humildad que somos los más torpes del mundo, los que menos sabemos y que nuestras instituciones son tercermundistas.
De nada sirve que digamos que somos los mejores si somos los peores.
Y con estos mimbres ni Sántxez, ni Urcullu ni Rajoy son capaces de mejorar nada. Solo pueden empeorarlo.
Finalizado el escrito conocíamos el resultado de la reunión del BCE en la que se han definido las pautas del QE que se reducirán a 15.000 millones de euros a partir de octubre y hasta finales de año.
Ese es el plazo que tienen los sociatas para emitir deuda a tope.
A partir de enero el BCE les hará un fantástico corte de mangas y que se las arreglen solitos.
Los tipos de interés se mantendrán en el cero hasta principios del segundo semestre de 2019.
El crecimiento económico se reduce y la inflación aparece contenida.
Vamos, la jeta de estos señores es tremenda. Llamar <inflación subyacente> al índice sin productos derivados del petróleo y alimentos es como decir que la inflación siempre será cero.
Lo que cuesta de verdad la vida es harina de otro costal y pesa más que lo que indica el BCE y esos Gobiernos ineptos de Europa.
Al filo de las 17.00 horas, el euro que ayer aguantó bien la subida de tipos en USA – incluso subió algo – esta tarde después de la reunión del BCE se daba un batacazo desde 1,1824 $ a las 13H30 hasta los 1,1640 a las 17H00, más del 1,5% que es mucho, mucho para una sola sesión.
Los analistas se empiezan a preocupar sobre qué pasará este jueves en la reunión mensual del BCE. Lo que pase no tiene tanta trascendencia como lo que se avecina que es peor que el infierno.
Los países del sur de Europa y, alguno de los del norte han vivido de esa liquidez generosa y abundante del BCE en forma de compras de obligaciones – casi siempre públicas – de 30.000 millones cada mes.
Los gobiernos simpáticos del Estado del Bienestar han vivido, viven y no creemos sobrevivirán al final del QE del BCE.
La fiesta de gasto público sin límites y pídeme que te lo doy con tal de que me votes, terminará en breves fechas.
Los que especulan en el cómo, el cuándo y el cuánto, dibujan una serie de escenarios agradables, el mejor de los supuestos es que el jolgorio durará hasta final de este año. Pensamos que será así y que no acabará en septiembre como estaba previsto.
¿Qué consecuencias traerá al Gobierno 'Sántxez'?
La primera será la incapacidad de cumplir con los Presupuestos aprobados hace cuatro días porque se financian – en parte - con emisiones de deuda que, hasta ahora se han emitido a tipos próximos al cero. A partir de ahora, las emisiones llevarán una mayor carga y las que se vayan renovando, ídem de lo mismo.
La segunda consecuencia será una elevación no oficial de los intereses que pagarán empresas y particulares. No nos referimos a las tasas del BCE que seguirán en valores próximos a cero. Hablamos de las reales que vienen dadas por la dificultad de conseguir financiación. Al suprimir el BCE esos 30.000 millones al mes, la liquidez se irá estrechando poco a poco.
La tercera consecuencia es la falta de experiencia de un Gobierno de funcionarios, poco o muy brillantes – importa poco – que nunca en su vida se han enfrentado a situaciones empresariales. La dirección de una empresa supone una habilidad para prever lo que va a pasar, resolver el día a día que es harto complicado, buscar financiación para exportar, pagar nóminas, etc.
Los ministros de Sántxez son funcionarios acostumbrados a que les paguen su nómina a fin de mes y cuando no la cobran a montar un pollo.
Y el anterior experimento de un brillante catedrático de Estructura Económica – las cátedras en España se regalan – llamado Solbes que en conjunción con el sonrisas, dio el peor resultado económico financiero de la historia de España.
Los ministros-funcionarios de Sántxez – el incluido – sin ninguna experiencia en la empresa es una operación de alto riesgo para este país.
El otro problema que se avecina viene del otro lado del Atlántico con nuestro compadre Trump al que se le tacha de extremista, fascista o populista, pero, pero, que tiene las ideas muy claras. De entrada, el asunto de los aranceles le está saliendo muy bien. Y como chulea, es el más fuerte y lo sabe. Y abusa de su posición.
El crecimiento económico hoy, repito, hoy, viene dado por el aumento de las exportaciones que como todo incremento de la producción representa un empujón en igual medida del PIB. Ya la UE desde hace unos cuantos años – diez o doce – viene insistiendo en la necesidad de empujar las exportaciones de los integrantes de la Unión.
A nosotros, a los españoles y a los vascos, el asunto nos trae al pairo.
La educación es un componente esencial del PIB, del crecimiento económico, derivado de la exportación. Que para ello se precisa conocer lenguas más allá del euskera o el catalán que, por desgracia ni son lenguas globales ni las habla nadie en esos mundos de Dios.
El programa último ERASMUS PLUS de 2015 escribe negro sobre blanco la necesidad del conocimiento de lenguas globales para aumentar las exportaciones necesarias para el crecimiento del empleo y del aumento del PIB.
Una verdadera pena que tanto el Gobierno vasco como el catalán insistan en acorralar el español – no el castellano – como vía inútil para alcanzar la independencia.
Flaco favor se hace a la juventud necesitada de empleo y a la ciudadanía vasca con esa determinación impresentable de llevar el euskera a un camino sin salida.
Sántxes y Urkullu dos genios del noble arte de gobernar a los pueblos, ahora que son compintxes y socios, deberían reflexionar sobre el GASTO PÚBLICO, que lo ponemos con mayúsculas. No se deben fiar a ese esperado aumento del PIB que puede que se funda – creemos que se va a evanescer – como un azucarillo en el agua.
Se fían a los impuestos que, por razones de incremento del PIB, subirán también… es una ingenuidad como la sonrisita ignorante de Zapatero.
La recaudación de impuestos en el próximo año 2019 se estancará por las mayores dificultades empresariales a financiar su actividad, al mayor precio del dinero y muchas empresas no podrán pagar sus impuestos y puede que ni la Seguridad Social de sus empleados.
No se trata de exponer una visión pesimista sino una real que tiene un 90% de probabilidades de que ocurra.
El 2019 nos espera con el Brexit con una incógnita de cómo se comportará el turismo al que nos fiamos que seguirá siendo el maná y la fuente de empleo de los españoles.
Se objetará que la educación desde que se empieza a plantear una reforma hasta que salen egresados los titulados pasan muchos años.
Por esa razón la Unión Europea – en concreto la Comisión y el Consejo de Europa – incide en la necesidad de promover el conocimiento de lenguas.
Una reforma educativa y su aplicación llevan muchos años en producir fruto, en cambio, la enseñanza y el aprendizaje de lenguas es mucho más rápido y se rentabiliza pronto.
Qué habría pasado en el País Vasco si en lugar de dedicar varias decenas de miles de millones de euros en el euskera y su parafernalia se hubiera concedido ese dinero a aprender lenguas como el francés – el primer cliente del País Vasco es Francia -, el alemán o el portugués.
En ese programa ERASMUS antes mencionado se establece la necesidad de que los centros de enseñanza se dediquen a enseñar las lenguas que necesitan las empresas de su entorno comarcal.
Las lenguas latinas como el francés y el portugués – pensando en Brasil – se aprenden rápido.
El resultado es también bastante inmediato y, además, se crean empleos. Posiblemente se creen los mismos empleos que se destruyen de los centros de euskera.
El cambio es notable ya que se sustituye una lengua sin hablantes y que no sirve a la exportación por lenguas globales que aumentarían el PIB vasco.
Si volvemos al futuro económico tanto del País Vasco como España si no se ejecutan cambios de rumbo trascendentes, el crecimiento dependerá de factores externos que no podemos controlar como la situación económica-financiera de otros países cercanos o lejanos que nos ayuden – o no – a resolver nuestros problemas.
Para conseguir la verdadera independencia económica – no política – es preciso mejorar la educación. Hay que ser conscientes de que nuestra Secundaria es lamentable y las Universidades no pueden ser peores. Poco sirve que saquemos unos rankings extraños de Qatar en el que la Universidad del País Vasco está por delante de no sabemos qué universidad de la Conchinchina …
Vivimos los vascos en un ambiente y entorno de autocomplacencia nefasto. Hay que reconocer con humildad que somos los más torpes del mundo, los que menos sabemos y que nuestras instituciones son tercermundistas.
De nada sirve que digamos que somos los mejores si somos los peores.
Y con estos mimbres ni Sántxez, ni Urcullu ni Rajoy son capaces de mejorar nada. Solo pueden empeorarlo.
Finalizado el escrito conocíamos el resultado de la reunión del BCE en la que se han definido las pautas del QE que se reducirán a 15.000 millones de euros a partir de octubre y hasta finales de año.
Ese es el plazo que tienen los sociatas para emitir deuda a tope.
A partir de enero el BCE les hará un fantástico corte de mangas y que se las arreglen solitos.
Los tipos de interés se mantendrán en el cero hasta principios del segundo semestre de 2019.
El crecimiento económico se reduce y la inflación aparece contenida.
Vamos, la jeta de estos señores es tremenda. Llamar <inflación subyacente> al índice sin productos derivados del petróleo y alimentos es como decir que la inflación siempre será cero.
Lo que cuesta de verdad la vida es harina de otro costal y pesa más que lo que indica el BCE y esos Gobiernos ineptos de Europa.
Al filo de las 17.00 horas, el euro que ayer aguantó bien la subida de tipos en USA – incluso subió algo – esta tarde después de la reunión del BCE se daba un batacazo desde 1,1824 $ a las 13H30 hasta los 1,1640 a las 17H00, más del 1,5% que es mucho, mucho para una sola sesión.