Profesor de Física de la Universidad de Albany y ex-investigador científico de la NASA
Kevin Knuth: "Hay objetos voladores que pueden venir de otros planetas"
Este experto internacional reclama una "investigación científica seria" sobre el tema ovni
Kevin Knuth, actual profesor asociado en el Departamento de Física de la Universidad de Albany y jefe de redacción de la revista Entropy, fue durante cuatro años investigador científico de la NASA, en el Centro de Investigación Ames de la División de Sistemas Inteligentes. Con décadas de experiencia en diferentes ámbitos científicos, actualmente sus investigaciones están centradas en los fundamentos de la física, la robótica autónoma y la búsqueda y caracterización de planetas extrasolares. Con esta bagaje profesional, y más de 100 publicaciones revisadas por pares, Knuth ha conmocionado la actual investigación espacial con un artículo contundente y demoledor publicado en "The Conversation", en el que reclama una investigación científica "seria y abierta" sobre el tema ovni y en el que acusa a los principales gobiernos del mundo y a los medios de comunicación de, respectivamente, ocultar y ridiculizar la información sobre este tema.
En su texto, Knuth recuerda cómo en 1988, durante su segunda semana en la Universidad Estatal de Montana, estuvo discutiendo con algunos estudiantes sobre el tema ovni. "Un profesor de física se unió a la conversación y nos dijo que él tenía colegas trabajando en la Base de las Fuerzas Aéreas de Malmstorm, en Great Falls, Montana, donde estaban teniendo problemas con ovnis que anulaban los misiles nucleares. Por aquel entonces pensé que lo que decía este profesor no tenía sentido. Pero, 20 años después, quedé aturdido al ver la grabación de una rueda de prensa realizada por personal antiguo de la Armada Área de USA, incluyendo a dos miembros de la Base Aérea de Malmstrom, que describían hechos similares ocurridos en los sesenta".
En su artículo, Kevin Knuth se muestra partidario de "afrontar la posibilidad de que la existencia de objetos extraños que superan a nuestros mejores aviones y que desafían cualquier explicación es una realidad y que éstos pueden ser visitantes de fuera de nuestro planeta. Además hay muchas evidencias para apoyar los avistamientos de ovnis".
"Carl Sagan ha resumido correctamente la situación al decir que 'afirmaciones extraordinarias requieren siempre de una evidencia extraordinaria'", explica Knuth, y añade que "cuando se trata de ciencia, el método científico requiere hipótesis que sean verificables para que se puedan probar las inferencias. Los avistamientos de ovnis no son controlables ni verificables, lo que provoca que su estudio constituya un verdadero desafío. Pero el verdadero problema, en mi opinión, es que el tema ovni es tabú".
"Mientras que el público en general ha estado fascinado con los ovnis durante décadas, nuestros gobiernos, científicos y medios de comunicación han declarado esencialmente que todos los avistamientos eran el resultado de fenómenos meteorológicos o de acciones humanas. Ninguno es considerado como una nave espacial extraterrestre. Y, por supuesto, los alienígenas no han visitado la Tierra. Esencialmente, nos dicen que el asunto no tiene sentido. Los ovnis están fuera del alcance de estudios científicos serios y de discusiones racionales, lo que desafortunadamente deja el tema en el dominio de los marginados y pseudocientíficos, muchos de los cuales se encuentran en el campo con los teóricos de conspiración y son víctimas de una especulación salvaje".
"Creo que el escepticismo ovni se ha convertido en una especie de religión con una agenda: descarta la posibilidad de la existencia de extraterrestres sin evidencia científica, al mismo tiempo que proporciona hipótesis tontas que describen solo uno o dos aspectos de un encuentro ovni, reforzando la creencia popular de que hay una conspiración".
"Un científico debe considerar todas las posibles hipótesis que explican todos los datos, y dado que se sabe poco, aún no se puede descartar la hipótesis extraterrestre. Al final, los escépticos a menudo le hacen un flaco favor a la ciencia al proporcionar un pobre ejemplo de cómo se lleva a cabo la ciencia. El hecho es que muchos de estos encuentros, aún un porcentaje muy pequeño del total, desafían la explicación convencional".
"Los medios de comunicación amplían este escepticismo publicando información sobre ovnis cuando es emocionante, pero siempre en un tono jocoso, convenciendo así al público de que no puede ser cierto. Pero hay encuentros creíbles".
"El Comité Francés para Estudios Avanzados (COMité d'ÉTudes Approfondies o COMETA), era un grupo de estudio no oficial que estudiaba los ovnis en los noventa. Lanzaron el informe COMETA que resumía sus resultados. Concluyeron que el 5% de los encuentros fueron reales pero inexplicables: la mejor hipótesis fue que la nave observada era extraterrestre. Acusaron a Estados Unidos de ocultar evidencias de OVNIS".
