La organización de un evento de campaña por la alcaldía de Savannah (Georgia, EE.UU.) decidió aceptar solo la entrada de periodistas afroamericanos y denegó el acceso a varios blancos, informaron hoy medios locales.

“No medios de comunicación (TV, radio, etc) ¡Solo prensa negra!”, decía un cartel a la entrada del acto, celebrado el miércoles, según una fotografía publicada por el diario The Savannah Morning News.

El rotativo detalló que a varios periodistas blancos se les negó la entrada, mientras que informadores afroamericanos de dos cadenas de televisión y un editor negro pudieron acceder al evento.

El acto, organizado por un reverendo local, Clarence Teddy Williams, reunió a dos candidatos afroamericanos a la alcaldía de esa ciudad de 150.000 habitantes.

Los reporteros que entraron tenían prohibido tomar fotos, vídeos o grabaciones de audio, explicó al periódico local un periodista afroamericano que asistió.

Hasta ahora, tres candidatos negros han presentado su candidatura a la alcaldía de Savannah, puesto que se disputará en los comicios de noviembre de este año.

Los tres intentarán ganar al actual líder municipal, el republicano Eddie Deloach, que buscará su reelección después de convertirse en 2015 en el primer alcalde blanco de esa urbe en los últimos 20 años.

Los asistentes a la reunión recibieron un folleto con información sobre la composición étnica de la población de Savannah, así como un desglose de los votos en las elecciones de 2015.

También se distribuyó un editorial del diario Savannah Herald, titulado “United We Win, Divided We Lose” (“Unidos ganamos, separados perdemos”), escrito por el exalcalde de esa localidad, el afroamericano Otis Johnson.

En el artículo, Johnson pidió a la población negra que se organice para aumentar su influencia sobre lo que sucede en la comunidad, comenzando por la alcaldía y los concejales.

De acuerdo a la organización Datausa, el 53,7 % de la población de Savannah es afroamericana, mientras que el 36,7 % son blancos, el 5,16 % hispanos, el 2,17 % asiáticos y el 1,84 % tienen otros orígenes étnicos.

Este suceso se produce en un entorno globol caracterizado por el fuerte aumento en Estados Unidos del totalitarismo negro.  Centenares de grupos y organizaciones, espoleados en todos los casos por la izquierda y extrema-izquierda del Partido Demócrata, están siendo utilizadas como arietes contra el hombre blanco en general, representado por el epitenome del WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant) que es Donald Trump. 

Tanto es así que desde hace algún tiempo las élites de la izquierda norteamericana, especialmente representadas en la prensa de Nueva York, han estado publicando numerosos artículos, ensayos y estudios cargados de un profundo racismo anti-blanco. "¿Puede mi hijo ser amigo de un blanco?", se preguntaba, por ejemplo, The New York Times en su sección de opinión, mientras que, paralelamente, The New York Post afirmaba sin sonrojarse que "La dieta consumida habitualmente por el hombre blanco está destruyendo el medio ambiente". Por si todo esto fuera poco, escasos días después The New York Times vovía a la carga con un artículo en profundidad en el que el autor afirmaba lo siguiente: "He roto con ella porque es blanca".