Construyendo la nación Vascongada y destruyendo España
La anterior imagen de una pancarta colocada estratégicamente por E.H. Bildu en la localidad navarra de Villava es el icono más gráfico de la estrategia separatista para liquidar las libertades y preparar, contumazmente, con paciencia, la destrucción de España; con la muy eficaz ayuda de la izquierda en su conjunto. El PSOE tiene una deriva que nos recuerda a los socialistas de los años treinta.
El modelo D, enseñanza íntegramente en euskera, es decir inmersión lingüística totémica, omitiendo la realidad social y cultural del entorno, es su herramienta principal, como lo es en Cataluña la inmersión en catalán, excluyendo el castellano; o en Galicia, el gallego, excluyendo el español –tristemente llevado a cabo por el nefasto Feijó, tan afín él a las tesis gallegistas neocom-; o en Valencia, Baleares, y tonto el último.
Fíjense en la pancarta: “Construyendo el futuro en diversidad”. Los herederos de los etarras hablándonos de diversidad..., verlo para creerlo. Aquellos que quieren suprimir la zonificación lingüística navarra que preserva la identidad lingüística propia de la población en las diferentes merindades navarras. “Diversidad” que ha arrasado el derecho a elegir el modelo lingüístico en el País Vasco. “Diversidad” que ha fulminado a aquellos que manifiesta y abiertamente se han opuesto al secesionismo, provocando la traslación de 200.000 vascos al resto de España para poder vivir en libertad y sin opresión; modificando en la práctica la sociología electoral y su proyección en la representación institucional.
“Construyendo el futuro” ¿Qué futuro? ¿Euskal Herría? ¿La patria de los euskos? ¿Un futuro de gente clonada, hablante de una neolengua que ha arrasado las modalidades lingüísticas del euskera produciendo una lengua normativizada que no tiene nada que ver con aquel euskera hablado hace mil años? De tal manera que si quedara algún testimonio escrito en esa lengua sería incomprensible por no tener ningún rastro de parentesco ni semejanza con esta lengua de laboratorio.
¿Qué futuro? ¿El de unas nuevas generaciones cuyo cerebro ha sido lavado convenientemente y adaptado a las nuevas corrientes de modelación del comportamiento para crear unas sociedades adocenadas y convertidas al nuevo credo religioso del nacionalismo mítico y de la realidad mágica de un vasquismo de naturaleza totalitaria?
Ese es el trasfondo realmente transgresor de un verdadero pluralismo respetuoso con la verdad, con la tradición y la cultura heredada, con el conocimiento de la antropología vasca (La de D. Caro Baroja) y la historia real, no adaptada al ideal secesionista.
En Navarra se está desarrollando la misma estrategia que tan efectiva fue para modificar la sociología vasca, y aplicar una nueva hegemonía cultural, aplicando con eficacia las teorías gramscianas de hegemonía cultural para dirigir a las sociedades hacia unas nuevas formas de dominación. Todo está inventado y lo que ha ocurrido en partes significativas de la geografía vasca, como son Alava y extensas partes de Vizcaya, cambiando drásticamente el panorama cultural específico, los usos lingüísticos, la enseñanza en todos sus niveles, y los vehículos de aprendizaje; hasta el punto de la modificación de los mecanismos cognitivos de la población, se está desarrollando en Navarra, con sistemática efectividad, con muy poca resistencia, pues ellos son mucho más constantes y organizados en su pertinaz empeño que la gente normal.
