Regreso al pasado
San Sebastián, Bilbao y Rentería han sufrido en sus calles el ataque de los dizque demócratas amigos y compinches de la intolerancia y el odio; la agresión, amenaza e insulto son los argumentos que esgrimen para rebatir las ideas de quienes no comulgan con su dogmatismo o se resisten a sus imposiciones.
No deja de ser significativo que quienes más reclaman democracia, diálogo, convivencia, derechos, etc., son todos aquellos que anhelan una sociedad en la que se imponga su decálogo excluyente némine discrepante y quien se resista o dude sea arrojado al vacío desde la Roca Tarpeya.
Hay quien no ve la realidad, quien no quiere verla y quien no permite que los demás la vean; el poso de tiempos muy recientes sigue entre nosotros y emerge de forma virulenta, la única que conoce, a la menor oportunidad.
La campaña electoral demuestra que el déficit democrático sigue conviviendo entre nosotros cuando se impide a algunos de los contendientes a exponer su programa en entera libertad y viendo como peligra su integridad personal.
Los partidos políticos deberían posicionarse de una forma rotunda contra ese tipo de comportamientos que nos retrotraen a nuestro pasado más reciente que algunos tanto añoran.
Un ejemplo paradigmático lo vemos al contemplar San Sebastián, una ciudad pletórica de visitantes y eventos de todo tipo, una ciudad tranquila y segura. Echemos un vistazo atrás y saquemos conclusiones.
Al buen entendedor...
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
San Sebastián, Bilbao y Rentería han sufrido en sus calles el ataque de los dizque demócratas amigos y compinches de la intolerancia y el odio; la agresión, amenaza e insulto son los argumentos que esgrimen para rebatir las ideas de quienes no comulgan con su dogmatismo o se resisten a sus imposiciones.
No deja de ser significativo que quienes más reclaman democracia, diálogo, convivencia, derechos, etc., son todos aquellos que anhelan una sociedad en la que se imponga su decálogo excluyente némine discrepante y quien se resista o dude sea arrojado al vacío desde la Roca Tarpeya.
Hay quien no ve la realidad, quien no quiere verla y quien no permite que los demás la vean; el poso de tiempos muy recientes sigue entre nosotros y emerge de forma virulenta, la única que conoce, a la menor oportunidad.
La campaña electoral demuestra que el déficit democrático sigue conviviendo entre nosotros cuando se impide a algunos de los contendientes a exponer su programa en entera libertad y viendo como peligra su integridad personal.
Los partidos políticos deberían posicionarse de una forma rotunda contra ese tipo de comportamientos que nos retrotraen a nuestro pasado más reciente que algunos tanto añoran.
Un ejemplo paradigmático lo vemos al contemplar San Sebastián, una ciudad pletórica de visitantes y eventos de todo tipo, una ciudad tranquila y segura. Echemos un vistazo atrás y saquemos conclusiones.
Al buen entendedor...
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria