Autor del libro "Militares ilustrados, liberales y masones (1728-1936)"
Coronel García-Municio de Lucas: “Los militares son el colectivo más importante en la Masonería Española”
A lo largo de los últimos seis años, el coronel García-Municio de Lucas ha documentado las miles de referencias a militares masones contenidas en papeles reservados de Fernando VII, expedientes de la Inquisición, comunicaciones de obediencias masónicas y el Archivo de Salamanca para explorar luego en los archivos militares sus hojas de servicio.
Según recoge “El Oriente”, el órgano oficial de comunicación de la Gran Logia Masónica de España, el autor de Militares ilustrados, liberales y masones (1728-1936), que presentó su trabajo en la sede de la Gran Logia de España, ha querido aportar un “libro objetivo con datos contrastados”. Y su conclusión es sorprendente: “Se trata del colectivo masónico más importante a través de toda la historia, claramente sobrerepresentado, especialmente en ultramar. Aproximadamente, el 15% de los masones eran militares y este peso crecía en los puestos directivos de la institución”. La importancia que los militares dan en su propio mundo a los símbolos y al ritual, el sentido de hermandad o la perspectiva de ser recibido con camaradería en los cambios de destino podrían explicar la atracción que tuvo la Masonería sobre el Ejército.
Más del 90% de los masones españoles del periodo estudiado eran oficiales, especialmente del Ejército de Tierra. “He visto centenares de hojas de servicio y no he detectado un solo caso de indisciplina militar de ningún masón”, explica el coronel García-Municio de Lucas en “El Oriente”. Y añade que, en general, “los masones pertenecían a las vanguardias de su tiempo: ilustrados en el absolutismo, liberales en el primer XIX, progresistas o conservadores, y demócratas en la última etapa del siglo. Hasta el final del Antiguo Régimen se iniciaban en Italia y Francia. Esos primeros masones eran aristócratas o ingenieros con altos empleos militares. Tras la Restauración, se detecta la presencia de médicos, veterinarios o unidades especiales como la Mehal-la, los Regulares, la Policía Indígena o la Legión, normalmente con empleos de capitán a coronel. Solo a partir de la Segunda República la institución se abrió significativamente a la tropa y los suboficiales”.
A lo largo de los últimos seis años, el coronel García-Municio de Lucas ha documentado las miles de referencias a militares masones contenidas en papeles reservados de Fernando VII, expedientes de la Inquisición, comunicaciones de obediencias masónicas y el Archivo de Salamanca para explorar luego en los archivos militares sus hojas de servicio.
Según recoge “El Oriente”, el órgano oficial de comunicación de la Gran Logia Masónica de España, el autor de Militares ilustrados, liberales y masones (1728-1936), que presentó su trabajo en la sede de la Gran Logia de España, ha querido aportar un “libro objetivo con datos contrastados”. Y su conclusión es sorprendente: “Se trata del colectivo masónico más importante a través de toda la historia, claramente sobrerepresentado, especialmente en ultramar. Aproximadamente, el 15% de los masones eran militares y este peso crecía en los puestos directivos de la institución”. La importancia que los militares dan en su propio mundo a los símbolos y al ritual, el sentido de hermandad o la perspectiva de ser recibido con camaradería en los cambios de destino podrían explicar la atracción que tuvo la Masonería sobre el Ejército.
Más del 90% de los masones españoles del periodo estudiado eran oficiales, especialmente del Ejército de Tierra. “He visto centenares de hojas de servicio y no he detectado un solo caso de indisciplina militar de ningún masón”, explica el coronel García-Municio de Lucas en “El Oriente”. Y añade que, en general, “los masones pertenecían a las vanguardias de su tiempo: ilustrados en el absolutismo, liberales en el primer XIX, progresistas o conservadores, y demócratas en la última etapa del siglo. Hasta el final del Antiguo Régimen se iniciaban en Italia y Francia. Esos primeros masones eran aristócratas o ingenieros con altos empleos militares. Tras la Restauración, se detecta la presencia de médicos, veterinarios o unidades especiales como la Mehal-la, los Regulares, la Policía Indígena o la Legión, normalmente con empleos de capitán a coronel. Solo a partir de la Segunda República la institución se abrió significativamente a la tropa y los suboficiales”.