Lunes, 03 de Noviembre de 2025

Actualizada Lunes, 03 de Noviembre de 2025 a las 16:46:13 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Martes, 04 de Septiembre de 2018 Tiempo de lectura:
9-S. Elecciones cruciales para la izquierda en el país nórdico

La socialdemocracia europea se juega su futuro en Suecia

[Img #14451]

 

La socialdemocracia europea se juega su futuro el próximo domingo en Suecia, en unas elecciones legislativas que serán cruciales no solamente para este país nórdico sino también para el porvenir de la izquierda y la extrema izquierda de toda la Unión Europea. Todo apunta a que los partidos tradicionales, tanto conservadores como socialistas, responsables directos de que las doctrinas socialdemócratas se hayan convertido en un auténtico régimen de Estado, van a sufrir un fuerte voto de castigo de manos de la nueva derecha del SD (Demócratas de Suecia), que amenaza con destronar el regimen impuesto por los socialistas, comunistas y ecologistas. Los sondeos apuntan a que los socialdemócratas apenas lograrán un 23,8% de los votos, superando escasamente al SD (20%) y a los conservadores (17%).


Pero, ¿qué ha ocurrido en los últimos años para que Suecia, el reino mundial, junto con Canadá, de la socialdemocracia, haya pasado a convertirse en un país desolado por la indignación y el desasosiego de muchos de sus ciudadanos? La periodista y escritora, Ingrid Carlqvist, explica las razones por las que Suecia ya no aparece a los ojos del mundo como el paraíso de la libertad, la organización y la tolerancia. “La vieja Suecia todavía está ahí, pero cada día que pasa es más pequeña. Los suecos están asustados. Muchos de ellos abandonan las ciudades para comprar una casa en el campo, donde todavía pretenden hallar la Suecia de siempre. Pero eso es así hasta que abren un centro de acogida a inmigrantes en el pueblo y todo vuelve a empezar otra vez. Cada día escucho a más y más suecos decir que están realmente enojados, y algunos ya no pueden ocultar su ira. Dicho esto, creo que todavía somos corteses y agradables, pero muchas personas me dicen que lo único que quieren es que los musulmanes abandonen nuestro país. El partido Demócratas de Suecia, el único partido que se posiciona abiertamente contra la inmigración, y ganará las elecciones en septiembre de 2018. Estoy segura”.


En opinión de Carlqvist, la masiva inmigración musulmana, alentada por el Gobierno socialista-ecologista que ha gobernado Suecia a lo largo de los últimos años y consentida por los conservadores, ha generado violencia callejera, inseguridad para las mujeres, un empeoramiento radical de los servicios públicos y un fuerte retroceso de las libertades. “Suecia ha pasado de ser uno de los países más homogéneos del mundo a ser un país donde aproximadamente el 37% de la población tiene en sus orígenes conexiones extranjeras. Paralelamente al aumento de la inmigración se ha producido a un fuerte incremento de la criminalidad más violenta, como asesinatos, violaciones o guerras de pandillas, delitos que no se conocían en la vieja Suecia. Nuestro país ha cambiado totalmente: para mal. Los suecos solíamos sentirnos seguros, pero ahora son muchas las personas que tienen miedo a salir de su propia casa. Las mujeres salen a la calle con sus esprays de pimienta en el bolso y sé que muchos hombres han comenzado a realizar prácticas de tiro. En Suecia, es ilegal tener armas, pero si te unes a un club de tiro o te conviertes en cazador, puedes conseguir una licencia”.


“Otro problema derivado de la inmigración musulmana”, añade esta escritora que actualmente es comentarista sobre temas europeos en el canal norteamericano Fox News, es que “en Suecia se han levantado muchas mezquitas desde las que se predica el odio contra nuestros valores y nuestra forma de vida. Pero si dices algo al respecto, eres un ‘islamofobo’, puedes ser procesado y te arriesgas a ir a prisión durante varios meses. Los políticos se niegan a tomarse en serio nuestras preocupaciones; primero, nos llaman racistas, luego, tratan de silenciarnos”.


Preguntada sobre si el islam radical está poniendo fin a la renombrada democracia sueca, la analista afirma, sin dudarlo, que sí. “Si no empezamos a luchar pronto y de verdad, es lo que va a pasar. Pero yo sigo creyendo en que los vikingos suecos despertarán y defenderán a su país y a sus mujeres. Será una declaración de guerra, pero estoy segura de que la vamos a ganar porque somos más inteligentes y porque somos más justos. Suecia pertenece a los suecos. Nuestros antepasados construyeron este país y tenemos que defenderlo para nosotros y para las futuras generaciones”.


