J. S. Bach
La impresionante Pasión según San Mateo anticipa la Semana Santa
La más grande de las “Pasiones” jamás compuesta, la de San Mateo de J.S. Bach, se ofrece una vez más en el Auditorio Nacional de Música de Madrid el jueves 4 de abril a las 19:00 (atención, media hora antes de lo habitual debido a la larga duración) en el Auditorio Nacional de Música de la mano de Fundación Excelentia, dentro de su ciclo Grandes Clásicos, con la London&Vienna Kammerorchester, la Sociedad Coral Excelentia de Madrid y la Escolanía del Sagrado Corazón de Rosales, bajo la dirección de Ilya Korol. Una oportunidad de oro para disfrutar de una de las obras clásicas anticipo de la Semana Santa.
La segunda esposa de Bach, Ana Magdalena, confiesa en su Diario que su admirado Sebastián -así le llamaba- fue la persona más sensible a los valores religiosos que conoció en su vida, en la que pudo tratar a personas de alta espiritualidad. De esa profunda y sincera piedad surgieron sus dos inigualables Pasiones: la Pasión según San Juan (1724) y la Pasión según San Mateo (1729). La Pasión según San Mateo es, posiblemente, la más grande obra religiosa de la historia de la música: texto y música, fidelidad al relato evangélico, elevada creación poética, piedad... se unen en ella de manera que no es posible separar ningún aspecto como más sobresaliente. Con una duración de más de dos horas y media, es la obra más extensa del Bach.
Las “Pasiones” de Bach son la culminación de un proceso que se inició en algún momento de la Edad Media, cuando las iglesias cristianas comenzaron a celebrar la Semana Santa contando la historia de la crucifixión de Cristo a través de la música. Esos comienzos fueron simples, versículos bíblicos con melodías de canto sencillos, pero eventualmente culminarían en una de las composiciones musicales más ambiciosas de todos los tiempos. Cuando J.S. Bach escribió su Pasión de San Mateo en la década de 1720, la Pasión, como forma musical, creció para permitir orquestas, coros y arias no escriturales. Pero incluso dentro del estándar de la pasión barroca, la Pasión según San Mateo es excepcional por su riqueza musical y su gran alcance.
Musicalmente, la partitura es de una longitud imponente y requiere una gran orquesta y un doble o triple coro, en un momento dado. Las texturas musicales van desde contrapuntos complejos hasta himnos simples. Dramáticamente, el punto de vista cambia regularmente, desde la narrativa del evangelista, a las palabras reales de Jesús y sus discípulos, a reflexiones que hablan por el creyente individual. Pero en las manos de Bach, el efecto que da la Pasión no es el de una mezcla brillante, sino una meditación única, sostenida y sombría, apropiada para un trabajo que se realizó por primera vez como parte de un servicio religioso.
Los eruditos creen que la primera presentación se realizó el 15 de abril de 1729 (Viernes Santo) en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig bajo la dirección del compositor, aunque no fue bien acogida en su tiempo por su estilo “operístico. Tras la muerte de Bach, la obra cayó en el olvido (como, en general, toda la obra del compositor) y no fue hasta 1829 cuando el compositor y director Felix Mendelssohn volvió a interpretarla con la Sing-Akademie de Berlín en una versión abreviada. La reinterpretación de esta obra dio inicio a un fuerte interés por el estudio y el análisis de las obras de Bach, particularmente las de gran escala, que ha persistido hasta nuestros días. El texto de la pasión fue creado por el escritor alemán Christian Henrici, quien escribió bajo el seudónimo de Picander. Al igual que Bach, él vivió en Leipzig, y se cree que él y Bach trabajaron juntos en el texto.
La más grande de las "Pasiones"
En opinión del crítico y experto en música clásica Carlos de Matesanz, se trata de “la más grande de las Pasiones jamás compuesta ha sido estudiada hasta en su más mínimo compás y, lo mejor de todo, ha sido escuchada una y otra vez con admiración y respeto por públicos de todos los rincones del mundo y de todos los niveles culturales y sociales. Es, sin duda, una obra universal. Lo cual no deja de ser sorprendente, dada su enorme extensión -que requiere un esfuerzo casi físico para oírla completa- y su complejidad. A pesar de ello, el menos formado de los oyentes puede sentirse abrumado ante tal experiencia, pero jamás decepcionado; la obra, en su desnuda y directa grandeza, sigue atrapando, generación tras generación, a todas las sensibilidades, sin excepción. No hace falta ser experto, ni siquiera melómano: basta con saber ver y oír, basta con sentir. Pertenece a ese tipo de obras palmaria e indiscutiblemente grandes, inmortales a todos los efectos, que siempre serán admiradas. Es el compendio de todo el arte y la ciencia musicales desde prácticamente el comienzo de la Historia de la Música. Si había un hombre que pudiera resumir todo el saber musical de la polifonía renacentista italiana y el contrapunto del alto barroco alemán, si había un fino catador capaz de espumar y asumir la inspiración melódica de italianos y franceses, si había un músico con la más alta competencia técnica y con una sensibilidad espiritual desarrollada día a día en su labor de kapellmeister, ése tenía que ser Johann Sebastian Bach.”
