Demoscopia-ficción, las conclusiones previas al 28A
Autor: Patricia Malagón (El Club de los Viernes). Casi con toda seguridad puedo asegurar que las encuestas publicadas hasta ahora se van a equivocar y van a volver a ser foco de burlas y memes. La ciencia demoscópica está errando una y otra vez en nuestro país, aunque es normal. Si bien antes la duda era si el PP obtendría mayoría absoluta o lo haría el PSOE, ahora el escenario no tiene nada que ver.
A pocas horas de conocer los resultados reales, ni siquiera es posible hablar de quién será el partido más votado. Algo que no se había vivido en España en unas elecciones generales en los últimos quince años. La incertidumbre es tal, que el porcentaje de indecisos – llámenlos indecisos o llámenlos personas que no quieren decir a quién van a votar a los encuestadores – es del 40%. Solo hay una certeza: en la izquierda será el PSOE el más votado, el famoso ‘sorpasso’, que nunca se produjo, no es una posibilidad real con o sin indecisos.
Como en el fútbol, el domingo, todo puede pasar. No me sorprendería que Vox adelantase al PP, como tampoco me sorprendería que el PP terminara siendo el partido más votado. Sinceramente, soy totalmente incapaz de hacer una predicción para el próximo 28 de abril y para quedar como Tezanos, prefiero ahorrarme la ‘porra’.
Hasta el momento, solo tengo una cosa clara y es que Podemos – Unidas Podemos – más sus confluencias van a ser los grandes perdedores. Si en junio de 2016 se hablaba de ‘sorpasso’ en todos los medios y a todas horas, en abril de 2019 se puede hablar de ‘descalabrasso’. El discurso con el que Pablo Iglesias irrumpió ya no suena fresco, ni suena a nuevo, y, sobre todo, no suena creíble para sus potenciales votantes.
“La izquierda” no es tonta y prefiere unirse al PSOE como bloque de contención de “la derecha”. Pedro Sánchez ha ido, descaradamente, a por el voto más a la izquierda de la izquierda, es decir, el voto de Podemos. Esto tiene un riesgo para los de Ferraz y, no es otro que la pérdida del votante moderado. Los pactos con los independentistas no han convencido a aquellos votantes socialistas más tradicionales, pero sí han convencido a aquellos que se marcharon en junio de 2016 al seno de Podemos. Por tanto, es probable que lo que PSOE va a perder por un lado, lo va a ganar por otro. La conclusión previa de todo esto es que los de Sánchez se van a comer un buen trozo del pastel de los de Iglesias.
¿Y en la derecha?
Si en la izquierda es más fácil hacer esa reflexión, en el ala derecha es todo más complejo. Si consideramos a Ciudadanos parte de la derecha – yo no lo hago – puede ganar votos de los votantes socialistas moderados. Pero, los puede perder en favor del nuevo PP de Pablo Casado. Es decir, Rivera puede observar una fluctuación entre sus electores de centro derecha, que pueden salir, y los de centro izquierda que pueden llegar.
Entre Vox y el PP todo es mucho más complicado. Para los de Abascal cualquier resultado será bueno porque parten de cero escaños. Para Casado, no bajar de los 80 diputados puede considerarse una gran victoria. En cualquier caso, prepárense para sorprenderse.
Autor: Patricia Malagón (El Club de los Viernes). Casi con toda seguridad puedo asegurar que las encuestas publicadas hasta ahora se van a equivocar y van a volver a ser foco de burlas y memes. La ciencia demoscópica está errando una y otra vez en nuestro país, aunque es normal. Si bien antes la duda era si el PP obtendría mayoría absoluta o lo haría el PSOE, ahora el escenario no tiene nada que ver.
A pocas horas de conocer los resultados reales, ni siquiera es posible hablar de quién será el partido más votado. Algo que no se había vivido en España en unas elecciones generales en los últimos quince años. La incertidumbre es tal, que el porcentaje de indecisos – llámenlos indecisos o llámenlos personas que no quieren decir a quién van a votar a los encuestadores – es del 40%. Solo hay una certeza: en la izquierda será el PSOE el más votado, el famoso ‘sorpasso’, que nunca se produjo, no es una posibilidad real con o sin indecisos.
Como en el fútbol, el domingo, todo puede pasar. No me sorprendería que Vox adelantase al PP, como tampoco me sorprendería que el PP terminara siendo el partido más votado. Sinceramente, soy totalmente incapaz de hacer una predicción para el próximo 28 de abril y para quedar como Tezanos, prefiero ahorrarme la ‘porra’.
Hasta el momento, solo tengo una cosa clara y es que Podemos – Unidas Podemos – más sus confluencias van a ser los grandes perdedores. Si en junio de 2016 se hablaba de ‘sorpasso’ en todos los medios y a todas horas, en abril de 2019 se puede hablar de ‘descalabrasso’. El discurso con el que Pablo Iglesias irrumpió ya no suena fresco, ni suena a nuevo, y, sobre todo, no suena creíble para sus potenciales votantes.
“La izquierda” no es tonta y prefiere unirse al PSOE como bloque de contención de “la derecha”. Pedro Sánchez ha ido, descaradamente, a por el voto más a la izquierda de la izquierda, es decir, el voto de Podemos. Esto tiene un riesgo para los de Ferraz y, no es otro que la pérdida del votante moderado. Los pactos con los independentistas no han convencido a aquellos votantes socialistas más tradicionales, pero sí han convencido a aquellos que se marcharon en junio de 2016 al seno de Podemos. Por tanto, es probable que lo que PSOE va a perder por un lado, lo va a ganar por otro. La conclusión previa de todo esto es que los de Sánchez se van a comer un buen trozo del pastel de los de Iglesias.
¿Y en la derecha?
Si en la izquierda es más fácil hacer esa reflexión, en el ala derecha es todo más complejo. Si consideramos a Ciudadanos parte de la derecha – yo no lo hago – puede ganar votos de los votantes socialistas moderados. Pero, los puede perder en favor del nuevo PP de Pablo Casado. Es decir, Rivera puede observar una fluctuación entre sus electores de centro derecha, que pueden salir, y los de centro izquierda que pueden llegar.
Entre Vox y el PP todo es mucho más complicado. Para los de Abascal cualquier resultado será bueno porque parten de cero escaños. Para Casado, no bajar de los 80 diputados puede considerarse una gran victoria. En cualquier caso, prepárense para sorprenderse.