[Img #14453]Y es que tras ocho años de políticas sociales y culturales de extrema-izquierda, Stefan Löfven, actual primer ministro sueco, presenta un balance con muy pocas luces y muchas sombras: aunque el desempleo está en su nivel más bajo en los últimos 10 años y el crecimiento económico es relativamente estable, el sistema de salud se deteriora, los derechos de las mujeres empeoran, las libertades individuales se resienten, las desigualdades crecen y la segregación aumenta en los suburbios de ciudades como Malmö donde los ajustes de cuenta entre bandas de delincuentes, generalmente de origen musulmán, dejaron 40 muertos el año pasado.


El periodista, historiador y escritor danés Mikael Jalving escribió en 2011 el libro “Absolut Sverige: En rejse i tavshedens rige”. Se trata de una crónica-ensayo en el que Jalving despliega toda su capacidad de observación y análisis para realizar un amplio recorrido por la realidad política, social y cultural de la Suecia actual, “un país que la socialdemocracia y la corrección política han convertido en una cruel distopía”.

 

Jalving concedía hace unas semanas una entrevista exclusiva a la revista española Naves en Llamas, y su diagnóstico no dejaba lugar a dudas: “El marxismo cultural más virulento ha convertido a Suecia en un gran laboratorio. Me gusta definir a Suecia como un gran experimento político hecho realidad”, añadía Mikael Jalving. “No se trata de una historia de ciencia ficción sino de un fenómeno comprobable que se puede rastrear a lo largo de la reciente historia. La que era la nación étnica y culturalmente más homogénea de toda Europa, ahora es algo completamente diferente debido a la inmigración y la desregulación de la entrada de extranjeros. Además, esta situación se verá agravada en el futuro por el desarrollo demográfico. Independientemente de cómo se juzgue ideológicamente esta realidad que se ha producido a lo largo de la última generación, hay que reconocer la naturaleza dramática de la misma. Nunca antes, a lo largo de su historia, Suecia había sido lo que hoy es: un gran zoo humano multicultural”.

 

[Img #14452]Mikael Jalving explica que en Suecia puede vivirse una vida libre, sana y próspera trabajando y criando a tus hijos. “Pero si te involucras en política, incluso en niveles menores, tienes que prestar atención a lo que dices y haces. Esta regla de oro se aplica también a la vida social, a los entornos de trabajo, a los ámbitos colectivos. Suecia no tiene una tradición de pluralismo político. Durante décadas, la socialdemocracia, tanto a través del partido como de su presencia permanente en las instituciones, estableció el escenario de los correcto, no solo en el territorio política, sino también en los medios de comunicación, en la educación y en el entorno empresarial. Y desde la década de los noventa del pasado siglo, dos han sido los pilares sobre los que se ha levantado la corrección política actual: una política de inmigración liberal y una ideología de género radical”.


“La socialdemocracia sueca quiere reemplezarlo todo por algo nuevo, quiere una ‘Neuropa’, podríamos llamarlo. Nos insultan diciendo que somos burgueses, intolerantes y capitalistas. Lo que fueron nuestros padres, lo detestan aún más. Y de este profundo resentimiento, el marxismo cultural más virulento ha logrado convertir a Suecia en algo nuevo. Es un gran laboratorio”.

 

¿El presente de Suecia es el futuro de Europa?. “Suecia es parte de Europa y lo ha sido durante siglos. Pero el experimento sueco corre paralelo a las tendencias provenientes de los Estados Unidos, así como del pensamiento postcolonial británico y francés, y del síndrome de culpa alemana después de la Segunda Guerra Mundial. Pero, respondiendo a su pregunta, espero que no. Por el contrario, veo una creciente división entre la Europa occidental y oriental como resultado de la actual inmigración masiva. Por un lado, se encuentran Suecia, Reino Unido, Bélgica y Francia. En el otro lado se hallan Hungría, Polonia, Eslovaquia, la República Checa, etc., mientras que Dinamarca, Finlandia y quizás también Noruega se encuentran en un punto intermedio. Alemania, después de Merkel, también cambiará, supongo. Todavía hay muchos factores desconocidos. El único hecho conocido es que usted y yo, y nuestros hijos, estamos condenados a reflexionar, debatir y vivir las consecuencias de la inmigración musulmana en Europa en las próximas décadas. En realidad, acabamos de comenzar este proceso. Mucho, mucho más aún está por venir, incluido el terror islámico más frecuente, como el episodio reciente en París. Pero por banal que parezca decir esto, no renunciaremos a la lucha ni a la esperanza”.

Etiquetada en...

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.