La más grande de las “Pasiones” jamás compuesta, la de San Mateo de J.S. Bach, se ofrece una vez más en el Auditorio Nacional de Música de Madrid el jueves 4 de abril a las 19:00 (atención, media hora antes de lo habitual debido a la larga duración) en el Auditorio Nacional de Música de la mano de Fundación Excelentia, dentro de su ciclo Grandes Clásicos, con la London&Vienna Kammerorchester, la Sociedad Coral Excelentia de Madrid y la Escolanía del Sagrado Corazón de Rosales, bajo la dirección de Ilya Korol. Una oportunidad de oro para disfrutar de una de las obras clásicas anticipo de la Semana Santa.
La segunda esposa de Bach, Ana Magdalena, confiesa en su Diario que su admirado Sebastián -así le llamaba- fue la persona más sensible a los valores religiosos que conoció en su vida, en la que pudo tratar a personas de alta espiritualidad. De esa profunda y sincera piedad surgieron sus dos inigualables Pasiones: la Pasión según San Juan (1724) y la Pasión según San Mateo (1729). La Pasión según San Mateo es, posiblemente, la más grande obra religiosa de la historia de la música: texto y música, fidelidad al relato evangélico, elevada creación poética, piedad... se unen en ella de manera que no es posible separar ningún aspecto como más sobresaliente. Con una duración de más de dos horas y media, es la obra más extensa del Bach.
Las “Pasiones” de Bach son la culminación de un proceso que se inició en algún momento de la Edad Media, cuando las iglesias cristianas comenzaron a celebrar la Semana Santa contando la historia de la crucifixión de Cristo a través de la música. Esos comienzos fueron simples, versículos bíblicos con melodías de canto sencillos, pero eventualmente culminarían en una de las composiciones musicales más ambiciosas de todos los tiempos. Cuando J.S. Bach escribió su Pasión de San Mateo en la década de 1720, la Pasión, como forma musical, creció para permitir orquestas, coros y arias no escriturales. Pero incluso dentro del estándar de la pasión barroca, la Pasión según San Mateo es excepcional por su riqueza musical y su gran alcance.
Musicalmente, la partitura es de una longitud imponente y requiere una gran orquesta y un doble o triple coro, en un momento dado. Las texturas musicales van desde contrapuntos complejos hasta himnos simples. Dramáticamente, el punto de vista cambia regularmente, desde la narrativa del evangelista, a las palabras reales de Jesús y sus discípulos, a reflexiones que hablan por el creyente individual. Pero en las manos de Bach, el efecto que da la Pasión no es el de una mezcla brillante, sino una meditación única, sostenida y sombría, apropiada para un trabajo que se realizó por primera vez como parte de un servicio religioso.
Los eruditos creen que la primera presentación se realizó el 15 de abril de 1729 (Viernes Santo) en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig bajo la dirección del compositor, aunque no fue bien acogida en su tiempo por su estilo “operístico. Tras la muerte de Bach, la obra cayó en el olvido (como, en general, toda la obra del compositor) y no fue hasta 1829 cuando el compositor y director Felix Mendelssohn volvió a interpretarla con la Sing-Akademie de Berlín en una versión abreviada. La reinterpretación de esta obra dio inicio a un fuerte interés por el estudio y el análisis de las obras de Bach, particularmente las de gran escala, que ha persistido hasta nuestros días. El texto de la pasión fue creado por el escritor alemán Christian Henrici, quien escribió bajo el seudónimo de Picander. Al igual que Bach, él vivió en Leipzig, y se cree que él y Bach trabajaron juntos en el texto.
La más grande de las "Pasiones"
En opinión del crítico y experto en música clásica Carlos de Matesanz, se trata de “la más grande de las Pasiones jamás compuesta ha sido estudiada hasta en su más mínimo compás y, lo mejor de todo, ha sido escuchada una y otra vez con admiración y respeto por públicos de todos los rincones del mundo y de todos los niveles culturales y sociales. Es, sin duda, una obra universal. Lo cual no deja de ser sorprendente, dada su enorme extensión -que requiere un esfuerzo casi físico para oírla completa- y su complejidad. A pesar de ello, el menos formado de los oyentes puede sentirse abrumado ante tal experiencia, pero jamás decepcionado; la obra, en su desnuda y directa grandeza, sigue atrapando, generación tras generación, a todas las sensibilidades, sin excepción. No hace falta ser experto, ni siquiera melómano: basta con saber ver y oír, basta con sentir. Pertenece a ese tipo de obras palmaria e indiscutiblemente grandes, inmortales a todos los efectos, que siempre serán admiradas. Es el compendio de todo el arte y la ciencia musicales desde prácticamente el comienzo de la Historia de la Música. Si había un hombre que pudiera resumir todo el saber musical de la polifonía renacentista italiana y el contrapunto del alto barroco alemán, si había un fino catador capaz de espumar y asumir la inspiración melódica de italianos y franceses, si había un músico con la más alta competencia técnica y con una sensibilidad espiritual desarrollada día a día en su labor de kapellmeister, ése tenía que ser Johann Sebastian Bach.”