Como dice Gregorio Salvador, el filólogo historiador de la lengua más reconocido, académico referencial: “Cualquier problema se torna en insoluble si se equivocan los datos. Castellano y vascuence han convivido durante muchos siglos en el País Vasco. Y hay que recordar que, salvo en algún periodo bastante reducido de su historia, pacíficamente, sin mayor problema. El castellano, que nació allí, es la lengua mayoritaria y ha sido además la lengua común en la que se han entendido, secularmente, sus habitantes, inclusive los euskaldunes de variedades distintas, vizcaínos y guipuzcoanos sin ir más lejos. Cada idioma tiene su lugar y ninguno debe excluir al otro ni atribuirse una función simbólica. Una cosa es ser vasco, me parece, y otra es ser euskaldún (o vascongado, si lo decimos al modo castellano antiguo). Y la ceguera ante tal evidencia puede ser una fuente innesaria de aflicciones para este hermoso País”
El maestro en dialectología marcaba la teoría incuestionable en esta cuestión estratégica para nuestro País:
“Son bilingües o plurilingües las personas, pero no los pueblos. Los pueblos han sustituido con frecuencia, en su decurso histórico y simpre con lentitud, unas lenguas por otras, porque la fuerza de intercambio ha podido con el espíritu de campanario. Afortunadamente, porque gracias al sentido común de esos pueblos no hay más allá de cuatro mil lenguas en el planeta hoy, no más de cien con verdadera entidad y apenas una docena con amplia difusión. El bilingüismo popular, en los estratos culturalmente bajos de la población, lo que suele producir es un lamentable semilingüismo, una palmaria incapacidad para expresarse coherentemente en ninguno de los dos idiomas en contacto. Eso es lo cierto y lo comprobable, lo que afirman la ciencia y la experiencia. El plurilinguismo es un lujo, apetecible como todos los lujos, y una comodidad, indudablemente para andar por otras tierras. Y el monolinguismo, que es la situación habitual de la mayor parte de la humanidad, será tanto más suficiente cuanto mayor sea la extensión geográfica y demográfica de esa única lengua poseída y, por supuesto, su dimensión histórica y cultural.
Las últimas noticias que me llegan hablan ya de prohibiciones del uso del castellano en determinados organismos e instituciones, no ya de esas exclusiones que se han denunciado en este libro y otras más que se van conociendo. ¿Invocar la Constitución? Tenemos un Gobierno que la debiera hacer cumplir, sin pleitos ni disputas, serenamente. Lo que empieza a estar en juego no es la convivencia pacífica de las lenguas de España, sino la simple libertad de usar la lengua común, el español, dentro de nuestras fronteras, sin que lo discriminen a uno “positivamente”.” (Política lingüística y sentido común 1992,)
Esto afirmaba D. Gregorio Salvador. Ha llovido durante veintiseis años y todo ha ido a peor. La pregunta es... por qué. ¿Se trata de un diseño perfectamente orquestado por los nacional-comunistas para destruir nuestra Nación? Para mí está claro. ¿Qué han hecho los grandes partidos políticos? Nada. Obstruir a los ciudadanos que nos poníamos manos a la obra a trabajar para que se cumpla el artículo 3 de la Constitución. De juzgado de guardia.
Déjennos en paz con sus estrategias malsanas, y déjennos vivir.
La anterior imagen de una pancarta colocada estratégicamente por E.H. Bildu en la localidad navarra de Villava es el icono más gráfico de la estrategia separatista para liquidar las libertades y preparar, contumazmente, con paciencia, la destrucción de España; con la muy eficaz ayuda de la izquierda en su conjunto. El PSOE tiene una deriva que nos recuerda a los socialistas de los años treinta.
El modelo D, enseñanza íntegramente en euskera, es decir inmersión lingüística totémica, omitiendo la realidad social y cultural del entorno, es su herramienta principal, como lo es en Cataluña la inmersión en catalán, excluyendo el castellano; o en Galicia, el gallego, excluyendo el español –tristemente llevado a cabo por el nefasto Feijó, tan afín él a las tesis gallegistas neocom-; o en Valencia, Baleares, y tonto el último.
Fíjense en la pancarta: “Construyendo el futuro en diversidad”. Los herederos de los etarras hablándonos de diversidad..., verlo para creerlo. Aquellos que quieren suprimir la zonificación lingüística navarra que preserva la identidad lingüística propia de la población en las diferentes merindades navarras. “Diversidad” que ha arrasado el derecho a elegir el modelo lingüístico en el País Vasco. “Diversidad” que ha fulminado a aquellos que manifiesta y abiertamente se han opuesto al secesionismo, provocando la traslación de 200.000 vascos al resto de España para poder vivir en libertad y sin opresión; modificando en la práctica la sociología electoral y su proyección en la representación institucional.
“Construyendo el futuro” ¿Qué futuro? ¿Euskal Herría? ¿La patria de los euskos? ¿Un futuro de gente clonada, hablante de una neolengua que ha arrasado las modalidades lingüísticas del euskera produciendo una lengua normativizada que no tiene nada que ver con aquel euskera hablado hace mil años? De tal manera que si quedara algún testimonio escrito en esa lengua sería incomprensible por no tener ningún rastro de parentesco ni semejanza con esta lengua de laboratorio.
¿Qué futuro? ¿El de unas nuevas generaciones cuyo cerebro ha sido lavado convenientemente y adaptado a las nuevas corrientes de modelación del comportamiento para crear unas sociedades adocenadas y convertidas al nuevo credo religioso del nacionalismo mítico y de la realidad mágica de un vasquismo de naturaleza totalitaria?
