El 'Pepinillo'
Rentería. Llevo al 'Pepinillo' de ruta, está en formación y tiene que foguearse un poco en el ambiente etarra. Elijo una herriko taberna y pasamos a tomar unos "cacharros"; al entrar nos miran raro dos chicos jóvenes que se sientan en la barra y piden cerveza.
Antes de entrar le he dicho a mi compañero que aquí se habla de fútbol, política y de lo "hijos de puta" que son los "txakurras". Si hablas de otras cosa sospechan; así pues, pedimos cerveza y, mientras leo el periódico, veo como mira fijamente las fotos de los etarras en las paredes.
Empiezo a hablar del atentado de hace unos días. Unos "amigos" le dieron un tiro en la nuca a un "txakurra", el dueño del bar me mira y sonríe diciendo que le estaba merecido por "español". La cara del 'Pepinillo' es un poema cuando ve que hemos caído bien y nos sirven otra ronda.
Al salir del local, está blanco. Ha escuchado cómo los mismos etarras que mataron a un compañero hace días relataban cómo le disparaban y caía el cuerpo, rematándole en el suelo. No entiende que hayamos formado parte de esa conversación e incluso que nos hayamos "alegrado".
Sale en "shock" y cuando llega a la Comandancia pide el traslado al Teniente. No se imaginaba que el trabajo en el norte era así; mejor para él, aquí la duda y la presión te pueden matar.
Otro rostro que llega y se va, no todo el mundo vale para el Servicio de Información en el País Vasco.
Rentería. Llevo al 'Pepinillo' de ruta, está en formación y tiene que foguearse un poco en el ambiente etarra. Elijo una herriko taberna y pasamos a tomar unos "cacharros"; al entrar nos miran raro dos chicos jóvenes que se sientan en la barra y piden cerveza.
Antes de entrar le he dicho a mi compañero que aquí se habla de fútbol, política y de lo "hijos de puta" que son los "txakurras". Si hablas de otras cosa sospechan; así pues, pedimos cerveza y, mientras leo el periódico, veo como mira fijamente las fotos de los etarras en las paredes.
Empiezo a hablar del atentado de hace unos días. Unos "amigos" le dieron un tiro en la nuca a un "txakurra", el dueño del bar me mira y sonríe diciendo que le estaba merecido por "español". La cara del 'Pepinillo' es un poema cuando ve que hemos caído bien y nos sirven otra ronda.
Al salir del local, está blanco. Ha escuchado cómo los mismos etarras que mataron a un compañero hace días relataban cómo le disparaban y caía el cuerpo, rematándole en el suelo. No entiende que hayamos formado parte de esa conversación e incluso que nos hayamos "alegrado".
Sale en "shock" y cuando llega a la Comandancia pide el traslado al Teniente. No se imaginaba que el trabajo en el norte era así; mejor para él, aquí la duda y la presión te pueden matar.
Otro rostro que llega y se va, no todo el mundo vale para el Servicio de Información en el País Vasco.