Lo que sé del Grupo Wagner
Hace unos días se narraba en La Tribuna del País Vasco cómo unos paramilitares rusos viajaron a Venezuela para proteger al dictador Maduro, y que esas personas eran miembros de un grupo llamado Wagner. De la información también + se hicieron eco en España medios como el periódico El País, que calificó a ese grupo de "oscura empresa de seguridad privada" con vínculos con el Kremlin y le atribuía actuaciones en Ucrania, Siria, Sudán o República Centroafricana, en base a unas supuestas investigaciones que no detallaba. En Rusia, la figura del mercenario es ilegal; combatir en el exterior está penado con hasta 16 años de prisión.
Voy a contar una anécdota que tuve la ocasión de vivir no hace mucho tiempo. Por evidentes razones de seguridad seré muy escueto en el uso de datos acerca de nombres, lugares y fechas reales, pero aseguro que lo que narro es cierto.
Hace unos años quedé a comer con un buen amigo que había sido miembro de la gloriosa Legión española; me dijo que si no me importaba que acudiese a la cita un amigo suyo, ruso. Mi amigo me aseguró que el tipo era de confianza y que la conversación sería interesante para los tres; acepté encantado y quedamos en un bonito y discreto lugar de San Sebastián. Vaya por delante mi más absoluto respeto y admiración por la Legión y todos sus miembros; los que fueron, los que son y los que serán.
Mi amigo, le llamaré Lima (L) me presentó al señor ruso, al que llamaré Romeo (R), que tenía un acusado acento, pero hablaba muy bien el español, y antes de comer charlamos un rato, de La Legión y de las unidades de Operaciones Especiales, porque desde el primer momento Lima me lo presentó como una personas que había trabajado en el Grupo Wagner, del que yo sí había oído hablar.
El Grupo Wagner es para algunos una empresa de mercenarios y para otros, entre los que me encuentro, una extensión del ejército ruso, incluida en una subestructura del GRU, probablemente uno de los cuatro servicios de inteligencia militares más potentes del mundo, junto con el chino, el israelí y el de EE.UU.
Se me ocurrió comprobar hasta qué punto Romeo mentía o no acerca de su participación en una unidad de tan peculiares características y en la conversación le llevé al terreno de comprobar conocimientos de tácticas de combate; rápidamente me di cuenta de que dominaba el alfabeto fonético internacional, que ahora no se porqué llaman alfabeto OTAN, el uso de transmisiones cifradas y no cifradas, y que sabía manejar un Kalasnikov con la misma facilidad que un tenedor, porque entramos en disquisiciones entre los de fabricación rusa y los de fabricación china, y les aseguro que no todo el mundo conoce las diferencias técnicas y funcionales, pero es que también conocía el sistema de acerrojamiento con cabeza de rodillos rotatoria de un CETME, nuestro legendario "mata búfalos".
Durante la comida le planteé como organizaría una entrada en un segundo piso en el que se sospechase estaba escondido un comando terrorista compuesto por cuatro personas, le dibujé un plano, y su solución fue muy convincente y operativa. El también me interrogó, y creo que mis respuestas también le convencieron.
Superadas nuestras iniciales incredulidades llevé la conversación hacia Wagner, que era algo por lo que sentía mucha curiosidad, y efectivamente, Romeo me contó historias que reflejaban unas actividades militares más propias de una unidad de élite que de una regular, vinculada a la defensa rusa y con elevado nivel de profesionalidad, personas que no solo viajan y trabajan mucho, sino que en el desarrollo de sus actividades de seguridad, que incluyen combate real, conceden gran importancia al entrenamiento sistemático.
Del Grupo Wagner encontrarán informaciones varias en Internet; no se fíen, no son informaciones veraces. Wagner es un grupo de profesionales que desarrolla misiones más allá de donde las fuerzas regulares pueden llegar sin generar conflictos políticos o diplomáticos, como hace todo el que puede, actividades que siempre son criticadas por los mismos que por su incapacidad o simpleza de planteamiento no disponen de esas herramientas o directamente su cinismo o falsa moral les impide planteamientos similares, aunque en el fondo de su ser los desean, y estoy hablando de políticos de tres al cuarto. Son estructuras muy serias, con objetivos precisos y definidos, que alcanzan, en ocasiones, niveles de eficacia impresionantes.
De alguna manera responden a unas demandas que genera un mercado poco conocido, pero que desarrolla actividades y defiende intereses en casi todas las zonas del planeta. Otros países, desde su escasa vergüenza, prefieren limitarse a fabricar y vender bombas de racimo o minas bailarinas y amputar durante décadas las piernas de miles de niños. ¿Está usted en el paro? Aquí al lado, en la ex-Yugoeslavia hay oferta de desactivadores de minas; el cursillo es barato, pero el sueldo es bajo (unos 1.600 euros y habitación) y el riesgo alto. Quedan miles de minas por desenterrar, tantas que la ONU no se atreve a cuantificarles, hay trabajo para décadas.
