2018-2028
La mitad de los empleos de alta cualificación para jóvenes podrían quedar vacantes por falta de una formación adecuada
Las generaciones mejor preparadas de la historia no lo son tanto. Ni de lejos. Al menos, así lo demuestra el estudio “Los jóvenes y el empleo, ¿qué futuro les espera?”, elaborado por ManpowerGroup junto con la Fundación I+E, que analiza en detalle las necesidades de empleo de alta cualificación para los jóvenes menores de 35 años. La investigación es concluyente y prevé que, en la próxima década, el empleo dirigido a jóvenes menores de 35 años crezca entre el 2,3% y el 3,5%, llegando a crearse entre 200.000 y 250.000 empleos de alta cualificación. Sin embargo, entre un 42 y un 49% de estas posiciones podrían quedarse sin cubrir (de 85.000 a 105.000 vacantes), dado el desajuste demográfico y la no existencia de una oferta de empleo juvenil con la formación adecuada.
Raúl Grijalba, presidente Ejecutivo de ManpowerGroup, explica que “apoyado en diferentes escenarios, el estudio establece cuáles serán las perspectivas de empleo para nuestros jóvenes, precisamente el colectivo que más sufrió en la pasada crisis y que es, como fuente de talento, una de las principales palancas de crecimiento, competitividad y sostenibilidad de nuestro país. Como refleja el estudio, de aquí a 2028 fuerzas como la demografía y la tecnología tendrán un impacto directo sobre el empleo. Estoy convencido que este informe servirá de base para la colaboración entre el ámbito público y privado, las compañías y la sociedad, para diseñar las mejores soluciones aprovechando las oportunidades que brinda el cambio. Seguimos pensando que establecer un pacto por la Empleabilidad y trabajar en base a las 5 Tendencias del Futuro del Empleo son imprescindibles para impulsar nuestro liderazgo como país”.
Por su parte, José Antonio López, Presidente y CEO de Ericsson España y vicepresidente de Fundación I+E, asegura que “los datos y conclusiones de este estudio nos reafirman en la necesidad de un sistema educativo como proyecto de país a largo plazo, que aborde la formación que van a necesitar las nuevas generaciones. Tenemos que actuar ya para construir un modelo que estimule las vocaciones técnicas y tecnológicas, potencie habilidades para la empleabilidad y contemple la formación como un proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Ese modelo hemos de construirlo entre todos, con el mayor consenso posible y visión a largo plazo. A las empresas, y en concreto a las multinacionales, nos corresponde aportar nuestro potencial innovador y de transferencia de conocimiento, así como nuestra visión global de hacia dónde va el mercado laboral”.
La nueva investigación analiza, entre otros, el impacto de la transformación tecnológica y la revolución demográfica en la creación de empleo en los próximos diez años, los cambios estructurales que plantea la emergencia de la inteligencia artificial, la caída de la población en edad de trabajar, y la adecuación del sistema educativo a las necesidades del Futuro del Empleo.
El estudio refleja además cómo, entre 2010 y 2018, España asistió a un verdadero colapso del colectivo joven al retroceder más del 20% los efectivos de aquellos entre 16 y 34 años, perdiendo en el entorno de 2,4 millones de los 11,7 millones existentes en 2010. Aunque esa caída va a moderarse substancialmente la próxima década, continuará dejándose notar para el grupo de 30 a 34 años.
En el horizonte 2028, y considerando las muy positivas expectativas de inmigración del INE, la caída de los jóvenes de 25 a 34 años se modera. Sin embargo, se advierte que la nueva oferta de candidatos con la formación adecuada será insuficiente para atender la creación de empleos de alta cualificación que deberían ser ocupados por jóvenes. Esta transformación tiene particular importancia dado el cambio tecnológico en curso y, por ello, en su impacto en la capacidad de la oferta de trabajo joven de atender los requerimientos de cualificación tecnológica que las empresas demandarán la próxima década.
El estudio trabaja en función de tres hipótesis de crecimiento del empleo. En la hipótesis base de crecimiento medio del empleo, entre 2018 y 2028 y para el conjunto de la economía española, se espera un aumento las ocupaciones de alta cualificación superior a los 500.000 empleos (un 2,3% anual), mientras que, en la hipótesis máxima considerada, su avance superaría los 650.000.