"En diciembre de 2017, The New York Times sacó a la luz una historia sobre la calificación de Programa avanzado de identificación de amenazas de aviación, que fue un programa de 22 millones dólares gestionado por el ex funcionario del Pentágono Luis Elizondo y destinado a estudiar los ovnis".
"Elizondo renunció a la ejecución del programa en protesta por el secreto extremo y la falta de financiación y apoyo. Tras su renuncia, Elizondo, junto con otros miembros de la comunidad de defensa e inteligencia, fueron reclutados por la Academia de las Artes y las Ciencias de las estrellas, recientemente fundada por Tom DeLonge para estudiar OVNIS y viajes interestelares. Coincidiendo con el lanzamiento de la academia, el Pentágono desclasificó y publicó tres videos de encuentros de OVNIS tomados con cámaras infrarrojas en aviones de combate F-18. Si bien esta desclasificación suscitó muchas emociones, me acuerdo de una cita del coronel del Ejército Jubilado John Alexander : 'La revelación ha sucedido. ... Tengo montones de generales, incluidos generales soviéticos, que han salido y han dicho que los ovnis son reales. La cuestión es, ¿cuántas veces los altos funcionarios deben presentarse y decir que esto es real?'".
Kevin Knuth no duda en afirmar que "existen muchas evidencias de que un pequeño porcentaje de los avistamientos de ovnis son embarcaciones no identificadas que exhiben capacidades de vuelo más allá de cualquier tecnología humana conocida. Si bien no hay un solo caso de avistamiento que pueda resistir el rigor científico, existen casos con observaciones simultáneas de múltiples testigos confiables, junto con datos de radar y evidencias fotográficas, que revelan patrones de actividad convincentes".
Y añade: "Este es un tema digno de investigación científica abierta, hasta que haya un consenso científico basado en la evidencia, en lugar de una expectativa o creencia previa. Si de hecho hay naves extraterrestres visitando la Tierra, nos beneficiaría enormemente saber sobre ellas, su naturaleza y sus intenciones. Además, esto representaría una gran oportunidad para la humanidad, prometiendo expandir y avanzar en nuestro conocimiento y tecnología, así como remodelar la comprensión de nuestro lugar en el universo".
Kevin Knuth, actual profesor asociado en el Departamento de Física de la Universidad de Albany y jefe de redacción de la revista Entropy, fue durante cuatro años investigador científico de la NASA, en el Centro de Investigación Ames de la División de Sistemas Inteligentes. Con décadas de experiencia en diferentes ámbitos científicos, actualmente sus investigaciones están centradas en los fundamentos de la física, la robótica autónoma y la búsqueda y caracterización de planetas extrasolares. Con esta bagaje profesional, y más de 100 publicaciones revisadas por pares, Knuth ha conmocionado la actual investigación espacial con un artículo contundente y demoledor publicado en "The Conversation", en el que reclama una investigación científica "seria y abierta" sobre el tema ovni y en el que acusa a los principales gobiernos del mundo y a los medios de comunicación de, respectivamente, ocultar y ridiculizar la información sobre este tema.
En su texto, Knuth recuerda cómo en 1988, durante su segunda semana en la Universidad Estatal de Montana, estuvo discutiendo con algunos estudiantes sobre el tema ovni. "Un profesor de física se unió a la conversación y nos dijo que él tenía colegas trabajando en la Base de las Fuerzas Aéreas de Malmstorm, en Great Falls, Montana, donde estaban teniendo problemas con ovnis que anulaban los misiles nucleares. Por aquel entonces pensé que lo que decía este profesor no tenía sentido. Pero, 20 años después, quedé aturdido al ver la grabación de una rueda de prensa realizada por personal antiguo de la Armada Área de USA, incluyendo a dos miembros de la Base Aérea de Malmstrom, que describían hechos similares ocurridos en los sesenta".
En su artículo, Kevin Knuth se muestra partidario de "afrontar la posibilidad de que la existencia de objetos extraños que superan a nuestros mejores aviones y que desafían cualquier explicación es una realidad y que éstos pueden ser visitantes de fuera de nuestro planeta. Además hay muchas evidencias para apoyar los avistamientos de ovnis".
