Detención de trenes, expulsión de viajeros, amenazas a los conductores...
El vandalismo de los grafiteros se convierte en el principal reto a la seguridad para los operadores ferroviarios
La pasada madrugada, en Barcelona, un grupo de 34 personas detuvo mediante el freno de emergencia un tren de la Línea 4 en la estación de Maragall para hacer pintadas. Parte del pasaje mostró su indignación por esta acción vandálica por lo que los grafiteros comenzaron a insultar y agredir a los viajeros, según Transporte Metropolitano de Barcelona (TMB).
En concreto, desde TMB se denuncia que los vándalos rociaron la cara de una mujer embarazada con pintura de espray y que empujaron y golpearon en la cara de otras dos personas, aunque sin causar lesiones importantes. Los tres víctimas presentarán denuncia ante los Mossos d'Esquadra, igual que TMB.
Tras la actuación violenta, los grafiteros se dispersaron en grupos por los vestíbulos de las líneas 4 y 5. Uno de ellos fue retenido por los servicios de seguridad del metro hasta la llegada de la Policía que le encontró en el registro pintura y una cámara “Go-Pro” para grabar la acción vandálica.
Por el incidente, el tren se tuvo que retirar del servicio ya que estaba pintado por los dos lados. TMB denuncia que el "vandalismo grafitero es hoy el principal problema en el ámbito de la seguridad para los operadores ferroviarios en España, con crecientes implicaciones sociales, medioambientales, laborales y económicas" ya que suponen "una amenaza real para las personas y la prestación del servicio" además de una "injusta carga económica" para las empresas públicas. También lamenta que estos ataques vandálicos están aumentando y cada vez son más agresivos y violentos con los empleados del metro y con los pasajeros.
Paralelamente, en Madrid, un grupo de grafiteros detuvo durante la madrugada del sábado al domingo un tren de la línea 7B de Metro de Madrid en la estación del Hospital del Henares para pintarlo, según informaron a Europa Press fuentes sindicales. Los grafiteros, entre cuatro y cinco, pintaron unos 18 metros del tren detenido.
Ya el viernes, otro grupo grafitero se coló por la noche en el Metro de Madrid y pintó más de 700 metros de vagones situados en el saco de trenes de la estación de Las Rosas.
Con la de la madrugada del domingo ya son cuatro las noches consecutivas en las que han actuado los grafiteros en el Metro de Madrid. El ataque más violento tuvo lugar en Halloween, cuando obligaron a un maquinista de la línea 12 a desviar un tren a una zona con más luminosidad. El trabajador sufrió una crisis de ansiedad. Ese día también, los gamberros pintaron en la estación de Casa de Campo, donde rociaron con pintura a un vigilante de seguridad que grababa su actuación.
Además, el jueves por la noche, una banda de más de 15 grafiteros pintó cinco vagones del Metro en la estación de Marqués de Vadillo tras colarse en la cabina de cola del convoy y parar los trenes accionando la alarma.
El Sindicato de Maquinistas y UGT han pedido a la empresa pública que gestiona el suburbano madrileño que aumente la seguridad en las estaciones. Tambiénhan solicitado que se cambien los sistemas de apertura de las cabinas y que los botones de llamadas de emergencia funcionen para garantizar la seguridad de trabajadores y pasajeros. “Hay que tomar medidas para que no entren en las cabinas”, sostuvo el portavoz de UGT en Metro, Teo Piñuelas.
Fuentes del Metro de Madrid han asegurado a Europa Press que la seguridad del servicio es “una preocupación importante”. También señalaron que los sucesos de esta semana han sido trasladados a la Delegación del Gobierno y a instituciones judiciales para valorar qué medidas tomar al respecto, al tiempo que precisaron que la empresa del suburbano “ha reforzado” en un 20% su presupuesto en seguridad.
La pasada madrugada, en Barcelona, un grupo de 34 personas detuvo mediante el freno de emergencia un tren de la Línea 4 en la estación de Maragall para hacer pintadas. Parte del pasaje mostró su indignación por esta acción vandálica por lo que los grafiteros comenzaron a insultar y agredir a los viajeros, según Transporte Metropolitano de Barcelona (TMB).
En concreto, desde TMB se denuncia que los vándalos rociaron la cara de una mujer embarazada con pintura de espray y que empujaron y golpearon en la cara de otras dos personas, aunque sin causar lesiones importantes. Los tres víctimas presentarán denuncia ante los Mossos d'Esquadra, igual que TMB.
Tras la actuación violenta, los grafiteros se dispersaron en grupos por los vestíbulos de las líneas 4 y 5. Uno de ellos fue retenido por los servicios de seguridad del metro hasta la llegada de la Policía que le encontró en el registro pintura y una cámara “Go-Pro” para grabar la acción vandálica.
Por el incidente, el tren se tuvo que retirar del servicio ya que estaba pintado por los dos lados. TMB denuncia que el "vandalismo grafitero es hoy el principal problema en el ámbito de la seguridad para los operadores ferroviarios en España, con crecientes implicaciones sociales, medioambientales, laborales y económicas" ya que suponen "una amenaza real para las personas y la prestación del servicio" además de una "injusta carga económica" para las empresas públicas. También lamenta que estos ataques vandálicos están aumentando y cada vez son más agresivos y violentos con los empleados del metro y con los pasajeros.
Paralelamente, en Madrid, un grupo de grafiteros detuvo durante la madrugada del sábado al domingo un tren de la línea 7B de Metro de Madrid en la estación del Hospital del Henares para pintarlo, según informaron a Europa Press fuentes sindicales. Los grafiteros, entre cuatro y cinco, pintaron unos 18 metros del tren detenido.
Ya el viernes, otro grupo grafitero se coló por la noche en el Metro de Madrid y pintó más de 700 metros de vagones situados en el saco de trenes de la estación de Las Rosas.
Con la de la madrugada del domingo ya son cuatro las noches consecutivas en las que han actuado los grafiteros en el Metro de Madrid. El ataque más violento tuvo lugar en Halloween, cuando obligaron a un maquinista de la línea 12 a desviar un tren a una zona con más luminosidad. El trabajador sufrió una crisis de ansiedad. Ese día también, los gamberros pintaron en la estación de Casa de Campo, donde rociaron con pintura a un vigilante de seguridad que grababa su actuación.
Además, el jueves por la noche, una banda de más de 15 grafiteros pintó cinco vagones del Metro en la estación de Marqués de Vadillo tras colarse en la cabina de cola del convoy y parar los trenes accionando la alarma.
El Sindicato de Maquinistas y UGT han pedido a la empresa pública que gestiona el suburbano madrileño que aumente la seguridad en las estaciones. Tambiénhan solicitado que se cambien los sistemas de apertura de las cabinas y que los botones de llamadas de emergencia funcionen para garantizar la seguridad de trabajadores y pasajeros. “Hay que tomar medidas para que no entren en las cabinas”, sostuvo el portavoz de UGT en Metro, Teo Piñuelas.
Fuentes del Metro de Madrid han asegurado a Europa Press que la seguridad del servicio es “una preocupación importante”. También señalaron que los sucesos de esta semana han sido trasladados a la Delegación del Gobierno y a instituciones judiciales para valorar qué medidas tomar al respecto, al tiempo que precisaron que la empresa del suburbano “ha reforzado” en un 20% su presupuesto en seguridad.




