Este crecimiento de la demanda por parte de las empresas será mayor para el colectivo joven de 16 a 34 años: en la hipótesis base (2,3% de aumento de la alta cualificación), las empresas necesitarán aumentar su empleo para jóvenes a un ritmo anual del 3,5%, frente al 1,9% de los de 35 a 66 años. En la hipótesis de máximo crecimiento del empleo (avance del 2,9% para el total de alta cualificación) ello se traduce en un 4,1% para los jóvenes y 2,5% para los de 35 a 66 años.
Con ello, en la hipótesis base, atribuye a jóvenes de 16 a 34 años más de 200.000 empleos de los 512.000 que se estima se crearán. Así, mientras que en 2018 los jóvenes suponen un 24,2% del empleo de alta cualificación, en 2028 aportarían cerca del 40%.
Las ocupaciones que más contribuyen a los 200.000 nuevos empleos son programadores informáticos (23.000 nuevos empleos), arquitectos técnicos, topógrafos y diseñadores (más de nuevos empleos 20.000), ingenierías (16.000 nuevos empleos) excepto ingenieros agrónomos, de montes, eléctricos, electrónicos y TIC; analistas y diseñadores de software y multimedia (más de 16.000 nuevos empleos) y especialistas en finanzas.
Se generarían déficits en todos los grandes grupos de ocupaciones. En la hipótesis de actividad según modelo y empleo medio, el más importante se da en técnicos en operaciones de tecnologías de la información (del 18,1%) y en profesionales de las ciencias físicas, químicas, matemáticas y de las ingenierías (17,8%). También, pero en menor medida, en directores y gerentes de empresas (un 9,2%).
Esos déficits se acumulan, en particular y siguiendo en la hipótesis de actividad según modelo y empleo medio, en el grupo de edad entre de 30 a 34 años (un 48,5% del total) y de 25 a 29 (36,2%), mientras que los más jóvenes generan una necesidad de nuevos efectivos que equivale al 15,3% del total.
Las generaciones mejor preparadas de la historia no lo son tanto. Ni de lejos. Al menos, así lo demuestra el estudio “Los jóvenes y el empleo, ¿qué futuro les espera?”, elaborado por ManpowerGroup junto con la Fundación I+E, que analiza en detalle las necesidades de empleo de alta cualificación para los jóvenes menores de 35 años. La investigación es concluyente y prevé que, en la próxima década, el empleo dirigido a jóvenes menores de 35 años crezca entre el 2,3% y el 3,5%, llegando a crearse entre 200.000 y 250.000 empleos de alta cualificación. Sin embargo, entre un 42 y un 49% de estas posiciones podrían quedarse sin cubrir (de 85.000 a 105.000 vacantes), dado el desajuste demográfico y la no existencia de una oferta de empleo juvenil con la formación adecuada.
Raúl Grijalba, presidente Ejecutivo de ManpowerGroup, explica que “apoyado en diferentes escenarios, el estudio establece cuáles serán las perspectivas de empleo para nuestros jóvenes, precisamente el colectivo que más sufrió en la pasada crisis y que es, como fuente de talento, una de las principales palancas de crecimiento, competitividad y sostenibilidad de nuestro país. Como refleja el estudio, de aquí a 2028 fuerzas como la demografía y la tecnología tendrán un impacto directo sobre el empleo. Estoy convencido que este informe servirá de base para la colaboración entre el ámbito público y privado, las compañías y la sociedad, para diseñar las mejores soluciones aprovechando las oportunidades que brinda el cambio. Seguimos pensando que establecer un pacto por la Empleabilidad y trabajar en base a las 5 Tendencias del Futuro del Empleo son imprescindibles para impulsar nuestro liderazgo como país”.