"Carl Sagan ha resumido correctamente la situación al decir que 'afirmaciones extraordinarias requieren siempre de una evidencia extraordinaria'", explica Knuth, y añade que "cuando se trata de ciencia, el método científico requiere hipótesis que sean verificables para que se puedan probar las inferencias. Los avistamientos de ovnis no son controlables ni verificables, lo que provoca que su estudio constituya un verdadero desafío. Pero el verdadero problema, en mi opinión, es que el tema ovni es tabú".
"Mientras que el público en general ha estado fascinado con los ovnis durante décadas, nuestros gobiernos, científicos y medios de comunicación han declarado esencialmente que todos los avistamientos eran el resultado de fenómenos meteorológicos o de acciones humanas. Ninguno es considerado como una nave espacial extraterrestre. Y, por supuesto, los alienígenas no han visitado la Tierra. Esencialmente, nos dicen que el asunto no tiene sentido. Los ovnis están fuera del alcance de estudios científicos serios y de discusiones racionales, lo que desafortunadamente deja el tema en el dominio de los marginados y pseudocientíficos, muchos de los cuales se encuentran en el campo con los teóricos de conspiración y son víctimas de una especulación salvaje".
"Creo que el escepticismo ovni se ha convertido en una especie de religión con una agenda: descarta la posibilidad de la existencia de extraterrestres sin evidencia científica, al mismo tiempo que proporciona hipótesis tontas que describen solo uno o dos aspectos de un encuentro ovni, reforzando la creencia popular de que hay una conspiración".
"Un científico debe considerar todas las posibles hipótesis que explican todos los datos, y dado que se sabe poco, aún no se puede descartar la hipótesis extraterrestre. Al final, los escépticos a menudo le hacen un flaco favor a la ciencia al proporcionar un pobre ejemplo de cómo se lleva a cabo la ciencia. El hecho es que muchos de estos encuentros, aún un porcentaje muy pequeño del total, desafían la explicación convencional".
"Los medios de comunicación amplían este escepticismo publicando información sobre ovnis cuando es emocionante, pero siempre en un tono jocoso, convenciendo así al público de que no puede ser cierto. Pero hay encuentros creíbles".
"El Comité Francés para Estudios Avanzados (COMité d'ÉTudes Approfondies o COMETA), era un grupo de estudio no oficial que estudiaba los ovnis en los noventa. Lanzaron el informe COMETA que resumía sus resultados. Concluyeron que el 5% de los encuentros fueron reales pero inexplicables: la mejor hipótesis fue que la nave observada era extraterrestre. Acusaron a Estados Unidos de ocultar evidencias de OVNIS".
"En diciembre de 2017, The New York Times sacó a la luz una historia sobre la calificación de Programa avanzado de identificación de amenazas de aviación, que fue un programa de 22 millones dólares gestionado por el ex funcionario del Pentágono Luis Elizondo y destinado a estudiar los ovnis".
"Elizondo renunció a la ejecución del programa en protesta por el secreto extremo y la falta de financiación y apoyo. Tras su renuncia, Elizondo, junto con otros miembros de la comunidad de defensa e inteligencia, fueron reclutados por la Academia de las Artes y las Ciencias de las estrellas, recientemente fundada por Tom DeLonge para estudiar OVNIS y viajes interestelares. Coincidiendo con el lanzamiento de la academia, el Pentágono desclasificó y publicó tres videos de encuentros de OVNIS tomados con cámaras infrarrojas en aviones de combate F-18. Si bien esta desclasificación suscitó muchas emociones, me acuerdo de una cita del coronel del Ejército Jubilado John Alexander : 'La revelación ha sucedido. ... Tengo montones de generales, incluidos generales soviéticos, que han salido y han dicho que los ovnis son reales. La cuestión es, ¿cuántas veces los altos funcionarios deben presentarse y decir que esto es real?'".
Kevin Knuth no duda en afirmar que "existen muchas evidencias de que un pequeño porcentaje de los avistamientos de ovnis son embarcaciones no identificadas que exhiben capacidades de vuelo más allá de cualquier tecnología humana conocida. Si bien no hay un solo caso de avistamiento que pueda resistir el rigor científico, existen casos con observaciones simultáneas de múltiples testigos confiables, junto con datos de radar y evidencias fotográficas, que revelan patrones de actividad convincentes".
Y añade: "Este es un tema digno de investigación científica abierta, hasta que haya un consenso científico basado en la evidencia, en lugar de una expectativa o creencia previa. Si de hecho hay naves extraterrestres visitando la Tierra, nos beneficiaría enormemente saber sobre ellas, su naturaleza y sus intenciones. Además, esto representaría una gran oportunidad para la humanidad, prometiendo expandir y avanzar en nuestro conocimiento y tecnología, así como remodelar la comprensión de nuestro lugar en el universo".