Lima, Romeo y yo tuvimos una comida muy agradable e interesante, para mi fue realmente interesante porque Romeo me aclaró muchas cosas. Ya a los postres quise dilucidar una sospecha inicial y a Romeo le pregunté: ¿usted siempre va armado? Sin decir nada, pero con agradable naturalidad, levantó un poco su jersey y me mostró la culata de una preciosa Walter P99. Sorprendido, le dije: ¡vaya, alemana!, y los tres nos reímos.
Compartimos unos correos de contacto de seguridad y nos despedimos.
Estas estructuras y sus miembros me merecen mucho respeto, son profesionales de trayectoria efímera, que demuestran con su trabajo gran profesionalidad y valentía; también es una forma de vida bastante especial en lo que respecta al día a día y a las relaciones humanas. Con frecuencia se utiliza el termino de "mercenarios", hace años se decía "hombres de fortuna", y esos términos se usaban de manera peyorativa y no está bien, son auténticos profesionales solucionadores de problemas complicados. Llegan más allá porque saben hacerlo y porque están preparados física y mentalmente. Son buenos en su trabajo y con frecuencia sus actuaciones evitan males mayores, destrozos tremendos y, aunque pueda parecer paradójico, esas actuaciones, más eficaces y eficientes por ser quirúrgicas, salvan vidas.
Pero el Grupo Wagner, a diferencia de BlackWater (también conocí a un miembro de esta casa hace muchos años en Madrid) o Academy, no es una estructura mercenaria, es algo serio, o por lo menos, es la opinión que me ayudó a confirmar Romeo. Y no debe ser extraño ni noticia que Valeryevich Utkin, supuesto responsable de la unidad, haya sido fotografiado a finales de 2016 junto a Vladimir Putin en un acto oficial de entrega de condecoraciones a militares, ni que de esa persona se diga que es un alto oficial de una de las mejores unidades de élite que tiene el planeta: Spesnaz-GRU.
Existen otras estructuras más peculiares, y en el ámbito privado, algunas tan misteriosas como Epsylon, extremadamente secreta, pero les aseguro que real, si le interesa busque y encontrará, pero tendrá que entrar en la Internet profunda. Eso será motivo de otro artículo.
Hace unos días se narraba en La Tribuna del País Vasco cómo unos paramilitares rusos viajaron a Venezuela para proteger al dictador Maduro, y que esas personas eran miembros de un grupo llamado Wagner. De la información también + se hicieron eco en España medios como el periódico El País, que calificó a ese grupo de "oscura empresa de seguridad privada" con vínculos con el Kremlin y le atribuía actuaciones en Ucrania, Siria, Sudán o República Centroafricana, en base a unas supuestas investigaciones que no detallaba. En Rusia, la figura del mercenario es ilegal; combatir en el exterior está penado con hasta 16 años de prisión.
Voy a contar una anécdota que tuve la ocasión de vivir no hace mucho tiempo. Por evidentes razones de seguridad seré muy escueto en el uso de datos acerca de nombres, lugares y fechas reales, pero aseguro que lo que narro es cierto.
Hace unos años quedé a comer con un buen amigo que había sido miembro de la gloriosa Legión española; me dijo que si no me importaba que acudiese a la cita un amigo suyo, ruso. Mi amigo me aseguró que el tipo era de confianza y que la conversación sería interesante para los tres; acepté encantado y quedamos en un bonito y discreto lugar de San Sebastián. Vaya por delante mi más absoluto respeto y admiración por la Legión y todos sus miembros; los que fueron, los que son y los que serán.
Mi amigo, le llamaré Lima (L) me presentó al señor ruso, al que llamaré Romeo (R), que tenía un acusado acento, pero hablaba muy bien el español, y antes de comer charlamos un rato, de La Legión y de las unidades de Operaciones Especiales, porque desde el primer momento Lima me lo presentó como una personas que había trabajado en el Grupo Wagner, del que yo sí había oído hablar.
El Grupo Wagner es para algunos una empresa de mercenarios y para otros, entre los que me encuentro, una extensión del ejército ruso, incluida en una subestructura del GRU, probablemente uno de los cuatro servicios de inteligencia militares más potentes del mundo, junto con el chino, el israelí y el de EE.UU.