Por su parte, José Antonio López, Presidente y CEO de Ericsson España y vicepresidente de Fundación I+E, asegura que “los datos y conclusiones de este estudio nos reafirman en la necesidad de un sistema educativo como proyecto de país a largo plazo, que aborde la formación que van a necesitar las nuevas generaciones. Tenemos que actuar ya para construir un modelo que estimule las vocaciones técnicas y tecnológicas, potencie habilidades para la empleabilidad y contemple la formación como un proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Ese modelo hemos de construirlo entre todos, con el mayor consenso posible y visión a largo plazo. A las empresas, y en concreto a las multinacionales, nos corresponde aportar nuestro potencial innovador y de transferencia de conocimiento, así como nuestra visión global de hacia dónde va el mercado laboral”.
La nueva investigación analiza, entre otros, el impacto de la transformación tecnológica y la revolución demográfica en la creación de empleo en los próximos diez años, los cambios estructurales que plantea la emergencia de la inteligencia artificial, la caída de la población en edad de trabajar, y la adecuación del sistema educativo a las necesidades del Futuro del Empleo.
El estudio refleja además cómo, entre 2010 y 2018, España asistió a un verdadero colapso del colectivo joven al retroceder más del 20% los efectivos de aquellos entre 16 y 34 años, perdiendo en el entorno de 2,4 millones de los 11,7 millones existentes en 2010. Aunque esa caída va a moderarse substancialmente la próxima década, continuará dejándose notar para el grupo de 30 a 34 años.
En el horizonte 2028, y considerando las muy positivas expectativas de inmigración del INE, la caída de los jóvenes de 25 a 34 años se modera. Sin embargo, se advierte que la nueva oferta de candidatos con la formación adecuada será insuficiente para atender la creación de empleos de alta cualificación que deberían ser ocupados por jóvenes. Esta transformación tiene particular importancia dado el cambio tecnológico en curso y, por ello, en su impacto en la capacidad de la oferta de trabajo joven de atender los requerimientos de cualificación tecnológica que las empresas demandarán la próxima década.
El estudio trabaja en función de tres hipótesis de crecimiento del empleo. En la hipótesis base de crecimiento medio del empleo, entre 2018 y 2028 y para el conjunto de la economía española, se espera un aumento las ocupaciones de alta cualificación superior a los 500.000 empleos (un 2,3% anual), mientras que, en la hipótesis máxima considerada, su avance superaría los 650.000.
Este crecimiento de la demanda por parte de las empresas será mayor para el colectivo joven de 16 a 34 años: en la hipótesis base (2,3% de aumento de la alta cualificación), las empresas necesitarán aumentar su empleo para jóvenes a un ritmo anual del 3,5%, frente al 1,9% de los de 35 a 66 años. En la hipótesis de máximo crecimiento del empleo (avance del 2,9% para el total de alta cualificación) ello se traduce en un 4,1% para los jóvenes y 2,5% para los de 35 a 66 años.
Con ello, en la hipótesis base, atribuye a jóvenes de 16 a 34 años más de 200.000 empleos de los 512.000 que se estima se crearán. Así, mientras que en 2018 los jóvenes suponen un 24,2% del empleo de alta cualificación, en 2028 aportarían cerca del 40%.
Las ocupaciones que más contribuyen a los 200.000 nuevos empleos son programadores informáticos (23.000 nuevos empleos), arquitectos técnicos, topógrafos y diseñadores (más de nuevos empleos 20.000), ingenierías (16.000 nuevos empleos) excepto ingenieros agrónomos, de montes, eléctricos, electrónicos y TIC; analistas y diseñadores de software y multimedia (más de 16.000 nuevos empleos) y especialistas en finanzas.
Se generarían déficits en todos los grandes grupos de ocupaciones. En la hipótesis de actividad según modelo y empleo medio, el más importante se da en técnicos en operaciones de tecnologías de la información (del 18,1%) y en profesionales de las ciencias físicas, químicas, matemáticas y de las ingenierías (17,8%). También, pero en menor medida, en directores y gerentes de empresas (un 9,2%).
Esos déficits se acumulan, en particular y siguiendo en la hipótesis de actividad según modelo y empleo medio, en el grupo de edad entre de 30 a 34 años (un 48,5% del total) y de 25 a 29 (36,2%), mientras que los más jóvenes generan una necesidad de nuevos efectivos que equivale al 15,3% del total.