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Jueves, 11 de Abril de 2019 Tiempo de lectura:
Artículo del Pontífice emérito

Papa Benedicto XVI: “Los abusos en la Iglesia comenzaron con la revolución sexual de los años sesenta”

[Img #15515]El Papa Benedicto XVI ha roto su silencio desde hace largos años para publicar una carta sobre los abusos sexuales en el interior de la Iglesia, en la que explica que gran parte de lo sucedido tiene su origen en absoluta libertad sexual que se vivió en los años sesenta del pasado siglo. El ex-pontífice afirma en su texto que la revolución sexual que se vivió en aquella época había conducido a la homosexualidad en los establecimientos católicos. El Papa Benedicto XVI también asegura que la pedofilia no se volvió "aguda" hasta finales de los ochenta y que ésta fue causada por la "ausencia de Dios".

 

Publicada en la revista católica alemana Klerusblatt, y reproducida íntegramente en la Agencia Católica de Noticias, la carta de 5.500 palabras se divide en tres partes.

 

En la primera parte del texto, el Papa emérito recuerda que la década de los sesenta fue un momento en el que "los estándares previamente normativos relacionados con la sexualidad se derrumbaron por completo”. A continuación, la carta examina cómo la revolución sexual afectó a los sacerdotes y reconoce que en los seminarios se crearon"camarillas homosexuales”. Finalmente, el artículo concluye con la constatación de que "nosotros mismos, una vez más,debemos comenzar a vivir por Dios y para Él".

 

“Hasta el Concilio Vaticano II”, explica Benedicto XVI, “la teología moral católica se basaba en gran medida en la ley natural, mientras que la Sagrada Escritura solo se citaba como antecedente o justificación. En la lucha por una nueva comprensión de la Revelación, la opción de la ley natural fue abandonada en gran parte, y se exigió una teología moral basada completamente en la Biblia”.

 

“Todavía recuerdo cómo la facultad jesuita en Frankfurt formó a un joven y talentoso Padre (Bruno Schüller) con el propósito de desarrollar una moralidad basada completamente en las Escrituras. La bella disertación del padre Schüller muestra un primer paso hacia la construcción de una moralidad basada en las Escrituras. Luego, el padre Schüller fue enviado a Estados Unidos para estudios adicionales y regresó al darse cuenta de que solo a partir de la Biblia, la moralidad no podía expresarse de manera sistemática. Luego intentó una teología moral más pragmática, sin poder dar una respuesta a la crisis de la moralidad”.

 

“Al final, fue principalmente la hipótesis de que la moral debía ser determinada exclusivamente por los propósitos de la acción humana que prevalecía. Si bien la antigua frase de ‘el fin justifica los medios’ no se confirmaba de una forma cruda, esta forma de pensar se había vuelto definitiva. En consecuencia, ya no podía haber nada que constituyera un bien absoluto, como tampoco nada era fundamentalmente malvado; (podría haber) solo juicios de valor relativos. Ya no estaba el bien (absoluto), sino solo el relativamente mejor, dependiendo del momento y de las circunstancias”.

 

Benedicto XVI explica en otro momento de su misiva que “la crisis de la justificación y presentación de la moral católica alcanzó proporciones dramáticas a finales de los años 80 y 90. El 5 de enero de 1989, se publicó la "Declaración de Colonia", firmada por 15 profesores católicos de teología. Se centró en varios puntos de crisis en la relación entre el magisterio episcopal y la tarea de la teología. (Reacciones a) este texto, que al principio no se extendía más allá del nivel habitual de protesta, se convirtieron rápidamente en una protesta contra el Magisterio de la Iglesia y reunió, audible y visiblemente, todo el potencial de protesta global contra los textos doctrinales de Juan Pablo II”.

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