Ese es el trasfondo realmente transgresor de un verdadero pluralismo respetuoso con la verdad, con la tradición y la cultura heredada, con el conocimiento de la antropología vasca (La de D. Caro Baroja) y la historia real, no adaptada al ideal secesionista.
En Navarra se está desarrollando la misma estrategia que tan efectiva fue para modificar la sociología vasca, y aplicar una nueva hegemonía cultural, aplicando con eficacia las teorías gramscianas de hegemonía cultural para dirigir a las sociedades hacia unas nuevas formas de dominación. Todo está inventado y lo que ha ocurrido en partes significativas de la geografía vasca, como son Alava y extensas partes de Vizcaya, cambiando drásticamente el panorama cultural específico, los usos lingüísticos, la enseñanza en todos sus niveles, y los vehículos de aprendizaje; hasta el punto de la modificación de los mecanismos cognitivos de la población, se está desarrollando en Navarra, con sistemática efectividad, con muy poca resistencia, pues ellos son mucho más constantes y organizados en su pertinaz empeño que la gente normal.
Como dice Gregorio Salvador, el filólogo historiador de la lengua más reconocido, académico referencial: “Cualquier problema se torna en insoluble si se equivocan los datos. Castellano y vascuence han convivido durante muchos siglos en el País Vasco. Y hay que recordar que, salvo en algún periodo bastante reducido de su historia, pacíficamente, sin mayor problema. El castellano, que nació allí, es la lengua mayoritaria y ha sido además la lengua común en la que se han entendido, secularmente, sus habitantes, inclusive los euskaldunes de variedades distintas, vizcaínos y guipuzcoanos sin ir más lejos. Cada idioma tiene su lugar y ninguno debe excluir al otro ni atribuirse una función simbólica. Una cosa es ser vasco, me parece, y otra es ser euskaldún (o vascongado, si lo decimos al modo castellano antiguo). Y la ceguera ante tal evidencia puede ser una fuente innesaria de aflicciones para este hermoso País”
El maestro en dialectología marcaba la teoría incuestionable en esta cuestión estratégica para nuestro País:
“Son bilingües o plurilingües las personas, pero no los pueblos. Los pueblos han sustituido con frecuencia, en su decurso histórico y simpre con lentitud, unas lenguas por otras, porque la fuerza de intercambio ha podido con el espíritu de campanario. Afortunadamente, porque gracias al sentido común de esos pueblos no hay más allá de cuatro mil lenguas en el planeta hoy, no más de cien con verdadera entidad y apenas una docena con amplia difusión. El bilingüismo popular, en los estratos culturalmente bajos de la población, lo que suele producir es un lamentable semilingüismo, una palmaria incapacidad para expresarse coherentemente en ninguno de los dos idiomas en contacto. Eso es lo cierto y lo comprobable, lo que afirman la ciencia y la experiencia. El plurilinguismo es un lujo, apetecible como todos los lujos, y una comodidad, indudablemente para andar por otras tierras. Y el monolinguismo, que es la situación habitual de la mayor parte de la humanidad, será tanto más suficiente cuanto mayor sea la extensión geográfica y demográfica de esa única lengua poseída y, por supuesto, su dimensión histórica y cultural.
Las últimas noticias que me llegan hablan ya de prohibiciones del uso del castellano en determinados organismos e instituciones, no ya de esas exclusiones que se han denunciado en este libro y otras más que se van conociendo. ¿Invocar la Constitución? Tenemos un Gobierno que la debiera hacer cumplir, sin pleitos ni disputas, serenamente. Lo que empieza a estar en juego no es la convivencia pacífica de las lenguas de España, sino la simple libertad de usar la lengua común, el español, dentro de nuestras fronteras, sin que lo discriminen a uno “positivamente”.” (Política lingüística y sentido común 1992,)
Esto afirmaba D. Gregorio Salvador. Ha llovido durante veintiseis años y todo ha ido a peor. La pregunta es... por qué. ¿Se trata de un diseño perfectamente orquestado por los nacional-comunistas para destruir nuestra Nación? Para mí está claro. ¿Qué han hecho los grandes partidos políticos? Nada. Obstruir a los ciudadanos que nos poníamos manos a la obra a trabajar para que se cumpla el artículo 3 de la Constitución. De juzgado de guardia.
Déjennos en paz con sus estrategias malsanas, y déjennos vivir.











