Nueva York emite una emergencia de salud por el incremento de los casos de sarampión en Brooklyn
La estupidez antivacunas promovida por movimientos políticos de extrema izquierda y de extrema derecha se extiende por Europa, pero también por Estados Unidos. Tanto es así que el alcalde de Nueva York, el izquierdista Bill de Blasio, ha declarado una emergencia de salud pública en varios sectores del barrio de Williamsburg, en Brooklyn, debido al peor brote de sarampión en la Gran Manzana desde 1991. El Departamento de Salud ha ordenado a todas las escuelas judías ultra-ortodoxas de esta zona, donde más ha calado el mensaje de los antivacuna, que no permitan la entrada a clases a los niños que no están vacunados contra el sarampión.
"No hay duda de que las vacunas son seguras, efectivas y salvan vidas. Urjo a todo el mundo, especialmente a aquellos en las áreas afectadas, que se inoculen para proteger a sus niños, familias y comunidades", afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
Como parte de dicha medida extraordinaria, anunciada por la Alcaldía en un comunicado, los habitantes sin vacunar contra la enfermedad en el barrio de Williamsburg -donde se concentra la mayor población judía de la ciudad- tendrán que inmunizarse con la inoculación contra el sarampión para "proteger al resto de la comunidad y ayudar a reducir la epidemia".
Las inyecciones serán obligatorias y miembros del Departamento de Sanidad y Salud Mental revisarán las cartillas de vacunación de cualquier individuo que haya estado en contacto con pacientes infectados y, en caso de no estar inmunizado, podrá enfrentarse a multas de hasta 1,000 dólares.
Funcionarios de salud en la Gran Manzana dijeron que el brote de sarampión en las comunidades judías ortodoxas continúa aumentando a un “ritmo alarmante”.
La estupidez antivacunas promovida por movimientos políticos de extrema izquierda y de extrema derecha se extiende por Europa, pero también por Estados Unidos. Tanto es así que el alcalde de Nueva York, el izquierdista Bill de Blasio, ha declarado una emergencia de salud pública en varios sectores del barrio de Williamsburg, en Brooklyn, debido al peor brote de sarampión en la Gran Manzana desde 1991. El Departamento de Salud ha ordenado a todas las escuelas judías ultra-ortodoxas de esta zona, donde más ha calado el mensaje de los antivacuna, que no permitan la entrada a clases a los niños que no están vacunados contra el sarampión.
"No hay duda de que las vacunas son seguras, efectivas y salvan vidas. Urjo a todo el mundo, especialmente a aquellos en las áreas afectadas, que se inoculen para proteger a sus niños, familias y comunidades", afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
Como parte de dicha medida extraordinaria, anunciada por la Alcaldía en un comunicado, los habitantes sin vacunar contra la enfermedad en el barrio de Williamsburg -donde se concentra la mayor población judía de la ciudad- tendrán que inmunizarse con la inoculación contra el sarampión para "proteger al resto de la comunidad y ayudar a reducir la epidemia".
Las inyecciones serán obligatorias y miembros del Departamento de Sanidad y Salud Mental revisarán las cartillas de vacunación de cualquier individuo que haya estado en contacto con pacientes infectados y, en caso de no estar inmunizado, podrá enfrentarse a multas de hasta 1,000 dólares.
Funcionarios de salud en la Gran Manzana dijeron que el brote de sarampión en las comunidades judías ortodoxas continúa aumentando a un “ritmo alarmante”.