Se me ocurrió comprobar hasta qué punto Romeo mentía o no acerca de su participación en una unidad de tan peculiares características y en la conversación le llevé al terreno de comprobar conocimientos de tácticas de combate; rápidamente me di cuenta de que dominaba el alfabeto fonético internacional, que ahora no se porqué llaman alfabeto OTAN, el uso de transmisiones cifradas y no cifradas, y que sabía manejar un Kalasnikov con la misma facilidad que un tenedor, porque entramos en disquisiciones entre los de fabricación rusa y los de fabricación china, y les aseguro que no todo el mundo conoce las diferencias técnicas y funcionales, pero es que también conocía el sistema de acerrojamiento con cabeza de rodillos rotatoria de un CETME, nuestro legendario "mata búfalos".
Durante la comida le planteé como organizaría una entrada en un segundo piso en el que se sospechase estaba escondido un comando terrorista compuesto por cuatro personas, le dibujé un plano, y su solución fue muy convincente y operativa. El también me interrogó, y creo que mis respuestas también le convencieron.
Superadas nuestras iniciales incredulidades llevé la conversación hacia Wagner, que era algo por lo que sentía mucha curiosidad, y efectivamente, Romeo me contó historias que reflejaban unas actividades militares más propias de una unidad de élite que de una regular, vinculada a la defensa rusa y con elevado nivel de profesionalidad, personas que no solo viajan y trabajan mucho, sino que en el desarrollo de sus actividades de seguridad, que incluyen combate real, conceden gran importancia al entrenamiento sistemático.
Del Grupo Wagner encontrarán informaciones varias en Internet; no se fíen, no son informaciones veraces. Wagner es un grupo de profesionales que desarrolla misiones más allá de donde las fuerzas regulares pueden llegar sin generar conflictos políticos o diplomáticos, como hace todo el que puede, actividades que siempre son criticadas por los mismos que por su incapacidad o simpleza de planteamiento no disponen de esas herramientas o directamente su cinismo o falsa moral les impide planteamientos similares, aunque en el fondo de su ser los desean, y estoy hablando de políticos de tres al cuarto. Son estructuras muy serias, con objetivos precisos y definidos, que alcanzan, en ocasiones, niveles de eficacia impresionantes.
De alguna manera responden a unas demandas que genera un mercado poco conocido, pero que desarrolla actividades y defiende intereses en casi todas las zonas del planeta. Otros países, desde su escasa vergüenza, prefieren limitarse a fabricar y vender bombas de racimo o minas bailarinas y amputar durante décadas las piernas de miles de niños. ¿Está usted en el paro? Aquí al lado, en la ex-Yugoeslavia hay oferta de desactivadores de minas; el cursillo es barato, pero el sueldo es bajo (unos 1.600 euros y habitación) y el riesgo alto. Quedan miles de minas por desenterrar, tantas que la ONU no se atreve a cuantificarles, hay trabajo para décadas.
Lima, Romeo y yo tuvimos una comida muy agradable e interesante, para mi fue realmente interesante porque Romeo me aclaró muchas cosas. Ya a los postres quise dilucidar una sospecha inicial y a Romeo le pregunté: ¿usted siempre va armado? Sin decir nada, pero con agradable naturalidad, levantó un poco su jersey y me mostró la culata de una preciosa Walter P99. Sorprendido, le dije: ¡vaya, alemana!, y los tres nos reímos.
Compartimos unos correos de contacto de seguridad y nos despedimos.
Estas estructuras y sus miembros me merecen mucho respeto, son profesionales de trayectoria efímera, que demuestran con su trabajo gran profesionalidad y valentía; también es una forma de vida bastante especial en lo que respecta al día a día y a las relaciones humanas. Con frecuencia se utiliza el termino de "mercenarios", hace años se decía "hombres de fortuna", y esos términos se usaban de manera peyorativa y no está bien, son auténticos profesionales solucionadores de problemas complicados. Llegan más allá porque saben hacerlo y porque están preparados física y mentalmente. Son buenos en su trabajo y con frecuencia sus actuaciones evitan males mayores, destrozos tremendos y, aunque pueda parecer paradójico, esas actuaciones, más eficaces y eficientes por ser quirúrgicas, salvan vidas.
Pero el Grupo Wagner, a diferencia de BlackWater (también conocí a un miembro de esta casa hace muchos años en Madrid) o Academy, no es una estructura mercenaria, es algo serio, o por lo menos, es la opinión que me ayudó a confirmar Romeo. Y no debe ser extraño ni noticia que Valeryevich Utkin, supuesto responsable de la unidad, haya sido fotografiado a finales de 2016 junto a Vladimir Putin en un acto oficial de entrega de condecoraciones a militares, ni que de esa persona se diga que es un alto oficial de una de las mejores unidades de élite que tiene el planeta: Spesnaz-GRU.
Existen otras estructuras más peculiares, y en el ámbito privado, algunas tan misteriosas como Epsylon, extremadamente secreta, pero les aseguro que real, si le interesa busque y encontrará, pero tendrá que entrar en la Internet profunda. Eso será motivo de otro artículo.